Saddam Haftar, comandante de la milicia Tariq Ibn Ziyad, durante su estancia en el campo petrolero Sharara

Saddam Haftar, comandante de la milicia Tariq Ibn Ziyad, durante su estancia en el campo petrolero Sharara Medios locales

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La escalada violenta en Libia amenaza el suministro de petróleo

El cierre del mayor campo petroliero del país por parte comandante de una milicia acusada de crímenes de guerra tensiona el comercio con Europa

9 febrero, 2024 13:55

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Libia vivió el pasado verano una escalada en el conflicto armado que sufre la región y que ha generado inestabilidad política y caos en el suministro de petróleoSaddam Haftar, hijo del líder de la milicia Karama, Jalifa Haftar, fue quien instigó el cierre del mayor campo petrolero de Libia, el de Sharara, semanas después de su reapertura, según han revelado medios libios y un informe de Amnistía Internacional.

El motivo fue la incautación por parte de la policía española de equipo militar y armas que estaban destinadas a los Emiratos Árabes Unidos y luego a Saddam Haftar, quien lidera una brigada en el país. Saddam Haftar comanda la brigada Tariq Ibn Ziyad, una unidad notoria en Libia que varias organizaciones internacionales, encabezadas por Amnistía Internacional, ya han exigido que sea llevada a juicio por "violaciones de derechos humanos y crímenes de guerra".

Tensiones en la región

La brigada de Saddam Haftar se hizo pública en 2016, años después del inicio de la operación Al Karama, que abarcó varias regiones en Libia, incluidas Bengasi y Derna. Según la prensa libia, Saddam Haftar y sus asociados lograron obtener licencias para transportar bienes y materiales comerciales de España a los Emiratos Árabes Unidos, engañando a las autoridades en Madrid al hacerles creer que estos envíos estaban destinados a dos compañías registradas en Abu Dhabi.

Sin embargo, la policía española descubrió que el envío no consistía en bienes comerciales, sino en armas y equipo militar que llegarían a la brigada de Saddam Haftar en Bengasi a través de los Emiratos Árabes Unidos. Por eso, se incautaron del material y se inició una investigación al respecto.

El secuestro de Sharara

Como represalia, Saddam Haftar incitó a cerrar el campo Sharara, que tiene una capacidad de producción diaria estimada de 340.000 barriles, siendo el más grande en Libia. El cierre del campo Sharara representó un golpe severo para los esfuerzos por aumentar la producción petrolera impulsados por la Corporación Nacional de Petróleo. Además, afectó a los intereses de la compañía española Repsol, que opera en el campo.

El pasado 3 de enero, grupos de manifestantes cerraron el campo Sharara, exigiendo la construcción de una refinería en el sur, el mantenimiento de las carreteras deterioradas, el nombramiento de habitantes del sur en las compañías petroleras, y abordar la escasez de combustible en el sur. La producción en el campo petrolero Sharara en Libia se reanudó el 21 de enero, después de un aumento en los precios del petróleo en todo el mundo que se vio afectado por el cierre del campo en Libia.

División política

Libia está experimentando una división política y de seguridad, y Haftar, cuyas fuerzas controlan el este y el sur de Libia, donde se encuentran la mayoría de los campos petroleros, ha intentado beneficiarse del cierre de instalaciones petroleras para lograr objetivos políticos. En 2023, hubo un fuerte conflicto entre un gobierno apoyado por Saddam Haftar junto con el parlamento liderado por Aguila Saleh y el gobierno de unidad nacional reconocido internacionalmente liderado por Abdul Hamid Dbeibeh. Haftar intentó presionar a Dbeibeh para que entregara el poder a un gobierno apoyado por él y liderado por Fathi Bashagha, quien falló en ingresar a la capital, Trípoli.

El campo petrolero Sharara se encuentra en el desierto de Murzuq, al sur de Libia (800 km al sur de la capital), y está bajo el control de Haftar y sus fuerzas desde hace años. A pesar de que el sur de Libia sufre un continuo abandono, muchos ven que las instalaciones petroleras y principales suelen cerrarse con fines de extorsión política.