Conversaciones serias, pero distentidas; contundentes, pero animadas. Las jornadas de DespertaBCN! han ofrecido muchas ideas y reflexiones, y también los rostros esperanzados de muchos de los ponentes. Evidenció esa confianza en el futuro, si las cosas se hacen bien, el líder de la oposición en el Parlament, Salvador Illa, concentrado con su mensaje, pero con una media sonrisa, la del que sabe que ahora la atención está más en ‘las cosas’ que en los sueños. Le siguió el hilo Javier Faus, que dirige el fondo Meridia, y que sabe que todo se debe relativizar, a partir de los datos, sin desdeñar las percepciones. Esa confianza también la expresó Albert Martínez Lacambra, el responsable de la digitalización empresarial en España.
Imágenes ha habido muchas, con Jordi Juan, el director de La Vanguardia, en el fragor de una partida de esgrima con el consejero delegado y editor de Crónica Global, Xavier Salvador. Y la de Sacha Michaud, explicando los retos de Glovo.
De la seguridad al problema con los okupas
El análisis, el contraste de opiniones sobre qué puede hacer Barcelona para remontar el vuelo y cobrar una velocidad de crucero, se complementó con el intercambio de posiciones en un debate de seguridad. Desde el rostro serio, concentrado de Jordi Martí, a la cara serena, esperando su turno, consciente de lo que quería decir, de Núria Parlon. Y, motivado siempre cuando se habla de Barcelona, se imponía la voz de Alberto Fernández Díaz, frente al más prudente concejal de Seguridad, Albert Batlle.
Pero para serios, precisos y sin deseos de ir más allá de lo imprescindible, se presentaron dos abogados para reflexionar sobre el fenómeno de la okupación. Tanto Emilio Zegrí como Alejandro Fuentes-Lojo se ciñeron –algo necesario en estos tiempos— a los preceptos legales.
Hubo más, mucho más en estas jornadas, con Josep Sánchez Llibre, siempre dispuesto a gastar una broma para centrar más la atención sobre su diagnóstico acerca de Barcelona. Aseguró que las elecciones municipales del 28 de mayo serán el 28 de junio, para luego añadir que lo que pretendía decir con ello es que los gobiernos locales se formarán en esa fecha. El equívoco generó sonrisas, nunca tan preciadas como ahora.
Colaboración público-privada
¿Y quién era aquel señor que hablaba de colaboración público-privada en el sector sanitario? Ni más ni menos que Boi Ruiz, exconseller de Salud de la Generalitat, responsable de los recortes en la etapa de Artur Mas. Descargado de responsabilidades, asesor y profesor en la universidad, Ruiz mantiene sus principios.
El anfitrión, Pere Navarro, como delegado especial del Consorcio de la Zona Franca, también se explayó, con ganas, contento, feliz de exhibir el edificio DFactory, que alberga a empresas tecnológicas.
Tándem cultural entre Barcelona y Madrid
Pero el protagonista de ese día, el jueves, fue el ministro de Cultura, Miquel Iceta, pendiente de una introducción extensa y compleja del periodista Josep Maria Cortes. Iceta quería intervenir, y en su cara se reflejaba un cierto asombro, pero también comprensión, y cuando tuvo su oportunidad se lanzó al ruedo con arrojo.
Patrici Tixis y Miguel Aguilar también exhibieron concentración y optimismo, un denominador común en los tres días de debate. La palma, sin embargo, se la llevó un activista de ayer y de siempre, Pepe Ribas, dispuesto a poner en marcha una tercera época de su Ajoblanco, frente al escepticismo del editor Malcolm Otero Barral.
Hay muchas otras imágenes, como la de Juan José López Burniol, íntimo cuando habla de la Fundación La Caixa. Y la de Ángel Simón, siempre didáctico, buscando que se entienda claramente su mensaje.
Retos del transporte y del turismo
El cabello corto y rubio de Mayte Castillo destacó en la jornada final. Usuaria de Renfe, la directora de los trenes de Rodalies de Cataluña explicó algunas anécdotas divertidas. ¿Se dice en el trabajo que se llega tarde por culpa de los trenes? ¿Y si se ha convertido en una falsa excusa?
La vehemencia la puso Gonzalo Bernardos en el debate sobre la vivienda, mientras que Rosa Cañadas concentraba toda la atención con su idea sobre cómo generar más valor en la industria turística. Y la imagen final es la de dos estilos, el directo y con ganas de generar ruido de Jordi William Carnes y la discreta, pero no menos contundente, de Joaquim Coello. Todo en el marco de un enorme edificio, moderno, posmoderno, casi del siglo XXII, que se llama DFactory.