Barcelona salva el Fairmont Juan Carlos I de la quiebra
El ayuntamiento pacta la continuidad del 'resort' de cinco estrellas, ahogado por las deudas y en preconcurso de acreedores
31 julio, 2021 00:00Barcelona salvará el hotel Fairmont Juan Carlos I de la quiebra. El ayuntamiento ha pactado la continuidad de la concesión del cinco estrellas situado en la parte alta de la avenida Diagonal, que está ahogado por las deudas, en preconcurso de acreedores y en peligro de insolvencia.
Es lo que consigna un acuerdo tomado en la comisión de gobierno del jueves, cuando el consistorio aprobó el protocolo de intenciones entre el Ayuntamiento de Barcelona y la sociedad Barcelona Project's SA --dueña del Fairmont-- relativo al derecho de superficie del resort de lujo [consultar aquí]. La entente entre Administración local y la propietaria significa que hay pacto para alargar de un modo u otro la concesión del terreno del alojamiento, que es lo que impedía la venta del activo, como explicó este medio.
Fin al bloqueo
¿Qué supone el acuerdo? Que los dueños del hotel de lujo ganan tiempo. La familia real saudí Ben Nasser, propietaria del resort urbano, ha visto como el alojamiento se cargaba de deuda en los últimos años. La pandemia del coronavirus ha rematado al alojamiento, que lleva meses cerrado. En primavera se declaró en preconcurso de acreedores, como avanzó Crónica Global. Barcelona Project's tiene como plazo para declarar la insolvencia hasta principios de 2022. Los acreedores de parte de los 100 millones de deuda también podrían instarla.
Ante ello, el Fairmont solo tenía una salida: hallar un inversor que comprara el hotel y le inyectara fondos. La sociedad propietaria trató de colocarlo a Apollo Global Management, pero la transacción se frustró por, precisamente, el problema del terreno donde se eleva el cinco estrellas. La pastilla es una concesión administrativa municipal que vence en 2040. Y, hasta ahora, el ayuntamiento se negaba a prorrogarla. Ante esa perspectiva, los candidatos, temerosos de no recuperar la inversión, se habían echado para atrás.
Oxígeno para el hotel y 500 trabajadores
Hasta esta semana. Barcelona y el Fairmont Juan Carlos I tienen ahora un protocolo de intenciones que arregla el asunto de la concesión. El documento da espacio a los propietarios, la familia Ben Nasser, para encontrar a un inversor que compre el hotel y lo salve. Es lo que trató de hacer Barcelona Project's con Apollo, pero el asset manager estadounidense puso el freno porque no veía claro amortizar la inversión en 19 años. En otras palabras: si el hotel puede ser desahuciado en 2040, ni Apollo ni ningún otro socio entrará a comprar el Fairmont.
Esta es la posibilidad que se abre ahora. Con el protocolo de intenciones firmado entre los dueños del resort de lujo y el ayuntamiento, el hotel es más apetitoso. Goza de 19 años de concesión sobre el terreno y podría ampliarse a más tiempo. Con esta entente, la familia Ben Nasser puede acudir al mercado hotelero inversor para colocar su producto. Con mucha más facilidad. "Barcelona Project's no está interesada en seguir en el Fairmont. Buscaba un inversor que se lo quedara, y ahora lo tendrá mucho más fácil", explican fuentes cercanas al hotel. Con el nuevo inversor, los 500 trabajadores del establecimiento estarán también más cerca de conservar su empleo. Por lo pronto, llevan meses en ERTE.
Trasfondo: demasiada deuda
El embrollo administrativo del Fairmont Juan Carlos I esconde una premisa: el hotel es inviable. En estos momentos, el alojamiento de lujo arrastra una deuda cercana a los 100 milones de euros. Las obligaciones asfixian a uno de los mejores hoteles de Barcelona, con 430 habitaciones, 27 de ellas suites, la gestión del vecino Palacio de Congresos de Cataluña, un jardín, piscina exterior y un spa. Las gravosas hipotecas con los bancos empeoraron la situación de la compañía cuando esta decidió invertir 37 millones en reformar por completo el alojamiento en 2016, coincidiendo con la entrada de Fairmont como gestor.
Pero es que los problemas vienen de lejos. El resort ha pagado la gestión que hizo Husa Hoteles en el pasado. La hotelera de Joan Gaspart dejó una deuda que se estima cercana a los 16 millones de euros. La carga financiera provocó incluso una querella penal de la familia Ben Nasser contra el expresidente del FC Barcelona, pero la Audiencia Provincial la archivó. Las deudas siguen en los libros. Hacen el hotel inviable y se necesita un nuevo socio inversor. Por eso era crucial que se alargara la concesión del terreno. Es lo que ha hecho el Ayuntamiento de Barcelona, presionado ante la posibilidad de abrir un conflicto laboral con 500 empleados antes de un otoño que se prevé complejo en el plano económico y social.