La central nuclear de Vandellós II, situada en Tarragona, una de las afectadas por la llamada 'tasa Junqueras' / EFE

La central nuclear de Vandellós II, situada en Tarragona, una de las afectadas por la llamada 'tasa Junqueras' / EFE

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Las nucleares catalanas empiezan a liquidar la ‘tasa Junqueras’

El Govern esperaba recaudar 28,29 millones en el primer ejercicio de vida del nuevo impuesto

19 enero, 2018 00:00

Endesa e Iberdrola han empezado el ejercicio con la obligación de devengar el nuevo impuesto catalán a las nucleares, la denominada tasa Junqueras en el sector. Recibe el nombre de su impulsor, el exvicepresidente económico de la Generalitat actualmente en prisión. Tienen de tiempo hasta el próximo 28 de febrero para devengar los impuestos que se han meritado a lo largo de 2017.

El Gobierno catalán calculó que en su primer año de vida el gravamen de nuevo cuño inyectaría 28,29 millones de euros a las arcas públicas. Una cantidad que podría alcanzar los 60 millones anuales de manera ordinaria.

Segunda versión de la tasa

Cabe tener en cuenta que el impuesto que se ha empezado a pagar es una segunda versión que hizo la conselleria de Economía y Finanzas en la anterior legislatura. La primera de ellas, que nunca se llegó a cobrar, fue anulada por el Tribunal Constitucional en abril de 2016 al solaparse con la tasa estatal. Su diseño llevaba a gravar en dos ocasiones la producción de combustible nuclear, hecho que provocó que acabara ante la justicia.

El Gobierno central lo llevó al ámbito garantista y las compañías afectadas, ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC). Ambos les han dado la razón.

Reformulación

Junqueras reformuló el impuesto a las nucleares y lo centró en el ámbito medioambiental. Concretamente, gravaba el “riesgo medioambiental tóxico”, tal y como consta en la documentación publicada. Llevó al límite las competencias de la Generalitat y se blindó de que volviera a decaer por un fallo administrativo. Entró en vigor con la ley de acompañamiento de los presupuestos de 2017.

Se grava las emisiones en la actividad de producción, una tasa con un periodo impositivo que coincide con el año natural; las que tengan lugar mientras se manipulen materiales radioactivos, que se merita en el tiempo que duren los procesos --el más habitual es la carga o descarga del reactor--; y las accidentales. En este caso, se pagará desde el momento en el que el Consejo de Seguridad Nuclear emita el informe pertinente hasta que se cierre la incidencia.

Agencia Tributaria preparada

Estas tres casuísticas tienen el mismo periodo de autoliquidación, los dos primeros meses del ejercicio siguiente. Fuentes de la Agencia Tributaria Catalana indican que se prepararon hace meses para recibir el devengo de la tasa.

Endesa es la compañía con mayor presencia en el mercado nuclear catalán. Controla el 100% de la central de Ascó I, el 85% de Ascó II y el 75% de Vandellós II. Iberdrola es su partner en estas últimas, tiene el 15% de la propiedad de la primera y el 28% de la segunda.

Las compañías se han mostrado contrariadas por la nueva imposición, aunque en esta ocasión no han abierto contenciosos para eliminarla. La han aceptado a regañadientes. La guerra actual del sector está en otro ámbito. Las energéticas mantienen ahora un pulso con el Gobierno central para intentar zafarse del control público de la vida de las centrales de producción eléctrica en España. Un debate con el precio de la energía de telón de fondo.