Gloria Oriana O. (d), asesinada en su casa de Rambla del Raval, junto a su pareja y presunto autor del crimen (i), G.G. / CG

Gloria Oriana O. (d), asesinada en su casa de Rambla del Raval, junto a su pareja y presunto autor del crimen (i), G.G. / CG

Vida

Oriana, la joven asesinada por su pareja en el Raval, iba a separarse

La uruguaya, de 20 años, vivía con su hijo de tres y su agresor en la Rambla del Raval, donde la policía ha encontrado su cadáver

15 julio, 2020 00:00

Una joven de 20 años, con un hijo de tres, y de nacionalidad uruguaya. Gloria Oriana O. vivía en el tercer piso de la Rambla del Raval número 3 de Barcelona desde hacía pocos meses. Apenas salía de su domicilio, solo para hacer la compra o limpiar en una casa los lunes y los miércoles. Buscaba oportunidades; salir adelante con un empleo que le permitiese sobrevivir sin depender de su pareja y padre de su pequeño, 15 años mayor y de la misma nacionalidad. Tras cuatro años de relación, iba a separarse de G.G. No aguantaba más sus celos y su control, y así se lo había trasladado también a su familia, pero no ha podido dejarle. Este martes, los Mossos d’Esquadra encontraron su cuerpo sin vida y arrestaron al hombre como presunto autor del crimen machista en el apartamento donde ambos residían.

Gloria Oriana O., la joven de 20 años asesinada, presuntamente, a manos de su pareja en el Raval / CG

Gloria Oriana O., la joven de 20 años asesinada, presuntamente, a manos de su pareja en el Raval / CG

G. le decía que “sin él no podría salir adelante, que era muy joven y no sabía hacer nada”. Tampoco la gustaba que saliese ni hablase con nadie. Así lo atestigua Andrés, conocido de la pareja, tras saber que el hombre, de 35 años, la habría asesinado en el interior de un piso que compartían también con Andrea Montaño. Fueron agentes de la policía catalana quienes, pasado el mediodía, se personaron en la oficina donde trabaja para comunicárselo. Ella es la titular del domicilio, y también es madre. De hecho, en un primer momento, investigadores y vecinos pensaron que ella era la víctima. Está devastada. El 14 de julio es el cumpleaños de J., el hijo de la víctima y el agresor, y el plan era “hacerle una torta” y celebrar su día, cuenta entre sollozos. El pequeño estaba en el domicilio cuando su padre habría atacado a Oriana, y vecinos del bloque atestiguan haber oído sus lloros. También los de la joven de 20 años, a quien escucharon pedir auxilio al grito de “mossos”.

Efectivos de Mossos y Guardia Urbana ante el domicilio de Gloria Oriana en el Raval tras el crimen / CG

Efectivos de Mossos y Guardia Urbana ante el domicilio de Gloria Oriana en el Raval tras el crimen / CG

Gritos de auxilio

Entre ellos, la hija de Giovanna, que reside en el principal. La progenitora explica que había salido de casa un momento para hacer unos recados, y cuando volvió se encontró con el cordón policial en la puerta, que le impedía acceder de nuevo a la vivienda. Su niña le alertó de lo que había sucedido por teléfono. Cuenta que en la finca todos --incluida ella-- son extranjeros, excepto una pareja española. La propiedad había reformado el piso hacía poco, y Oriana apenas salía, pero sí había escuchado gritos, sobre todo del niño quien, recuerda, “lloraba a menudo, y eso que estoy dos pisos más abajo”.

Imagen del hijo de la mujer asesinada en la Rambla del Raval de Barcelona

Imagen del hijo de la mujer asesinada en la Rambla del Raval de Barcelona

Montaño ha hablado con la madre de la víctima, que se encuentra en Uruguay, para explicarle lo sucedido. La progenitora ya ha iniciado trámites con el consulado para poder trasladarse a España, ya que ningún pariente de Oriana reside aquí. A pesar de ello,  su familia, explica la compañera de piso y amiga, estaba al corriente de la intención de la joven de cortar la relación con su agresor. “Hacía pocos días se había teñido el pelo, estaba llena de ilusión y convencida de que iba a salir adelante y tener una nueva vida”, lamenta Andrés, que todavía no se cree que G.G. haya acabado con la vida de la joven.

Intención de separarse

Andrea explica que la intención de su compañera era separarse. “Hasta íbamos a hacer tarjetas para que encontrase más trabajo, lo habíamos decidido hace dos días”, rememora. No puede entender cómo ha pasado. Oriana quería dejar al padre de su hijo y sus dos amigos temen que éste haya sido el motivo que desencadenó el ataque. "G.G. era muy celoso y no la dejaba hacer nada sin supervisión". Así lo atestigua Andrés, quien cuenta que el arrestado trabaja en una panadería cercana al domicilio familiar.

Zinedine, camarero en el Bar 1800, junto al domicilio de la víctima, cuenta que la veía siempre salir con su hijo, pero la mayoría de veces, sin su pareja. “No hablaba con nadie. A él --dice sobre G-- le veía poco, a veces los fines de semana, aunque el lunes sí que los vi juntos”, explica. Decenas de vecinos se concentraron frente al domicilio, acordonado por efectivos de los Mossos d’Esquadra, tras enterarse de lo ocurrido. El clamor entre varias mujeres, de distintivas nacionalidades, era el mismo: “¿Cómo puede ser que la haya matado porque quería dejarlo?”.