"Qué esperas, es un sudaca": estalla un conflicto laboral en uno de los gimnasios más pijos de Barcelona
Un grupo de 40 trabajadores y extrabajadores del David Lloyd Club Turó lleva a la directora general, Laura Peramo, ante Inspección de Trabajo por vejaciones y abuso de poder
17 febrero, 2024 00:00Noticias relacionadas
Estalla un conflicto laboral en el David Lloyd Club Turó, una de las mecas deportivas de la clase alta barcelonesa. Un grupo de trabajadores y extrabajadores del gimnasio, representados por el comité del trabajo, ha presentado una denuncia ante Inspección de Trabajo contra Laura Peramo, directora general de las instalaciones, por presunto abuso de poder y trato vejatorio hacia los empleados. Un portavoz de la empresa ha desmentido estos hechos en conversación con Crónica Global.
En el texto, consultado por este medio, los denunciantes acusan a la gerente de incurrir en infracciones laborales muy graves. En concreto, consideran que Peramo habría incurrido en comportamientos incluidos en los artículos octavo y decimosexto de la Ley sobre Infracciones y Sanciones en el Orden Social, relativos a prácticas discriminatorias y solicitud de datos personales en los procesos de selección, respectivamente.
Represalias y agresiones verbales
La denuncia recoge sucintamente estos hechos, que describe como el uso de "palabras despectivas, insultos y amenazas (...) hacia diferentes trabajadores de la empresa, cítese llamar vagas e inútiles y otras denominaciones graves". Fuentes internas han detallado aún más estos agravios, citando frases como "Me cago en tu madre", "Tenéis el culo gordo de no hacer nada" o "Qué esperas, es un sudaca".
Entre los hechos denunciados también se encuentra, siempre según el relato del texto, un "abuso de poder con represalias, mobbing constante y agresiones verbales". Asimismo, se menciona que la directora ha denegado vacaciones sin previo aviso a varios empleados, y que ha vertido "acusaciones falsas sobre diferentes hechos acontecidos en la empresa". Al margen de los firmantes de la denuncia, un grupo de unos 40 trabajadores y extrabajadores --el gimnasio emplea a cerca de 100 personas-- ha respaldado la acción ante el organismo público.
La empresa se defiende
Por su parte, la empresa ha negado estos hechos y ha atribuido el movimiento a un conflicto previo entre una empleada del comité y otra que no forma parte del órgano de representación de los trabajadores. Fuentes oficiales de David Lloyd han asegurado que "cumplimos sistemáticamente la legislación local de cada país en el que estamos presente" y "tomamos muy en serio cualquier denuncia hecha contra nuestros equipos.
"Hemos investigado minuciosamente las circunstancias, que han sido manejadas de manera profesional y en línea con nuestra política y estándares de empresa. David Lloyd Turó es un club que destaca por su buena gestión y ofrece a sus socios excelentes experiencias a través de un equipo altamente competente y motivado", concluyen las mismas fuentes.
Dimite el departamento comercial
Por contra, las voces del staff abundan en el mal ambiente laboral y ponen como ejemplo la dimisión de tres personas que se ocupaban del departamento comercial. La versión empresarial especifica que estas salidas se produjeron de mutuo acuerdo entre ambas partes.
Sea como sea, la vida interna se ha deteriorado en los últimos tiempos coincidiendo con la llegada de Peramo a la máxima responsabilidad directiva --anteriormente, la profesional había ocupado otros cargos en el mismo club--. Es más: su ascenso desencadenó hace tres años la creación del comité de empresa liderado por CCOO.
Tenis para ricos
La historia del club se remonta realmente a finales del siglo XIX. Fue entonces cuando dos británicos, George Smither y J. Muller, importaron este juego y crearon una pista de tenis en la Ciudad Condal llamada Lawn Tennis Turó. Con el paso del tiempo, el proyecto se renombraría Club Turó. A lo largo del siglo pasado cambió dos veces de ubicación hasta que en 2003 asumió las riendas del grupo David Lloyd Leisure, que posee otro activo en Gavà (Barcelona).
El nuevo propietario levantó un edificio destinado al fitness para dinamizar la oferta deportiva, construyó más canchas y redujo el número de socios para volver el servicio aún más exclusivo --cuenta con su propio spa--. Su masa social supera los 8.000 miembros, la mayoría de los cuales tienen alto nivel adquisitivo. El gimnasio no solo es un espacio de ejercitación, sino también de socialización entre la beautiful people de la zona alta.
De hecho, las mensualidades del David Lloyd son aún más prohibitivas que las del Real Club de Polo de Barcelona, ubicado a escasos metros del complejo. Ahora, este club de tenis para pijos tiene abierto un conflicto laboral que ha dinamitado la convivencia en el gimnasio.