El peso de España en las inversiones de Iberdrola cae un 14% con el nuevo plan
La renovada hoja de ruta de la compañía hasta 2025 privilegia mercados como EEUU y, sobre todo, Reino Unido para elevar un 8% el objetivo de beneficios
10 noviembre, 2022 00:00La actualización del plan estratégico que Iberdrola presentó a los mercados este miércoles en Londres refleja, en forma de cifras, lo que la cúpula directiva de la energética afirmó sin tapujos a preguntas de los analistas: España ha sido relegada a un segundo plano en el capítulo de inversiones en relación con la hoja de ruta original. El peso del mercado español en este capítulo ha descendido un 14% respecto a ese plan original que la compañía ha tenido que remozar antes de que alcanzara su ecuador por la deriva de los acontecimientos.
Entre ellos, la pandemia del coronavirus, que ya obligó a retrasar al final del año 2020 una puesta de largo prevista para mayo. A ello se le suma una inconcebible guerra en suelo europeo, con la invasión rusa de Ucrania, que ha puesto patas arriba los mercados de la electricidad y las materias primas.
De luna de miel a divorcio
También se debe tener en cuenta el giro copernicano en la relación entre el Gobierno español y el sector energético. Comenzó con luna de miel (especialmente por la firme apuesta del Ejecutivo de Pedro Sánchez por las energías renovables) y apunta a traumático divorcio, al menos en lo que respecta a Iberdrola.
El plan revisado que detalló la compañía en su Capital Markets Day contempla inversiones orgánicas de 36.000 millones de euros entre 2023 y 2025. De este montante, un 17% corresponde a España, lo que ya supone una rebaja de cuatro puntos en relación con el 21% que representaba en el plan original.
Recorte del 14%
Este último tenía un horizonte temporal de seis años (2020-2025) en los que las inversiones orgánicas previstas alcanzarían los 68.000 millones de euros. De acuerdo con estas cifras, al mercado español irían a parar cerca de 2.400 millones de euros en promedio anualizado.
En la nueva hoja de ruta, los más de 6.100 millones de euros que se contemplan para España en el próximo trienio suponen una inversión de casi 2.050 millones al año en promedio, una rebaja del 14%.
Reino Unido y EEUU
Se trata de una circunstancia radicalmente opuesta a lo que sucede con otros mercados estratégicos para la compañía, especialmente Reino Unido y EEUU. En el primero, el peso de las inversiones se ha incrementado cuatro puntos desde el plan original (del 16% al 20%), paradójicamente los que ha descendido España. La cuantía promedio anual de inversión se incrementa algo más de un 32%.
En el caso de EEUU, este incremento supera el 5%. Se alcanza esta cifra sin tener en cuenta la inversión inorgánica prevista, que va a parar de forma íntegra al mercado estadounidense toda vez que se destinará a la adquisición de PNM Resources.
En este caso, la cuantía se ha elevado desde los 7.000 millones estimados para la operación en el plan de 2020 a los 9.000 millones de la hoja de ruta revisada. Se le debe suman otros 2.000 millones de inversión orgánica en la empresa de Nuevo México, que será absorbida por Avangrid, filial estadounidense de Iberdrola, una vez que se cierre la adquisición. El presidente de la energética, Ignacio Galán, prevé completar la operación en el primer semestre de 2023.
“El perfil de riesgo en otros países es mejor que el de España, donde sufrimos las consecuencias de decisiones con las que no estamos de acuerdo”, señaló el director financiero de la compañía, José Sáinz Armada, ante los analistas. Hacía referencia de este modo al impuesto al sector energético con el que Moncloa gravará durante dos años los “beneficios extraordinarios” que considera que está obteniendo gracias a las subidas de los precios de la electricidad.
Un marco más estable
La compañía está dispuesta a llevar esta medida a los tribunales, como afirmó el propio Galán hace algunas semanas en la presentación de los resultados trimestrales y reiteró también en el Capital Markets Day. En la sesión en Londres recordó que su obligación como gestor es “llevar un dinero que no es nuestro sino de nuestros accionistas allá donde tengamos más seguridad jurídica, más estabilidad regulatoria”. Incluso añadió una valoración que se ha interpretado como un dardo directo a Moncloa: “Más estado de Derecho”.
“Es más seguro invertir en otros países que tienen un marco regulatorio más estable”, ratificó Sáinz Armada, mientras que Armando Martínez, consejero delegado de nuevo cuño, se deshizo en elogios hacia el mercado estadounidense al que calificó de “único”.
Un 8% más de beneficios
Todas estas palabras han pasado directamente a los papeles que marcarán las directrices de la compañía durante los próximos tres años, que incluyen superar las metas fijadas hace apenas 24 meses.
Si por entonces se fijaba un ambicioso objetivo de alcanzar un beneficio neto de 5.000 millones de euros en 2025, Iberdrola sube la apuesta un máximo del 8%, hasta 5.400 millones, con un suelo de 5.200 millones. La capacidad renovable instalada que aparece como nueva meta, en torno a 62 gigawatios, también supera el anterior propósito (en torno a 60).