La promotora Nozar tiene un patrimonio negativo de 937 millones
El auditor se abstiene de expresar su opinión sobre las cuentas debido a las importantes salvedades
22 febrero, 2018 00:00Nozar SA, inmobiliaria madrileña perteneciente a la familia Nozaleda, está al borde del precipicio. El convenio con los acreedores fue rechazado hace tres años. La compañía apeló a la Audiencia Provincial, que también lo desechó. Ahora, el futuro de la empresa pende de un recurso interpuesto ante el Tribunal Supremo. Entre otras cosas, Nozar alega que tiene ocho promociones en marcha, que permitirán la construcción de medio millar de viviendas y generarán unos ingresos de cerca de 150 millones.
Entre tanto, las cuentas de la casa presentan un aspecto deplorable. Según el balance consolidado de 2016, entregado al Registro Mercantil hace muy pocos días, las deudas totales se cifran en 1.265 millones. Los recursos propios arrojan la friolera de 937 millones deficitarios. El inmovilizado material y las existencias suman 315 millones.
Reducción de pérdidas
Durante el ejercicio, la empresa facturó 35 millones, 11 millones más que en el precedente. Las pérdidas pasaron de 16,1 a 8,1 millones. Parte del resultado desfavorable se debe a la corrección del valor de un suelo, por importe de 5,3 millones, y a una ejecución hipotecaria que ocasionó un déficit de explotación de 12,8 millones.
Salvedades
Nozar está con el agua al cuello desde 2009. Ese año, el acreedor Avalatransa instó el concurso necesario, pero el Juzgado Mercantil no lo admitió a trámite. Entre la presentación de la demanda y su desestimación transcurrieron prácticamente ocho meses. Justo en ese momento, Nozar estaba intentando un pacto de refinanciación con la banca. La noticia de la petición del concurso necesario agravó la situación y las negociaciones se fueron al traste. Nozar presentó entonces preconcurso y, finalmente, en septiembre de 2009, el concurso de acreedores.
El informe de la administración concursal, de diciembre de 2011, muestra un patrimonio negativo de 593 millones. El informe de auditoría, a cargo de Eudita, formula un rosario de salvedades, algunas de ellas de cuantía muy abultada. Concluye con la fórmula ritual: “No expresamos una opinión sobre las cuentas anuales”.