La aseguradora DKV, atrapada en Valencia

Josep Santacreu, empresario catalán próximo al entorno soberanista y miembro de Femcat, fue el diseñador de la entrada del grupo previsor alemán DKV en la firma Marina Salud en 2004, una concesionaria que el PP valenciano animó para dar cobertura sanitaria a Denia y su área de salud. El consejero delegado de DKV inauguró uno de los hospitales de la empresa junto al ex presidente Francisco Camps con cantos a la excelencia en el sector. Unos años después, Santacreu intenta dar marcha atrás en esa inversión y abandonar una iniciativa que en 2015 le ha supuesto anotarse más de tres millones de euros de pérdidas en su balance.

Con los cambios en el gobierno autonómico valenciano, a cuyo frente se situó Ximo Puig, Santacreu decidió que DKV debía desprenderse del 65% de Marina Salud. Allí comparte sociedad con Ribera Salud, propietaria del 35% restante y participada por la estadounidense Centene Corporation y Banco Sabadell.

De momento, ni la Generalitat valenciana ni los otros socios de Ribera Salud, con un enorme problema de corrupción descubierto de forma reciente, han facilitado la desinversión a los alemanes de DKV. Y la primera consecuencia ha aflorado en las cuentas de la aseguradora: DKV ha debido anotarse las pérdidas de Marina Salud (3,5 millones de euros) en su contabilidad.

Pérdidas de 2,3 millones en el grupo

Aunque DKV logró un beneficio de 25,4 millones en 2015, el descenso del 14,4% con respecto al año anterior tiene que ver con dos de sus participaciones. A la ya referida Marina Salud se añade Ergo Vida y Seguros, otra filial que también sufrió un quebranto de 1,5 millones de euros, según la contabilidad del Registro Mercantil. El impacto en las cuentas consolidadas de la filial española de DKV ha sido al final de 2,3 millones.

DKV está presidida en España por Javier Vega de Seoane, a la sazón presidente del Círculo de Empresarios. Las capacidades ejecutivas del grupo recaen, no obstante, en el directivo catalán que actual como consejero delegado.