El presidente de Caixabank, José Ignacio Goirigolzarri (centro), en la primera junta de accionistas de la nueva entidad / EP

El presidente de Caixabank, José Ignacio Goirigolzarri (centro), en la primera junta de accionistas de la nueva entidad / EP

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Caixabank atribuye a la campaña política la negativa del FROB a las retribuciones

La postura del Gobierno ha causado malestar en la entidad, aunque se enmarca en la pugna de las elecciones madrileñas

15 mayo, 2021 00:00

El voto del FROB en contra de la política retributiva de Caixabank, del que es segundo accionista, ha causado un cierto malestar en la cúpula de la entidad financiera. Con todo, no se puede decir que haya sido un acontecimiento inesperado en la primera junta de accionistas de la primera entidad del país, a tenor de las declaraciones de las vicepresidentas Nadia Caviño (PSOE) y Yolanda Díaz (Unidas Podemos) en los últimos días. De hecho, de puertas adentro, el banco considera que la maniobra forma parte de la estrategia iniciada cuando todavía estaba en marcha la campaña de las elecciones en la Comunidad de Madrid y lo leen como un movimiento puramente político.
 

Caixabank atribuye a la campaña política la negativa del FROB a las altas retribuciones / CG

La convocatoria de la junta y la publicación de los puntos del orden del día relacionados con las retribuciones de los ejecutivos coincidió con el planteamiento por parte de la dirección del banco de un ERE que afectaba, en principio, a casi 8.300 trabajadores y 1.500 oficinas. Después ha sido rebajado y los números finales dependen de la negociación que está en marcha. Esta circunstancia que provocó airadas críticas, especialmente de la vicepresidenta económica, en un contexto de confrontación política enmarcado en una de las campañas electorales más agresivas y polarizadas que se recuerdan. La principal, la de la Comunidad de Madrid. 

Tomar distancia

No ha sido precisamente un plato de gusto para los directivos de Caixabank, que esperaban como mal menor una mera abstención. La misma que ejerció el FROB en el resto de puntos del orden del día relacionados con las retribuciones.

Sin embargo, el gesto político fue más allá. El hecho de que estos acontecimientos se hayan producido, precisamente, en un contexto tan peculiar hace que la cúpula de la entidad apueste por tomar una cierta distancia de la decisión y dejar que, con el paso del tiempo y, sobre todo, la negociación del ajuste laboral, las aguas vuelvan a su cauce. Confían en cerrar un buen acuerdo con los sindicatos y pronto, ya que, tal y como avanzó el presidente, José Ignacio Goirigolzarri, es lo mejor para cesar con la incertidumbre de los trabajadores. 

Los institucionales, a favor

Eso sí, en el seno de Caixabank no deja de llamar la atención el hecho que haya sido la misma vicepresidenta que tanto impulsó la fusión entre Caixabank y Bankia la que, posteriormente, haya tenido una posición tan beligerante con la reestructuración de plantilla y unos sueldos que no difieren en gran medida de la media del sector. De hecho, no son de los más altos del país, a pesar de que ambos ejecutivos liderarán el principal grupo financiero de España. 

El consejo del banco se presentaba en la asamblea con el convencimiento de que no habría problema alguno para sacar adelante los puntos del orden del día, toda vez que los principales proxy advisors de los inversores institucionales habían emitido informes favorables para sus clientes. Así fue, pero con el voto del FROB que destacó. 

Voto intrascendente

De hecho, en la entidad también se maneja la idea de que el Gobierno ha sido perfecto conocedor de esta circunstancia en todo momento. Al final, ha jugado sus cartas con la idea de que su voto contrario no ponía en ningún momento en peligro que la política retributiva propuesta por la entidad saliera adelante.

Cabe tener cuenta que el FROB cuenta con una participación del 16% en el capital de Caixabank, que tiene a la Fundación Bancaria La Caixa como primer accionista, con algo más del 30%. De acuerdo con el quórum de asistencia dado a conocer a lo largo de la asamblea, el porcentaje de acciones presentes o representadas en la junta ascendió al 75%.

El presidente de Caixabank, José Ignacio Goirigolzarri / CAIXABANK

El presidente de Caixabank, José Ignacio Goirigolzarri / CAIXABANK

Manos libres

De esta forma, el voto en contra del FROB supone tan sólo el 21% del total presente o representado en la asamblea. “En ningún caso la decisión del Gobierno iba a ser determinante en un sentido o en otro, de modo que ha tenido en todo momento las manos libres para seguir desarrollando su propia estrategia”, apuntan fuentes conocedoras de la situación.

Estos mismos interlocutores apuntan que, en el caso contrario, probablemente el FROB hubiera optado por la abstención.

Acelerar el ERE

En cualquier caso, el objetivo que se ha marcado la cúpula de Caixabank es resolver cuanto antes la negociación del ERE para eliminar toda suerte de ruido y comenzar a gestionar la nueva entidad sin ningún tipo de arista.

Una circunstancia que, lejos de ocultar, el presidente del banco, José Ignacio Goirigolzarri, manifestó en su discurso en la asamblea de accionistas. La prioridad numero uno pasa por acotar los tiempos de las negociaciones y evitar así que la situación se enquiste.

Integración de sistemas

“Lo último que va a buscar el equipo directivo de Caixabank es una batalla entre accionistas y menos cuando uno de ellos es el Estado”, apuntan desde fuentes próximas a la entidad.

El banco quiere cerrar la negociación con los sindicatos antes del cierre del segundo trimestre. Después deberán abordar un asunto que considera como uno de los más delicados, sino el que más, de la fusión como es la integración de sistemas, cuya conclusión no se espera hasta finales del año. En él se juega buena parte del éxito de la operación.