Spanair: la quiebra todavía colea

Cinco años después del hundimiento de Spanair, las secuelas de este descalabro público todavía se arrastran. La sociedad Volcat ha entrado en proceso de liquidación. Dicha entidad fue creada por iniciativa de un ramillete de empresarios catalanes. Su objetivo era comprar la citada aerolínea, llamada a propagar el pabellón catalán por los cielos de todo el mundo.

Ahora, con la liquidación por derribo de Volcat, cesa el consejo de administración al completo. Estaba presidido por Miquel Martí Escursell, del grupo Moventia; de vicepresidente ejercía Grup Serhs, representado por Jordi Bagó Mons; los vocales eran Josep Maria Benet Ferran, de Mediapro, Rafael Soldevila Casals, de Grupo Majestic, y Lluís Soler Masferrer, de Motorsol. La ingrata tarea de liquidar los restos del naufragio se han encomendado a Miquel Martí y Jordi Bagó.

Quebrantos sin fin

Desde que la sociedad echó a andar, registró unas pérdidas totales de 24 millones de euros. En 2015, aun estando inactiva, todavía cosechó un déficit de 200.000 euros. Los fondos propios de la empresa lucen signo negativo, por lo que sus socios no recuperarán un céntimo.

La quiebra de Spanair arrojó un activo de 52 millones frente a deudas de 571 millones.