Cementiris entra en guerra con Áltima y pierde el 20% de cremaciones
La empresa municipal sufre una dentellada en sus ingresos por la pugna con la funeraria de los Ventura tras racanear los precios durante la pandemia
12 marzo, 2021 00:00Cementiris de Barcelona (Cbsa) ha entrado en guerra con Áltima y ha notado una dentellada en el 20% de sus cremaciones, las que le derivaba la funeraria de la familia Ventura antes de la pugna. La empresa municipal de camposantos ha roto con la funeraria, lo que ha provocado una sacudida a su negocio, que depende de los operadores privados.
Han avisado de ello fuentes de la oposición municipal, que tiene presencia en el consejo de Cementiris, y lo han confirmado fuentes cercanas a la disputa. Según estas voces, la sociedad pública de gestión de cementerios y Áltima están a la greña. Ello ha provocado que la segunda compañía apenas le derive cremaciones --Cementiris tiene el monopolio de la incineración en Barcelona ciudad-- salvo en fin de semana. El negocio perdido se mueve en torno al 20%, según las mismas voces.
¿Motivo? Los precios durante la pandemia
El tuercebrazos entre Cementiris y Áltima se originó en abril de 2020. En plena virulencia de la pandemia en España, la Generalitat de Cataluña intervino los precios de los servicios funerarios con el fin de que ningún operador subiera tarifas. Era algo que no estaba ocurriendo, pero el Govern quiso marcar perfil. La Administración catalana, no obstante, necesitaba información tarifaria. La pidió a otras instituciones, y el Ayuntamiento de Barcelona respondió.
Según las fuentes consultadas, el gobierno municipal preparó un "paquete de precios" muy inferior al de mercado. Lo pasó a la Generalitat, y esta fue la estructura de precios que se publicó en el diario oficial autonómico. Muy inferior al de mercado. El sector estalló, pues además de la intervención, ésta se producía con tarifas mucho más bajas de lo habitual. Algunos, como Áltima, vieron la mano del Ayuntamiento de Barcelona, que en los últimos años ha tratado de competir con los privados en el sector funerario, sin éxito.
"No derivan nada"
Otros operadores pudieron aguantar el recorte de precios gubernativo. Áltima estalló y preparó su venganza. La vendetta tiene lugar ahora, cuando la funeraria de los Ventura centraliza las cremaciones de los difuntos que gestiona en los dos crematorios que tiene en El Papiol (Barcelona) y Sant Adrià de Besòs, junto a la Ciudad Condal.
Evita enviar los féretros a Cementiris de Barcelona. "Entre semana no envía nada", explican las fuentes consultadas. Cero ataúdes a Cementiris para que los creme en Barcelona. "Solo deriva trabajo el fin de semana, cuando Roques Blanques-El Papiol y Sant Adrià cierran", explican. Ello, claro, ha provocado una caída de negocio a Cementiris.
Cbsa sondeó L'Hospitalet
Pero es que hay más. Además de la treta con los precios, Cementiris de Barcelona sondeó a Áltima para gestionar el tanatorio de L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona). Este equipamiento funerario es la joya de la corona del portafolio de la empresa. El acercamiento de la empresa municipal sentó mal.
Otras voces matizan el conflicto y atribuyen la nueva estrategia de Áltima con Cementiris al hecho de que "busca su propio negocio 360 grados". ¿A qué se refieren? "Insisten en una estrategia comercial propia, de mínimas derivaciones a externos, para aumentar ingresos. Además, están en negociaciones para una alianza con Funeraria Truyols", insisten estas voces.
¿Y el beneficio de Cementiris?
Sea una pugna o sea una estrategia comercial enfrentada a la de la empresa municipal, Áltima ha puesto a Cementiris de Barcelona en un brete. La firma municipal de camposantos, que dirige Miquel Trepat, registró un beneficio neto de solo 359.000 euros el último ejercicio auditado (2019). La cifra se aleja de los 639.000 euros del año anterior y queda a años luz de los dos millones tras impuestos al año que solía ganar Cbsa anualmente.
En buena parte, ese ajuste a la baja del beneficio se explica por las fuertes inversiones en mantenimiento y reformas que ha tenido que hacer la empresa municipal tras el derrumbe de un bloque de 144 nichos en el Cementerio de Montjuïc en 2017. Aquella catástrofe obligó a pagar indemnizaciones y a inspeccionar y vigilar los nueve camposantos públicos de la ciudad para evitar nuevos hundimientos. En este escenario de tensiones de tesorería se ha abierto ahora la guerra con Áltima.
Esta información se ha elaborado sin la versión de Áltima, que no ha respondido a las preguntas de este medio. Cementiris de Barcelona, por su parte, sí ha respondido para aclarar que no haría comentarios.