Sedes de Caixabank y Bankia / FOTOMONTAJE DE CG

Sedes de Caixabank y Bankia / FOTOMONTAJE DE CG

Business

Nace el nuevo Caixabank, el gigante que impulsa la consolidación del sistema financiero

Los consejos de administración de Caixabank y Bankia dan el visto bueno a una fusión histórica negociada en poco menos de un mes

17 septiembre, 2020 21:17

Este jueves ha sido un día histórico para la banca española. Los consejos de administración de Caixabank y Bankia han aprobado la fusión de ambas entidades. La integración dará lugar a un gigante de dimensiones inéditas hasta ahora en el sector, un campeón nacional con un volumen de activos superior a los 650.000 millones de euros.

Las reuniones, celebradas de manera telemática y que se prolongaron durante buena parte de la tarde, ponen fin a un proceso negociador intenso pero que pasará a la historia por su escasa duración, apenas 24 días. Y más, si se tiene en cuenta de que se trata de la mayor operación en el sector en las últimas dos décadas.

Mayoría de independientes

El banco resultante de la operación, que se efectuará mediante una fusión por absorción de Bankia por parte de Caixabank, llevará el nombre de esta última y empleará su marca comercial. No en vano, los socios de Caixabank contarán con aproximadamente el 75% del capital de la nueva entidad, cuyo primer accionista será también la Fundación Bancaria La Caixa, con una participación del 30%.

El consejo de administración estará formado por 15 miembros, dos tercios de los cuales tendrán carácter de independientes. Otros dos asientos están reservados para los consejeros ejecutivos, que serán José Ignacio Goirigolzarri, como presidente; y Gonzalo Gortázar, como consejero delegado. Ambos ocupan idénticos cargos hasta ahora en Bankia y Caixabank, respectivamente.

José Ignacio Goirigolzarri (izq.) presidirá el nuevo Caixabank y Gonzalo Gortázar será el primer ejecutivo

José Ignacio Goirigolzarri (izq.) presidirá el nuevo Caixabank y Gonzalo Gortázar será el primer ejecutivo

A vueltas con el canje

Los tres asientos que quedan corresponderán a los principales accionistas del nuevo banco: la Fundación Bancaria La Caixa, que contará con dos puestos; y el Estado, a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), que dispondrá de uno.

El asunto de la gobernanza ha sido uno de los puntos principales a tratar en los consejos junto con el de la ecuación de canje, que ha sido el gran escollo de las negociaciones. El FROB insistió en que la operación debería llevar aparejada una prima sobre la cotización media de las acciones de Bankia en las últimas semanas, lo que llevó al valor a dispararse en bolsa más de un 30% al día siguiente a la confirmación oficial de que los bancos estaban en conversaciones para una futura fusión.

Permiso del BCE

Esta situación provocaría que la La Caixa redujera su presencia en la nueva entidad por debajo del 30%, lo que le restaría una serie de importantes ventajas fiscales que no quería perder. Finalmente, la fórmula encontrada y autorizada por el Banco Central Europeo (BCE) consiste en que la fundación elevará levemente su participación en Caixabank, antes o después de la fusión, para que los números terminen de cuadrar.

No obstante, aun no ha trascendido la definitiva ecuación de canje así como tampoco si la operación llevará aparejada una ampliación de capital por parte de Caixabank. Los detalles serán comunicados a primera hora de la mañana por Gortázar y Goirigolzarri, que comparecerán ante analistas e inversores y, posteriormente, ante los medios de comunicación, ya a mediodía.

Se encienden las alarmas

Un sector que lleva muchos meses hablando de un proceso de concentración en el que todos los actores parecían estar esperando a ver quién era el primero que se movía. No en vano, el prolongado escenario de tipos de interés cero en la eurozona minó la rentabilidad de las entidades hasta cotas que encendieron las alarmas del BCE, que también llevaba tiempo con mensajes de estímulo para que se produjeran operaciones de este tipo.

El empujón que, quizá, necesitaban los bancos para pasar de las musas al teatro lo ha proporcionado la pandemia del coronavirus, aunque más bien en forma de fuerte mazazo. Si antes de la crisis el refuerzo de capital y de las ratios de solvencia se había convertido en una especie de obsesión para el supervisor, que trasladaba a golpe de “recomendaciones” (cuando no directamente de normativa) a los bancos, la expansión del Covid-19 ha terminado de abocarlos a un proceso inevitable.

Sin disimulo

En el caso de Bankia, su actual consejero delegado, José Sevilla, ya optó por no disimular demasiado cuando fue preguntado a finales de julio por posibles operaciones corporativas. Aludió al actual contexto para argumentar que el baile de fusiones estaría más que justificado. Más reservado fue Gortázar, quien señaló apenas unos días después que Caixabank no necesitaba una operación de este tipo.

“En estos entornos complicados es donde marcamos diferencias”, señaló entonces. Pero para marcar diferencias, pocas recetas funcionan como la de ganar tamaño. Menos de un mes después de estas comparecencias ante la prensa, los consejos de administración de ambas entidades acordaban iniciar las conversaciones para abrir el baile de fusiones en España. Pero el proceso estaba tan claro que apenas han bastado algo más de tres semanas para culminar la primera fase de la maniobra.

Empieza el baile

Todos los expertos coinciden en señalar que no será el último movimiento en este sentido. De hecho, el proceso no ha hecho más que empezar. Desde que se desvelaron las conversaciones entre Caixabank y Bankia, los inversores han tomado posiciones de forma notable en otros más que posibles actores de este proceso, en especial Banco Sabadell, Unicaja Banco y Liberbank (estos dos últimos ya lo intentaron en su día, sin éxito).

Del mismo modo, se apunta a BBVA y Santander como futuros compradores y no falta quien vislumbra una unión entre ellos pese a los muchos obstáculos que tendría que superar, especialmente en materia de competencia. Lo que parece claro es que, una vez roto el hielo, el proceso ya no hay quien lo detenga.