Sánchez Llibre defiende la alianza público-privada para potenciar la inversión de fondos europeos / EUROPA PRESS

Sánchez Llibre defiende la alianza público-privada para potenciar la inversión de fondos europeos / EUROPA PRESS

Business

El empresariado catalán asume que debe impulsar la transformación de Cataluña

Sánchez Llibre y Ángel Simón encabezan una apuesta por marcar la agenda económica y política frente a la desorientación del Govern y a pocas semanas de las elecciones

22 diciembre, 2020 00:00

Un paso al frente. Colectivo, sin figuras que asuman el protagonismo, pero con algunas voces claras, convencidas de que la coyuntura obliga a asumir responsabilidades. El empresariado catalán entiende que debe impulsar una transformación en Cataluña, frente a la desorientación del Govern de la Generalitat, y con la perspectiva de las elecciones catalanas que, según las encuestas publicadas, podrían dejar las cosas en una situación similar a la actual. Ese compromiso se definió ayer lunes en la sede de Foment, con dos protagonistas, el presidente de Agbar, Ángel Simón, y el de la patronal, Josep Sánchez Llibre. Simón, que fue premiado con la medalla de honor al empresario de año, lo definió de forma precisa al valorar un galardón entregado “por este Foment, por esta patronal presidida por Sánchez Llibre”, con la idea de que ha encontrado su momento y un punto de equilibrio entre la defensa del empresariado y su papel como interlocutor en la vida pública.

El paso al frente es diáfano: apuesta por la colaboración público-privada, con una defensa de la “inclusión social”, con la necesidad de “llegar a acuerdos y pactos”, con posiciones firmes respecto a medidas concretas como el rechazo en estos momentos a un nuevo aumento del salario mínimo o la oposición a un incremento de la fiscalidad. Y también una defensa de los ERTE, pero con una mayor flexibilidad para las empresas, de un plan de choque para salvar el tejido económico y la exigencia de que la Generalitat clarifique todas las medidas restrictivas para no ahogar a diferentes sectores económicos, como la restauración. La toma de posición de Foment es constante --con reflexiones a través de su Instituto de Estudios Estratégicos sobre el cambio del modelo productivo-- y no tiene precedentes, con una actividad frenética, que responde a la propia apuesta personal de Sánchez Llibre, pero también al convencimiento del empresariado de que le ha llegado el momento. Y de que, frente a la parálisis político-institucional, debe alzar la voz y buscar una mayor coordinación con el sector público.

 

 

Josep Sánchez Llibre considera que “administraciones y empresarios tenemos que trabajar de forma conjunta" / FOMENT

Simón y su papel empresarial

Esa es la apuesta también de Ángel Simón, que insistió en su intervención en estrechar los lazos entre la administración pública y el sector privado, un modelo que ha chocado con el proyecto ideológico de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau que, precisamente, renunció en el último momento a asistir al acto en Foment, a diferencia del primer teniente de alcalde, Jaume Collboni, que comparte las tesis del empresariado.

Simón reclamó una “mayor colaboración” y evocó la etapa de Pasqual Maragall al frente del Ayuntamiento de Barcelona para oponerla, precisamente, a la de Colau, que ha mantenido reiterados choques con el presidente de Agbar con su idea de remunicipalizar servicios públicos como el suministro de agua o de energía. Esa labor de reactivar el pulso económico y de ahondar en la transformación digital y ecológica que reclama la Unión Europea, a partir de los fondos europeos, la desarrolla también Simón en el seno del Círculo de Economía, que es la otra pata del empresariado catalán que busca nuevas respuestas para reactivar la economía y la sociedad catalanas, exhaustas tras el proceso independentista que arrancó en 2012.

La voz de Pimec

Hay otros actores. La patronal de la pequeña y mediana empresa, Pimec, ha dado también un paso al frente, con una contestación clara frente a lo que considera un comportamiento “poco ético” de dirigentes como Joan Canadell, que ha liderado la Cámara de Comercio de Barcelona y que se ha enrolado en las filas de Junts per Catalunya (JxCat) como número dos de Laura Borràs. Pimec también ha alzado la voz frente a la “inflexibilidad” de Trabajo en la gestión de los ERTE, y busca cómo influir en cada decisión que toma tanto el Govern de la Generalitat como el Ejecutivo español. La patronal que preside Josep González, aunque con un papel cada vez más determinante de Antonio Cañete, está decidida a actuar en el debate público y no se inclina por ninguna posición política, aunque Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) desea tener la máxima influencia entre sus asociados para representar la centralidad en la sociedad catalana con la ambición de lograr la presidencia de la Generalitat.

Todo ese tejido económico responde de forma colectiva en un momento en el que los empresarios a título individual se han refugiado en sus negocios, abrumados por la intensidad de la crisis. Sin una figura como José Manuel Lara, que no tenía inconveniente en aparecer como un escudo frente al gobierno autonómico cuando lo consideraba necesario, la bronca en el mundo independentista, que ha paralizado la toma de decisiones, ha llevado a entidades como Foment al convencimiento de que debe marcar la agenda económica y social, mientras que otras instituciones, como el Círculo de Economía, bajo la presidencia de Javier Faus, buscan cómo dibujar un nuevo modelo económico y territorial que ofrezca a Barcelona y a Cataluña nuevas oportunidades a partir de los fondos de reconstrucción de la Unión Europea.

Sin empresas no hay futuro

Esa es la apuesta que los propios responsables de Foment reconocen. “Hemos estado todos estos meses, tan complicados, encima de todos los asuntos, buscando soluciones y con la intención de proteger y dar respuestas a las empresas porque sin ellas no habrá futuro”, señala un miembro de la cúpula patronal.

Sánchez Llibre, consciente del papel de liderazgo que le ha tocado y con toda la experiencia como exdirigente político de CiU, ha decidido “ocupar” el espacio con propuestas constantes, con críticas o matices a partir de las decisiones políticas del Govern, sabedor, no obstante, de que su límite es la defensa del empresario, del emprendedor. Lo constató este lunes, con la petición de un “mayor reconocimiento” para el mundo empresarial, pero sin dejar de marcar el terreno: “Hay que buscar el máximo equilibrio entre sanidad y economía, poner en marcha un plan de choque para los sectores más afectados y plantear una política fiscal al servicio de la economía productiva, y la generación de empleo”. Y, en la línea de Ángel Simón, reclamó que los fondos europeos “deben servir para abrir camino a una nueva economía y eso sólo se conseguirá con la colaboración público-privada”.

Sin un poder político que lidere, y en constante brega entre los socios que conforman el Govern, con un PSC agazapado a la espera de dar la sorpresa en las elecciones catalanas, el empresariado ha dado un paso, dispuesto a liderar la nueva transformación que exige el momento en Cataluña.