El capital extranjero destina 40.000 millones a tomar al asalto la gran empresa española

El sector energético ha sido, sin duda, uno de los más impactados por estos movimientos. Con el precedente de la compra de Endesa por la italiana Enel, que se produjo con anterioridad a la llegada de la crisis, el incremento de la presencia extranjera en el capital de los principales actores del sector ha sido una constante. 

En el caso de Naturgy, en torno al 60% del accionariado está en manos de inversores procedentes del exterior, merced a un desembarco iniciado en 2016 con la entrada del fondo GIP tras adquirir sendos paquetes de acciones a Repsol y Criteria.

Posteriormente llegarían Rioja (CVC y Corporación Financiera Alba) y el australiano IFM, este último a través de una oferta parcial que ya tuvo que superar el llamado "escudo antiopas" del Gobierno. 

Qatar como referente

No obstante, Criteria no sólo se mantiene como primer accionista de la energética, sino que reforzó su posición con motivo de esta última maniobra e incrementó su representación en el consejo con el objetivo de no perder el control. 

Antes de que se iniciara esta espiral de compras, Qatar ya llevaba algún tiempo como primer accionista de Iberdrola, con una participación que se mantiene en el entorno del 8%. Sin presencia en el consejo, la inversión qatarí no ha derivado en grandes sobresaltos para la gestión de Ignacio Galán, que acumula más de dos décadas en la presidencia de la compañía. 

Aviones de Iberia (IAG) / EP

Al contrario de lo que sucede en la empresa con sede en Bilbao, Cepsa fue adquirida en su totalidad por el fondo emiratí Mubadala, lo que derivó, entre otras consecuencias, en la pérdida de la mayoría española en Medgaz, uno de los dos gasoductos que conectan la península ibérica con el Magreb, principal suministrador de gas natural.

Tanto Qatar como IFM no se han conformado con las mencionadas inversiones. En el caso del Estado de Oriente Medio, también es el primer accionista de IAG, holding con sede en Madrid y que incluye a las aerolíneas españolas Iberia, Vueling y Air Europa, con un 25% del capital; y de Inmobiliaria Colonial, una de las grandes socimis del país, de la que controla un 20%.

Interés de infraestructuras

Mientras, el fondo australiano adquirió el negocio de concesiones de infraestructuras de OHL (denominado a partir de entonces Aleática), un sector en el que las empresas españolas han sido tradicionalmente punteras en todo el mundo, especialmente con el liderazgo de Abertis. 

No obstante, desde 2018 la concesionaria tiene como socio mayoritario a la italiana Mundys (anteriormente denominada Atlantia), merced a la opa lanzada por el 100% de su capital. La contraoferta de ACS hizo que, finalmente, ambos postores acordaran compartir la propiedad, lo que permite mantener algo de presencia española en el grupo.

El empresario mexicano Carlos Slim controla FCC / EP

Otro de los sectores en los que las empresas españolas cuentan con una situación de privilegio es el de la construcción, que no ha sido ajeno a este desembarco llegado del exterior.

Los efectos de la crisis provocaron que FCC quedara en manos del mexicano Carlos Slim después de que la hasta entonces accionista mayoritaria, Esther Koplowitz, se viera obligada a perder el control de la empresa para evitar males mayores.

Una bolsa barata

Algo similar sucedió en el caso de la familia Villar Mir, fundadora de OHL y accionista de referencia hasta sucumbir ante las dificultades financieras y dejar paso a los Amodio, inversores también de capital mexicano.

A falta de corroborar si finalmente STC obtiene los permisos para aterrizar en Telefónica y su influencia en la gestión, lo que queda claro es que no se trata de un hecho aislado, sino de un capítulo más de una tendencia en la que también ha influido un periodo inédito de dinero barato, con tipos de interés cero, y un mercado que cumplirá en breve 16 años desde sus máximos históricos de los que hoy se encuentra notablemente alejado.