Imagen de una trabajadora de cátering Arcasa

Imagen de una trabajadora de cátering Arcasa Cedida

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Arcasa se atraganta y entra en concurso de acreedores

El grupo catalán de cátering de la familia Arqués se declara insolvente tras haber perdido contratos clave y haber recibido un rescate al Gobierno durante la pandemia

9 agosto, 2023 20:00

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Cátering Arcasa, de la familia Arqués, ha arrojado la toalla y se declara insolvente. El grupo familiar de colectividades y restauración ha ido a concurso de acreedores tras perder contratos clave en colegios de élite y haber recibido un rescate de Cofides, ligada al Ministerio de Economía, durante la fase dura de la pandemia del coronavirus. 

Han informado de ello fuentes del sector, que han precisado que Arcasa, con cerca de 1.000 trabajadores y sede en Esplugues de Llobregat (Barcelona), ha entregado los libros al juzgado ahogada por su situación financiera, "lo que ha obligado a proveedores y partners a buscar alternativas en otras empresas". 

Silencio de la firma

Crónica Global ha contactado repetidamente con el conglomerado de la familia Arqués, sin recibir respuesta. Sí la han dado otras fuentes del sector, que han recordado que la firma "entró a pelear por diversos contratos pugnando muy justa de precio y sufrió cuando llegó el alza del coste de las materias primas y alimentos". 

Imagen de una presentación de Arcasa en un lugar de pública concurrencia

Imagen de una presentación de Arcasa en un lugar de pública concurrencia Cedida

Estas fuentes recuerdan que el concurso de acreedores "es, de hecho, una manera que tiene Arcasa de protegerse ante un escenario adverso, pues concursando a la baja y con un alza de los precios en el cátering del 25% al 30%, no habría podido encontrar otra". 

Fuera del Colegio Italiano

Sea como fuere, ahora será la administración judicial la que determinará si un grupo catalán con casi 40 años de historia --Arcasa echó a andar en 1984 muy ligada al cátering en hospitales-- va a liquidación o continúa por medio de un convenio con sus acreedores. Y, en este caso, habrá que ver si el pacto lleva aparejada una quita de deuda, y de qué magnitud. 

Antes, la firma tuvo problemas en diversos centros. En el Colegio Italiano de Barcelona, la gerencia la echó después de que se hallaran insectos y objetos extraños en la comida en dos ocasiones, como explicó este medio. La gestión del comedor escolar provocó una rebelión de las familias, la intervención de la Embajada italiana en Madrid y, por último, su salida de la institución escolar

Pierde Vall d'Hebron

Esa rescisión de contrato es algo relativamente habitual en los colegios de alto nivel, pero es que Arcasa tampoco ganó el Liceo Francés de Barcelona, uno de los concursos educativos más disputados de los últimos meses en la Ciudad Condal. Más grave si cabe fue el escándalo en el que se sumió la enseña de los Arqués en Vall d'Hebron, el mayor hospital de Cataluña, donde también se encontraron insectos en la comida del cátering de los cerca de 3.000 sanitarios. 

A raíz de aquel incidente, la gerencia del centro sanitario barcelonés sancionó a la adjudicataria y, ante el nuevo concurso, optó por otra oferta, la de su rival Sodexo, deshaciéndose de la adjudicataria anterior. 

"Los hospitales, refugio de la baja calidad"

En puridad, el hecho de que Arcasa se hubiera especializado en hospitales "ya es una espada de doble filo", recuerdan sus rivales. ¿Por qué? "Cuando te centras en hospitales, es que no sabes hacer ninguna colectividad de valor más, ya no te especializas y renuncias a la innovación", alertan. 

Parte de los insectos hallados en un menú de Arcasa en Vall d'Hebron de Barcelona

Parte de los insectos hallados en un menú de Arcasa en Vall d'Hebron de Barcelona Cedida

De hecho, en los centros sanitarios "la pugna por los menús va por céntimos, con la calidad al límite", por lo que las empresas que se centran en este segmento son vistas, a veces, con desconfianza por el resto de la industria, que trata de innovar y aportar valor añadido. 

Rescate de Economía durante el Covid

Sea por eso o por el impacto de la pandemia, Arcasa tuvo que acudir al Ministerio de Economía durante la fase más dura del Covid. Pidió ayuda a Cofides, gestor del Fondo de Recapitalización de empresas afectadas por el Covid-19. Finalmente, se hizo con ocho millones de euros de financiación pública, de los que 4,8 millones eran un préstamo participativo y otros 3,2 millones, un préstamo ordinario. 

La operación la intermediaron dos despachos privados. No fue el mayor rescate que aprobó el Estado durante la crisis sanitaria. La madrileña Mediterránea de Cátering, también especializada en colectividades, recibió 28 millones de euros por medio de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI).