El empresariado carga contra el Govern por acordarse “ahora” de los rastreadores
Indignación por la marcha atrás en el contrato con Ferrovial y la confusión con las medidas para restringir la movilidad
29 diciembre, 2020 00:00Incredulidad total. Pese a que el Govern de la Generalitat lleva muchos meses desafiando al sentido común, el empresariado no entiende que “se confunda” de forma constante con el anuncio de medidas para restringir la movilidad para dejarlas igual, con muchos sectores económicos en vilo. Tampoco se entiende, y ello es objeto de una carga total contra el Ejecutivo, que se piense “ahora” en la contratación de rastreadores propios tras la decisión de rescindir el contrato con Ferrovial por parte de la consejera de Salud, Alba Vergés. “¿Mejorar el rastreo? Claro, es lo que se pedía desde las patronales, es lo que debía haber hecho el Govern, y no cerrar la actividad empresarial”, señalan las fuentes consultadas.
En el caso de Ferrrovial la propia empresa entiende que, al iniciarse el periodo de vacunación, el contrato suscrito llega a su fin, como indicaba una de las cláusulas que se habían acordado. Pero la decisión ha cogido al sector con el paso cambiado, y el ámbito sanitario reclama un esfuerzo suplementario, porque no podrá atender los nuevos casos de infectados que se produzcan. El inicio de las vacunaciones no garantiza que no se puedan saturar los hospitales en los próximos meses.
Improvisación constante
Las patronales, Foment y Pimec, rechazan la “improvisación constante” y los avances y retrocesos, sin planificar con mayor cuidado cómo puede afectar a los sectores económicos el cierre de actividad. Con la necesidad, precisamente, de preparar el fin de año, se esperaba que el Govern tomara decisiones este lunes. Pero, pese a las advertencias y al anuncio de que se iba a restringir la movilidad por parte del consejero de Interior, Miquel Sàmper, el Ejecutivo catalán ha dejado las cosas igual que antes de la Navidad. Ningún cambio, al margen de las restricciones ya tomadas con el cierre perimetral de La Cerdanya y el Ripollès.
Existe, en todo caso, un clima de “resignación”, porque el empresariado no espera gran cosa del Govern de coalición entre JxCat y ERC. Y la esperanza se basa en que, tras las elecciones del 14F, se pueda formar un Ejecutivo a partir de otras mayorías o con miembros “más serios” al frente de la Generalitat. Lo que preocupa ahora es que “la competencia interna, la batalla electoral, en estas largas semanas que quedan, pueda afectar todavía más a la falta de decisiones”.
ERC "deja en evidencia" a JxCat
La lectura del empresariado es que los consejeros más cercanos a las tesis del PDECat, los perfiles más técnicos, aunque ya sean nominalmente de JxCat, han quedado “totalmente apartados”. Es el caso de Damià Calvet, el titular de Territori, o del propio Sàmper, que ha quedado “en evidencia”. Eso por lo que respecta al sector del partido de Carles Puigdemont, mientras que en el otro lado, los consejeros de ERC están dispuestos a “desnudar” a los otros miembros del Govern. ¿Resultado? No se han tomado más medidas restrictivas, a la espera de que los datos de afectados y de reproducción del Covid, la famosa R, no escalen en los próximos días y se pueda mantener un cierto equilibrio en el sistema sanitario catalán.
Sàmper queda a la intemperie, mientras Pere Aragonès ha tomado el timón, siempre marcado por la portavoz del Govern, Meritxell Budó, de JxCat. Esa batalla “ha resultado nefasta en los últimos meses”, insisten desde las patronales.
El 'afán' de protagonismo de Sàmper
En el caso del consejero de Interior, sin embargo, se señala que es él mismo quien se pone la soga en el cuello, por su “afán de notoriedad”, para diferenciarse de un Govern en el que no está cómodo, sabedor de que tiene facilidad de palabra y comunica “bien” en las entrevistas. Y “tan bien” comunicó, en una al programa Via Lliure de RAC1, que se dio por hecho que este lunes en la reunión del Procicat --el gabinete de crisis del Govern-- se endurecería el horario de toque de queda nocturno para la Nochevieja. La idea de Sàmper era que el cierre perimetral en La Cerdanya y en Ripollès se aplicaría en toda Cataluña, con un cierre total de bares y restaurantes. Sin embargo, este lunes no pasó nada de nada. Pero tampoco se descarta que la medida se tome en los próximos días.
El cabreo es monumental. Foment del Treball, la patronal que preside Josep Sánchez Llibre, ha insistido en las últimas semanas en no tomar decisiones drásticas con un cierre total de la economía y, en todo caso, ha pedido al Govern que actuara con compensaciones económicas. En la misma dirección ha caminado Pimec, que insiste en la “muerte” de miles de pequeñas y medianas empresas por el parón económico y la falta de medidas del poder político.