Caixabank pierde al abogado cuya brillantez espantaba a grandes procesalistas

El de este lunes será uno de los días más complicados de los últimos tiempos en Caixabank, incluyendo los tiempos de la fusión con Bankia y de la pandemia. El trágico fallecimiento de su director jurídico, Ignacio Redondo, deja a la entidad huérfana de uno de sus puntales en general, sin distinguir entre áreas. Y, además, sin una de las personas más valoradas de un casa tan grande, tanto en plano profesional como en el personal. 

El Consell de Formentera ha explicado que el letrado conducía una motocicleta que chocó con una furgoneta en la entrada de la población de Sa Sequí mientras se dirigía a La Savina. 

Ignacio Redondo, director jurídico de Caixabank

Basta un dato para corroborar que Redondo era alguien excepcional en su ámbito: llevaba 22 años como abogado del Estado, tanto en ejercicio como excedencia (los últimos 13, tras incorporarse a La Caixa) pero aún le faltaban tres años para alcanzar el medio siglo de edad. En su caso, no suponía una exageración decir que llevaba casi "media vida" con esta condición.

Solidez jurídica apabullante

Sin embargo, detrás de datos y cifras que, por impactantes que parezcan, siempre resultan fríos, se encontraba un profesional de una "solidez jurídica" que la mayoría de aquellos que le conocían no habían visto antes.

"Sólo por su forma de actuar, por los argumentos que empleaba y por su forma de exponerlos, te dabas cuenta de que estabas ante alguien excepcional", apunta un abogado con el que coincidió en algunos de los litigios librados por Caixabank y que también destaca su constancia. Cuando parecía derrotado, siempre tenía un nuevo elemento con el que se imponía. 

"Demasiado bueno"

Otro testimonio, en este caso de uno de los procesalistas más prestigiosos del país, da cuenta de hasta qué punto imponían los fundamentos de Redondo. "Tras intercambiar varios burofaxes tomé la decisión, nada habitual en mi caso, de no interrogarle. Era demasiado bueno, un crack. Y es muy arriesgado interrogar a un crack", señala.

No fue ni mucho menos un caso aislado. La ascendencia que tenía fuera de la casa no era superior a la de dentro, donde pocos de los numerosísimos profesionales de prestigio que trabajan allí cuentan con una valoración siquiera igual que la de Redondo.

Calderón, principal valedor

Uno de esos casos es, precisamente, el de Óscar Calderón, el número uno del área jurídica del banco. Considerado como uno de los mejores secretarios de consejo de administración del Ibex 35, Calderón fue uno de los grandes valedores del malogrado profesional, al que consideraba un apoyo fundamental en su labor.

Precisamente, la consideración general es que Redondo era el relevo natural de Calderón en un puesto tan delicado como éste y más en un sector tan ampliamente regulado como es el financiero.

Sede corporativa CaixaBank en Barcelona EUROPA PRESS

"Hubiera sido lo lógico y, además, sin ningún tipo de traumas. Pero Nacho Redondo hubiera podido desempeñar cualquier cargo en el banco. Cualquiera que imagines", señala una fuente interna.

Con todo, uno de los aspectos que más llamaba la atención de él era su naturalidad y empatía, pese a encontrarse en una posición tan elevada, señalan sus allegados. 

Talento a retener

"Nunca se le vio un gesto altivo ni de superioridad; todo lo contrario, trataba con todo el mundo y escuchaba a todos". Sin duda, serán días complicados para los que integran el equipo que comandaba y que sólo tenían palabras de elogio para él en el desempeño de su trabajo.

Una sucursal de Caixabank / EP

"Hubiera tenido en su mano formar su propio despacho y contar con un perfil más elevado. Pero en Caixabank se encontraba muy bien y el banco sabe tratar muy bien a sus profesionales, no hubiera dudado en hacer un esfuerzo por retener un talento como éste", destaca otro interlucutor del sector. 

Ascenso

Ignacio Redondo llevaba 13 años en Caixabank y no siempre tuvo una posición tan elevada y valorada en el banco. Pero tanto él confió en que terminaría remontando como el banco en que lo conseguiría. "Lamentamos enormemente su pérdida. Era una persona muy querida en Caixabank, además de un profesional muy admirado y un ejemplo de dedicación y servicio. Nos unimos al dolor de su familia y amigos", han señalado desde la entidad en declaraciones a EFE. 

El tiempo ha terminado por darle la razón. Al final, sólo le ha frenado la única circunstancia que no estaba bajo su control, conocimiento y experiencia.