El aeropuerto de la ciudad es una de las grandes empresas chinas que cotizan en la Bolsa de Shanghai, la más importante del país

El aeropuerto de la ciudad es una de las grandes empresas chinas que cotizan en la Bolsa de Shanghai, la más importante del país

Business

¿Final de la burbuja bursátil china?

Las medidas de contención de las autoridades financieras del país generan más desconfianza entre los inversores y aceleran los descensos.

8 julio, 2015 21:07

La vertiginosa caída de la bolsa china de las últimas tres semanas fomenta la especulación sobre el estallido de lo que habría sido una burbuja bursátil alimentada a lo largo de los últimos años por la política monetaria de Estados Unidos, Japón y la propia China.

La pérdida superior al 30% del valor de capitalización del mercado de Shanghai, el principal del país junto al de Shenzen, en tres semanas podría estar indicando el final de una etapa en que los valores del país se han visto aupados por el dinero que ha llegado de todo el mundo buscando mejores rentabilidades que la deuda pública y al abrigo del enorme crecimiento de la economía local.

90 millones de inversores locales

El principal índice de Shanghai acumuló una ganancia superior al 140% en el último año y medio, un crecimiento espectacular que los inversores locales también han contribuido. La carrera, aparentemente sin fin de los títulos bursátiles, ha atraído a 90 millones de ahorradores locales, que en estos momentos poseen el 80% de la inversión total del mercado de valores.

El origen de lo que podría ser el principio de un pinchazo, que ya se está contagiando a otros mercados asiáticos, radica en la desconfianza que han generado las medidas oficiales tras las primeras caídas.

Poner coto a la caída

Ante el estancamiento de las cotizaciones --a niveles altísimos-- desde abril pasado, las autoridades financieras locales decidieron poner en marcha medidas de apoyo para la adquisición de acciones a través del Banco Popular de China, además de prohibir ciertas prácticas, como las operaciones a corto, como siempre se hace cuando la bolsa se hunde.

La Comisión Regulatoria de Valores China ha dado instrucciones a las compañías financieras públicas que adquieran acciones cuyo precio haya bajado de forme ostensible, además de prohibir a los tenedores del más del 5% de una empresa que vendan títulos de la misma en los próximos seis meses.

Paralización artificial de las transacciones

Lejos de conseguir los objetivos que perseguía Pekín, los cambios han sembrado la desconfianza y los inversores no han dejado de vender. Tanto es sido así que unas 1.400 compañías, la mitad del parquet, ya han paralizado su cotización tras perder más del 10% de su valor en un día, que es el límite que marca la normativa para la suspensión.

Previamente a esas disposiciones y al recelo que han suscitado, la ralentización del crecimiento del PIB chino, que ha pasado del 10,4% de 2010 al "modesto" 7,4% del año pasado --cuatro décimas menos que en 2013--, podría explicar que los inversores se hubieran tomado un respiro en su fiebre bursátil.