La bahía de San Francisco, en Silicon Valley (EEUU) / FREEPIK

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Business

TheVentureCity, el fondo que invierte en Silicon Valley y en Barcelona

El fondo de capital riesgo, cofundado por una española, gestiona una cartera de 130 millones y se ha interesado por tecnológicas de 18 países, algunas con sede en la capital catalana

24 noviembre, 2021 00:00

La española Laura González-Estéfani y la argentina Clara Bullrich fundaron en 2017 TheVentureCity, un fondo especializado en inversiones de capital riesgo. Un proyecto que apuesta por startups tecnológicas de Silicon Valley (EEUU) desde su sede en Miami y su subdelegación en San Francisco, pero también se ha fijado en iniciativas empresariales barcelonesas desde su sede europea en Madrid.

Entre las startups de Barcelona que han llamado la atención de estos inversores están Airning, legaltech especializada en reclamaciones de vuelos; Aervio, plataforma que lleva la inteligencia artificial a los viajes de negocios; la app de ahorro Goin; y Reloadly, dedicada a los pagos internacionales. El fondo, de capital estadounidense y europeo, ha invertido en tecnológicas como Returnly, fundada por un español en San Francisco (Estados Unidos) y que este año se ha vendido por 266 millones de euros, a tipo de cambio actual por 300 millones de dólares.

Tecnológicas californianas

También han pasado por la cartera del fondo tecnológicas de San Francisco como Pixlee, Outloud, Getrocket o Explorest. O de otros puntos de Silicon Valley, como Flourish FI (Berkeley), Gamersafer (San José) o Constella (Los Altos).

Más allá de California, también ha invertido en firmas como Base (Chicago), que ofrece tests desde casa para mejorar la dieta, el sueño, el estrés, la energía y hasta el apetito sexual. El fondo, que tiene bajo gestión activos valorados en unos 130 millones de euros, cuenta con empresas en el resto de Estados Unidos, en Londres (Reino Unido) y en un total de 18 países.

Inversión en Barcelona

Una de las empresas que se ha incorporado recientemente al portfolio de TheVentureCity es la barcelonesa Goin, una app que ayuda al usuario a conseguir sus objetivos financieros y de consumo. Además del ahorro automático, David Ruidor, consejero delegado de Goin, explica que la plataforma utiliza big data “para ayudar a los usuarios a consumir de forma más inteligente”, ya que por ejemplo, hacen compras a volumen “de forma más barata”: “Mucha gente quiere un iPhone o vacaciones en el mismo sitio”, señala.

Otra de las apuestas del fondo es la valenciana Delitbee, que reúne en una app a todos los restaurantes con servicio de delivery, comparando las ofertas de plataformas como Glovo, Uber Eats o Justeat. Su cofundador, Pau Vivas, explica que TheVentureCity tiene “un programa de tres meses en el que te ayudan a través de los datos que arroja tu proyecto para tomar las mejores decisiones”, además de lo que “aporta a nivel de ecosistema” y de contactos a la hora de cerrar rondas de financiación. Además, la startup forma parte de la aceleradora de Juan Roig, Lanzadera, “una apuesta clara por el talento valenciano” y por “crear un ecosistema que ponga a Valencia en el mapa”.

Las reformas pendientes

Andrés Dancausa, socio del fondo, coincide en que “muchos inversores se están afincando” en Valencia gracias al papel de Lanzadera y varios business angels, del mismo modo que “en Barcelona ha hecho un trabajo excelente el ICF y fruto de eso aparecieron muchos fondos y ha habido mucha inversión”, algo que cree que “se podría replicar” en ciudades como Málaga o Bilbao. No obstante, cree que hay margen de mejora, por ejemplo a través de políticas fiscales e inversiones en el ecosistema empresarial, con “todavía más capital desarrollado por el ICF” para aprovechar mejor el potencial de la economía de la Ciudad Condal.

“Podríamos hacer como Portugal”, propone Ruidor. “Copiar a Portugal no es muy difícil; poner a alguien a liderar la emprendeduría que haya sido emprendedor, actualizar la legislación al siglo XXI, enfocar la fiscalidad a mejorar la manera de trabajar de los autónomos”, reclama. Un puzzle que se completaría con “leyes más laxas” y una reforma regulatoria que permita atraer empresas, inversiones y talento en un contexto de creciente competencia entre las ciudades internacionales.