Madí se desmarca de Egara, pero oculta la reunión del hotel Don Cándido
El empresario independentista defiende que solo tuvo un contacto con la transportista en 2012, pero esconde el cónclave en el hotel donde se cerró la compra
21 abril, 2023 12:09David Madí se desmarca de Ambulancias Egara, pero oculta que participó en la decisiva reunión que cerró la compra de la transportista sanitaria en el hotel Don Cándido de Terrassa (Barcelona). El empresario independentista y ex alto cargo de CiU en el Govern ha limitado su relación con la empresa, investigada en una pieza separada del caso 3% en la Audiencia Nacional, a un contacto en 2012, aunque ha tapado que tomó parte en el cónclave en la que hombres de su confianza se hicieron con el control de la misma.
En una entrevista con El Periódico, Madí ha asegurado que su vínculo con Egara se circunscribe a once años atrás. "Este es un negocio que se planteó en 2012 en un intento de crecimiento de la compañía y nos pidieron buscar inversores. Esta operación no acabó interesando a nadie. Punto y final. No tengo más relación con esta empresa", ha subrayado.
El despacho de paseo de Gracia
Su explicación, de hecho, ya la avanzó Crónica Global, al revelar que Ambulancias Egara entró en contacto con Madí, en efecto, en 2012, cuando la firma preparaba el macroconcurso de transporte sanitario de Cataluña de 2014 --acabó adjudicándose en 2015-- y la transportista le visitaron.
Directivos de la firma, capitaneados por el entonces heredero familiar, Óscar Simón, le fueron a ver a su despacho del paseo de Gràcia de Barcelona en intermediación con otros ejecutivos del entorno de Fernando Izagirre, empresario vasco de ambulancias y luego concejal del PNV y director de Emergencias del Gobierno vasco. Izagirre es ahora el imputado en el caso DYA de presunto saqueo de la oenegé de ayuda en carretera. En aquel momento, en 2012, tenía negocios en Cataluña: regía el macrorecinto de emergencias de Can Padró.
Hubo otra reunión en el Don Cándido con Arqués
Es cierto, como sostiene Madí, que ese primer contacto entre Egara y su consultoría no fructificó. La empresa familiar le entregó un dosier que no llevó a la entrada de inversores. Pero también es factual que David Madí participó en otro cónclave posterior con Ambulancias Egara en el hotel Don Cándido de Terrassa. Esa reunión privada es la que cerró la compra de la firma.
Lo detalló este medio: ese concilio privado selló la venta de Egara a Fermí Ferran, exdirector de Seguridad de Cirsa a cambio de cero euros. Al mismo meeting acudieron el propio Madí; Óscar Simón y el constructor leridano Joan Albert Arqués, también imputado en la pieza principal del caso 3% en la Audiencia.
Egara se pega al 'caso 3%'
Por el motivo que fuera, Ambulancias Egara quedó pegada a la presunta trama del 3% tras aquella reunión en el Don Cándido. La constructora Benito Arnó, de Arqués, le construyó la base de Lleida, uno de los tres lotes que ganó en Cataluña. Después, en el crecimiento posterior, la compañía de Terrassa llegó a planificar su expansión desde la sede de Arnó en Lleida.
Lo explicó Crónica Global: Egara, ya entonces contratista sanitaria del CatSalut, utilizó las dependencias de una constructora vinculada a la estructura del 3% para crecer en el resto de España.
La Audiencia investiga
Esas dos aproximaciones de Madí a Egara son algunos de los mimbres que tiene Fiscalía Anticorrupción para sospechar que el empresario independentista ayudó a alterar el concurso de transporte sanitario de Cataluña en 2015. Participara o no Madí, Egara fue comprada por cero euros por directivos del juego que nada tenían que ver con el transporte de pacientes. Se sospecha que estos ejecutivos aseguraron a la familia Simón que podían "conseguir lotes" de la licitación catalana antes de que ésta se celebrara. El minsterio público lo tendrá que probar en sede judicial, claro.
Por lo pronto, este medio ya avanzó que existen indicios de manipulación masiva del concurso, como han explicado directivos del sector, que citan reuniones del CatSalut para compensar a empresas por el reparto, o la existencia de un mapa previo a la adjudicación en la que los lotes ya estaban repartidos. Ese mapa, de hecho, afloró en un registro policial de la Guardia Civil por otro escándalo judicial: una pata del caso Innova en Tarragona.