La OCDE saca los colores a Cataluña por su gestión de la FP

El 28% de los españoles de entre 25 y 34 años no tiene titulación ni de bachillerato ni de formación profesional (FP) de grado medio, según el último informe de la OCDE. Es un dato inquietante si se tiene en cuenta que se trata de la cualificación mínima para una participación exitosa en el mercado laboral. En Cataluña es todavía más preocupante, pues hay un Gobierno que, pese a su intento de potenciar la FP, acumula fiascos y deja a cientos de estudiantes fuera del sistema por falta de plazas.

Cada vez son más los que eligen un grado de formación profesional como una puerta de acceso "más rápida" al mercado laboral, aunque la cifra está lejos de lo deseado. En España, el 22% de los jóvenes de 17 años están matriculados en formación profesional, mientras que la media de la OCDE se sitúa en el 31% y en la UE, en el 37%. Para revertir los números son imprescindibles tres cosas: dar "prestigio" a la FP respecto a otras vías como la universidad, orientar a los alumnos en su formación y ofrecer una buena oferta que cubra toda la demanda. 

Más de mil alumnos "en la estacada"

Si en algo se ha caracterizado el sistema de formación profesional en Cataluña ha sido por el caos ante la falta de plazas durante varios años consecutivos. Este 2022, el conseller de Educación, Josep Gonzàlez-Cambray, ha querido revertir los errores del curso pasado, por lo que ha dado prioridad a los alumnos que finalizaban cuarto de la ESO. Una decisión que ha dejado "en la estacada" a 1.227 estudiantes que provenían de otras vías. 

Por eso, los sindicatos educativos han sido muy críticos con el Govern, ya que "su actitud ha fomentado indirectamente el abandono prematuro", asegura el responsable de FP en UGT Cataluña, Jesús Martín. 

Josep Gonzàlez-Cambray, consejero de Educación / EUROPA PRESS

La orientación, clave 

Pero otro dato que llama la atención tras cerrarse el segundo proceso de preinscripción es que, pese a haberse quedado personas sin plaza, hay 16.231 vacantes, produciéndose un nuevo desajuste entre la oferta y la demanda. ¿Y qué se debe hacer para evitarlo? La orientación educativa es básica. El Departamento de Educación la define como una persona que “acompaña a los alumnos en su proceso de formación”. Eso es, aconsejarle y explicarle qué salidas laborales tienen, qué cursos pueden realizar, de qué pueden trabajar cuando acaben los estudios y en qué condiciones, etcétera.

Para Melcior Arcarons, consultor de FP de la Fundación Escola Cristiana, el proceso de orientación debe durar años. "El objetivo es la autovaloración y la representación que se hace de las distintas profesiones y las oportunidades que les pueden aportar”, explica a este medio. Y es que solo a través del orientador podrán obtener la información necesaria de todos los grados, incluso aquellos que hoy resultan poco atractivos. 

Despertar vocaciones

En la misma línea se pronuncia el responsable de CCOO Educación en Cataluña, Xavier Pérez, que cree que la cantidad de vacantes tiene que ver con la falta de orientación a la hora de "despertar vocaciones profesionales en todos los sectores donde la empresa necesita profesionales cualificados". Pero el Movimiento Unitario de la Comunidad Educativa (MUCE) va más allá y propone que este proceso se inicie en la ESO: "Deben saber qué opciones tienen además de bachillerato y universidad y, si eligen ciclos formativos, se les tiene que explicar qué salidas laborales tienen". 

Rosa Villaró, responsable del área de políticas educativas y FP de CCOO de Cataluña, también ve "incomprensible" que este curso haya 359 plazas vacantes del grado medio de mantenimiento electromecánico cuando las familias profesionales industriales "son unas de las que tienen más inserción y trabajo". 

FP: competitividad y trabajo de calidad

Para Jesús Martín, “un país que no apueste por la formación profesional quedará al margen de la competitividad y de la ocupación de calidad”. Y lamenta que las cifras de la OCDE señalen a Cataluña, que no ha alcanzado los niveles deseados en FP. 

Así pues, este organismo internacional ha dado un toque a España, pero también a Cataluña, que viene siendo noticia por los fracasos en la distribución de plazas. No solo es “necesario hacer entender al alumnado que con la educación básica no es suficiente”, sino que el Govern les garantice el acceso a la formación que se traducirá en una mayor inserción laboral.

Los datos no engañan, asegura Vilaró: demuestran que no se han realizado las políticas públicas adecuadas ni se han dedicado los recursos necesarios.