María Jesús Montero, ministra de Hacienda, diseñó el nuevo impuesto a las eléctricas recurrido por varios actores del sector  / EP

María Jesús Montero, ministra de Hacienda, diseñó el nuevo impuesto a las eléctricas recurrido por varios actores del sector / EP

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La inflación disparó en 33.500 millones los ingresos fiscales el pasado año

La recaudación total rozará el 20% del PIB por primera vez en la historia y se irá más allá de los 256.000 millones de euros

28 febrero, 2023 00:00

El pasado año fue histórico para las arcas públicas en lo que a ingresos tributarios se refiere. El impulso de la recaudación del IVA, como deriva de la mayor presión inflacionista de las últimas cuatro décadas, ha hecho que hasta la Agencia Tributaria llegaran en 2022 unos 33.500 millones de euros más que durante el ejercicio precedente, para redondear una cantidad total por encima de los 256.000 millones de euros.

Un registro que, además de suponer un máximo histórico en términos absolutos, también supone alcanzar cotas nunca vistas en su relación con la riqueza nacional. La recaudación tributaria equivale a un porcentaje del PIB a precios corrientes que roza el 20%. 

La pandemia y la guerra

La proporción se distancia entre tres y cinco puntos con lo que era habitual en los años anteriores a la llegada de la pandemia. La abrupta recuperación económica que siguió al desplome del 11,5% registrado en 2020 inició precisamente la actual espiral inflacionista, tras el verano de 2021. 

Los efectos de la invasión rusa de Ucrania, de la que acaba de cumplirse un año, acentuaron la escalada de los precios debido a la distorsión que supuso para los mercados energéticos y de materias primas, en un primer momento, y para el resto de bienes y servicios como parte de los efectos de segunda ronda.

Un 15% más

Los datos definitivos de recaudación fiscal no se conocerán hasta el próximo mes de marzo, cuando la Agencia Tributaria haga públicas las cifras correspondientes al cierre de 2022 así como a los primeros dos meses del presente ejercicio. 

No obstante, este lunes el secretario de Estado de Hacienda, Jesús Gascón, adelantó algunos detalles durante su comparecencia en la comisión de Hacienda del Congreso de los Diputados, en la que consignó un incremento de la recaudación del 15% respecto a la cifra de 2021, que ya había marcado un pico histórico, precisamente por la subida de los precios que empezó a registrarse a partir del tercer trimestre. 

Cuadrar los Presupuestos

Hasta ese momento, los ingresos de la Agencia Tributaria se situaban incluso algo por debajo de las estimaciones del Ministerio para poder cuadrar unos Presupuestos notablemente expansivos, que contemplaban una recaudación fiscal considerada como demasiado optimista. 

Finalmente, el Gobierno logró holgadamente el objetivo, fundamentalmente gracias a las alzas de la recaudación por IVA, aunque la explosión llegó en 2022.

De acuerdo con los cálculos que Gascón ha compartido con los miembros de la Comisión, la aportación de esta figura ha sido fundamental para obtener algo más de 10.000 millones adicionales de recaudación respecto a lo inicialmente recogido en los Presupuestos.

Pese a este escenario, el Ejecutivo ha sido remiso a promover una rebaja fiscal generalizada, aunque sí ha implantado medidas temporales y enfocadas en los elementos de la cesta de la compra que más se han encarecido en los últimos trimestres.

Así, el Consejo de Ministros aprobó recientemente la rebaja del IVA super reducido del que ya disfrutaban los alimentos considerados de primera necesidad al 0%; también hizo lo propio, en este caso del 10% al 5% con otros productos como el aceite y la pasta. 

Críticas de la oposición

Anteriormente, eliminó el impuesto a la generación eléctrica y redujo al 10% el IVA del recibo para paliar la subida de la factura de la luz, impactada por la subida de los precios en el mercado mayorista para aquellos usuarios del régimen regulado, diseñado en principio con la vista puesta en las rentas más bajas.

La oposición ha criticado al Ejecutivo al considerar que las medidas han sido insuficientes, han llegado demasiado tarde (cuando la recaudación tributaria ya se había beneficiado de los máximos inflacionistas) y que, además, han sido compensadas por la implantación de nuevas figuras como la que grava los envases de plástico, así como los tributos sobre los ingresos de los sectores de banca y energía que, más tarde o más temprano, terminarán por repercutir en los consumidores.