Dolores Ortega, sobrina del fundador de Inditex, dice adiós a sus sicavs
La inversora, que controla en torno al 1% del capital del grupo textil, se une a otras grandes fortunas que han transformado estos vehículos en sociedades convencionales al perder ventajas fiscales
13 marzo, 2022 00:00El clan familiar de Amancio Ortega se despide definitivamente del ámbito de las sicavs, que el fundador y accionista mayoritario de Inditex ya dejó hace algo más de una década. La última en apagar la luz y cerrar la puerta ha sido Dolores Ortega, sobrina del empresario leonés afincado en Galicia y una de las más desconocidas del entorno del gigante textil, pese a tratarse también de una de de las grandes accionistas a título individual.
En línea con las operaciones que han efectuado numerosos propietarios de grandes fortunas en España, Dolores Ortega transformará las dos sicavs que mantenía, denominadas Silleiro de Inversión y Vivero de Inversiones, en sociedades convencionales después de que las últimas modificaciones introducidas en el régimen de estos vehículos de inversión hayan reducido su atractivo fiscal.
Requisistos endurecidos
Cabe recordar que con la nueva normativa, las sicav sólo podrán beneficiarse de pagar un tipo del 1% en el Impuesto de Sociedades en el caso de mantener la cifra mínima exigida tradicionalmente de 100 partícipes y si cada uno de los cuales acredita una posición mínima valorada en 2.500 euros.
De lo contrario, la sicav podrá seguir manteniendo su régimen pero pasará a tributar Sociedades con un tipo del 25%, como el resto de empresas.
El camino de Sandra Ortega
A finales del pasado febrero se conoció la decisión de Sandra Ortega Mera, primogénita del dueño de Zara, de abandonar también el régimen de las sicav, pese a que en principio se pensaba que permanecería en él al cumplir los requisitos contemplados en la nueva normativa.
Casada con quien fuera director general de Inditex Juan Carlos Rodríguez Cebrián, Dolores Ortega Renedo representa uno de los perfiles más desconocidos del clan familiar que volvió a la primera línea de la actualidad empresarial a finales de noviembre, cuando se hizo público que Marta Ortega Pérez, la hija pequeña del accionista mayoritario de la compañía, tomaría el relevo de Pablo Isla en la presidencia.
Sicavs tras la salida a bolsa
Tras la salida a bolsa de Inditex, en mayo de 2001, trascendió que Dolores Ortega mantenía en torno a un 1% del capital y que había ingresado algo más de 200 millones de euros por la enajenación de un paquete de acciones en el proceso de la Oferta Pública de Venta (OPV).
Como en el caso del propio Amancio Ortega; de su exmujer, Rosalía Mera (fallecida en 2015, tras lo que Sandra Ortega heredó, entre otros activos, las sicav); y de Josefa Ortega, hermana del empresario, su sobrina Dolores registró sicavs para canalizar parte de los ingresos de la operación.
La apuesta francesa
Mientras que ella se ha mantenido en un discretísimo segundo plano, Rodríguez Cebrián sí ha estado en primera línea de los negocios, especialmente en Galicia, donde cuenta con varios intereses, sobre todo en el sector inmobiliario.
Tras su salida de Inditex en 2005, coincidiendo con la llegada al grupo de Pablo Isla (entonces como consejero delegado), una de las aventuras empresariales que emprendió el matrimonio Ortega-Rodríguez Cebrián fue la toma de una participación en la filial francesa de Realia, denominada SIIC de Paris, de la que llegó a controlar un 5%.
40 millones bajo gestión
Esta operación se realizó a través de Marlolan, la instrumental a través de la que controlan Silleiro de Inversión, cuya transformación en sociedad limitada se aprobará en una próxima junta de accionistas. Algo similar sucederá con Vivero de Inversiones, que preside en personas Dolores Ortega, aunque en este caso tan sólo ha comunicado al mercado la decisión de abandonar el régimen de sicav, sin especificar cuál será el destino de la sociedad.
El patrimonio conjunto gestionado asciende en la actualidad a unos 40 millones de euros.
Una década sin sicavs
Hasta la fecha, el clan Ortega había permanecido fiel a este producto pese a que su predicamento entre las grandes fortunas españolas ha ido claramente en descenso, sobre todo desde que precisamente el fundador de Inditex decidiera disolver las que registró para canalizar parte de los ingresos que obtuvo con la salida a bolsa de la compañía.
Por entonces, los sucesivos gobiernos habían empezado a reducir el atractivo fiscal de estas sociedades y a endurecer los criterios para su registro conforme se incrementaba la polémica y la contestación social ciudadana ante lo que se interpretaba como un privilegio injustificado para los grandes patrimonios. En el caso de Amancio Ortega, la gota que colmó el vaso fue la introducción de la obligatoriedad de cotizar en el mercado, en un intento por “democratizar” estos vehículos. No está claro que lograran el objetivo pero sí que forzaron alguna recogida de bártulos.