La embajada interviene en la guerra del Liceo Italiano de Barcelona

Según ha explicado un portavoz del Consulado General, la escuela detectó "dos incidentes a finales de marzo" que provocaron una denuncia del centro a la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB). Tras ello, se apremió a la dirección de seguridad alimentaria (DISAL) a hacer una inspección urgente, que a la postre fueron dos actuaciones: una general y una sobre el descubrimiento de insectos en los menús. 

"Mejoras"

Dichas actuaciones concluyeron con la propuesta de medidas para "mejorar el servicio", aunque también hubo el reconocimiento de que la estructura es "adecuada". Llegados a este punto, la dirección de la escuela "evaluará las recomendaciones" que emitieron los inspectores. Lo hará, sostiene la embajada, mientras simultanea el diálogo con los padres de alumnos, que han montado en cólera con los incidentes. 

La dirección de la escuela evaluará las recomendaciones como parte del compromiso de mejorar continuamente los servicios ofrecidos en el contexto del diálogo abierto con los padres y madres de los alumnos.

Licitación para el próximo curso

¿Tomará alguna medida más el cuerpo diplomático? Un portavoz ha explicado que "se iniciarán los trámites" para hallar al nuevo operador económico que explote el "contrato plurianual" en la escuela italiana infantil M.Montessori y el Instituto Integral Estatal Italiano de Barcelona a partir del próximo curso, el 2023/2024. 

No habrá, pues, rescisión de contrato ni sanción. Sin explicarlo, ello podría ser así porque la embajada recuerda que Arcasa "sirve diariamente 400 platos" en la doble institución educativa. 

Se juega 1,7 millones

Sirva los platos que sirva, el conflicto en la Escuela Italiana de Barcelona puede suponer un comprimido de difícil ingesta para el grupo de colectividades con sede en Esplugues de Llobregat (Barcelona). Se juega cerca de 1,7 millones de euros con esta subcontrata, toda vez que era para tres años y se amplió a otro más. 

La cantidad sería menor para cualquier otro conglomerado de cátering, pero en el caso de Arcasa es más relevante, si cabe, porque la firma tuvo que pedir un rescate a Cofides cuando se vivía la fase dura de la pandemia en España. Recibió ocho millones públicos: 4,8 millones como préstamo participativo y 3,2 millones como ordinario. 

Ya perdió Vall d'Hebron

Asimismo, si la firma perdiera la Escuela Italiana por la presencia de insectos en el cátering sería el segundo encargo que cede por un incidente con la comida. Antes, Arcasa ya cedió el contrato del comedor del hospital Vall d'Hebron, después de que se encontraran insectos en el comedor corporativo. 

Tras ello, la gerencia del centro sanitario sancionó a la empresa y, al concurso siguiente, prescindió de ella. La francesa Sodexo opera el contrato en estos momentos.