Reynés eleva la inversión de Naturgy un 88% en dos años

El esfuerzo inversor de Naturgy ha rozado los 3.000 millones de euros, que contrastan con la referencia de 1.562 millones correspondientes a 2021, el primer año del plan. La inversión del pasado año supone cerca de un 54% del resultado operativo (Ebitda), casi diez puntos más del comprable de ese primer ejercicio. 

Un 43% de la caja

De hecho, la evolución del capítulo inversor ha sido notablemente más destacada que la del resultado bruto de explotación, que en 2023 se fue hasta 5.475 millones de euros, un 55% más que hace dos años. 

Si se tienen en cuenta las cifras agregadas de los tres primeros ejercicios del plan a cinco años, cerca de la mitad del Ebitda y casi un 43% del flujo de caja se ha destinado a invertir, principalmente en la cartera de activos renovables (incluyendo los gases 'verdes') y en redes.

Francisco Reynés, presidente y consejero delegado de Naturgy Cedida

En cambio, sólo el 10% de esta cuantía ha tenido como fin la reducción de deuda, que sigue ligeramente por encima de la cota de 12.000 millones de euros. Sin embargo, el desempeño de la compañía ha permitido que esta circunstancia no haya impedido reducir la ratio respecto al resultado operativo a 2,2 veces, desde las 3,6 veces que presentaba al inicio del plan. 

"El esfuerzo se ha centrado en invertir, hemos podido mantener el rating en triple B y también las cotas de liquidez, por encima de 9.000 millones de euros. Mientras conservemos la disciplina financiera, nos centraremos en seguir invirtiendo", apuntó el presidente de la energética, Francisco Reynés, durante la presentación de resultados a los medios de comunicación.

Dividendos 

La retribución al accionista se mantiene como uno de los pilares del plan y ha sido una de las variables revisadas al alza en la última actualización de la hoja de ruta. Sin embargo, su evolución también ha quedado en un segundo plano frente al esfuerzo inversor. 

De hecho, el dividendo con cargo a los resultados de 2023 estrena la nueva base establecida por la empresa con vistas a recompensar a sus socios, cifrada en 1,4 euros por título. Una subida del 16%, inferior a la del beneficio neto y sensiblemente menor a las del Ebitda y la inversión.

Contraste con el primer plan

Mucho ha cambiado el panorama de Naturgy en este plano. Recién aterrizado en la presidencia ejecutiva, Reynés presentó en Londres a los mercados un plan que puso un potente foco en el dividendo, complementado además con un programa de recompra de acciones, que situaba en 'pay-out' (porcentaje del resultado neto destinado a retribuir al accionista) en torno al 120%, lo que obligaba a la compañía a recurrir a la deuda para cumplir con sus compromisos.

"Si no encontramos oportunidades adecuadas para el crecimiento inorgánico, la mejor inversión que podemos hacer es en nosotros mismos", apuntó por entonces Reynés. 

Sembrar para recoger

Tres años después, la perspectiva fue muy diferente. El plan vigente en la actualidad ya rebajaba el objetivo inicial de pay-out a un entorno del 80%. En 2023, la proporción no alcanza el 70%.

Para 2024, Naturgy prevé un volumen de inversión similar al del pasado ejercicio. La compañía seguirá priorizando la apuesta por las renovables y los gases verdes, donde observa un elevado potencial de crecimiento en España, toda vez que la cantidad de plantas productoras es notablemente inferior a la que se da en el centro de Europa.

Precisamente, España fue el principal destino de las inversiones en 2023, cerca de dos tercios del total. Cerca de 1.900 millones de euros, que supone un 20% más que el total de la inversión de Naturgy en 2021. La apuesta parece clara: momento de sembrar para recoger cuando la vuelta a la normalidad en los mercados esté consolidada y el marco regulatorio, más estable y definido.