El censo que hace que los 'sin techo' dejen de ser invisibles
La Fundación Arrels habla con las personas que duermen en las calles de Barcelona para evaluar en qué situación de vulnerabilidad se encuentran y poder ayudarlas
3 junio, 2019 00:00Una vez al año, la Fundación Arrels lleva a cabo un censo de las personas que duermen en las calles de Barcelona. Con los datos obtenidos, la asociación evalúa la vulnerabilidad de los sin techo para determinar si necesitan una intervención social prioritaria. Así dejan de ser "invisibles", cuenta Sonia, una de las voluntarias de la entidad. Una tarea que se debe llevar a cabo teniendo en cuenta que "no puedes invadir su espacio; el cajero o el banco donde están. Es como si alguien entrase en tu casa sin pedir permiso", sostiene.
Una de las funciones de esta voluntaria consiste en pasar la noche en el piso cero dos veces al mes. Un espacio de la entidad en el barrio del Raval en el que las personas sin hogar pueden cenar y pasar la noche, donde se les permite entrar con sus mascotas y no se les exige nada, "porque muchos no están preparados". "Lo más gratificante es cuando vuelves y alguien te dice: Hace 15 días que no vienes", explica.
Voluntarios de Arrels se acercan a una persona que duerme en la calle / ARRELS FUNDACIÓ
Dormir al raso
En 2017, Arrels localizó a más de 900 personas que duermen al raso en Barcelona, de las cuales 358 quisieron responder a sus preguntas. Así detectaron que el 75% sufre una situación bastante o muy vulnerable y el 31,6% afirma haber sido víctima de agresiones físicas y/o verbales. Este año, el censo se realizará entre el 12 y el 13 de junio y serán necesarios 700 voluntarios.
La situación de riesgo la calculan evaluando si han vivido agresiones, su estado de salud, el tiempo que llevan en la calle y su edad. ¿Es complicado llevar a cabo el censo? "La verdad es que prácticamente nadie se enfada. Se tiene que hacer la aproximación con mucho respeto hacia las personas, para intentar hablar", explica el director de Arrels, Ferran Busquets, quien relata que la gente en la calle no duerme. "Se despiertan constantemente durante la noche porque tienen miedo, están asustados y siempre están alerta”, señala.
Invisibles
¿Por qué hemos dejado de ver que hay gente que duerme en la calle? "Puede ser por eso que dicen de: ojos que no ven, corazón que no siente", relata Sonia, y sostiene que, "más que al miedo, se debe al desconocimiento", pero "cuando eres voluntario, cambia esa mirada y dejan de ser invisibles. No cuesta nada pasar al lado de alguien y mirarle, es tan simple como eso". La voluntaria subraya que "la gente no está en la que calle porque quiere. Es como una telaraña, una red compuesta por diversos hilos, el trabajo, las amistades, la comunidad de vecinos. Estos se van rompiendo y en ocasiones se puede sumar un problema de salud mental y a su vez adicciones".
Un colchón en medio de la calle / ARRELS FUNDACIÓ
"En Barcelona estamos hablando de unas 1.000 personas sin hogar. Es muchísima gente, aunque el año pasado no llegamos a hablar con todos, o porque no se despertaron o no quisieron o no pudieron participar por su estado", señala el director de la entidad. ¿La ciudad tiene recursos para dar techo a estas personas? "Nosotros consideramos que es posible, pero el problema es que el crecimiento de la vivienda es muy lento", lamenta.
Solo 50 pisos
Busquets subraya que la solución "a largo plazo es la vivienda" y señala que durante "esta legislatura se han podido construir 800 pisos, de los que solo 50 han sido para personas sin hogar. Ese es el problema, porque esta solución es muy lenta. Mientras tanto, ¿qué hacemos?”, cuestiona.
La propuesta para dar respuesta a la situación de vulnerabilidad de las personas que se encuentran en la calle pasa por "espacios de baja exigencia o pisos cero. Mientras no conseguimos una vivienda para esas personas pedimos espacios por toda la ciudad, a los que puedan acceder en pequeños grupos --10 personas como mucho-- y poder estar, al menos, a cubierto y descansar", explica. Lugares en los que puedan dormir y nos se les exija nada. "Que las personas tengan un sitio adaptado a ellas y no al revés", apunta.
Voluntarios de Arrels hablan con una persona sin techo / ARRELS FUNDACIÓ
Espacios sin exigencias
"En nuestro piso cero, las personas que están en la calle han entrado con animales, perros, gatos, y no hace falta que se duchen”, relata el director de Arrels, quien explica que en muchas ocasiones se exige a los sin techo "cosas que en su situación no pueden hacer. Es como si a alguien que tiene depresión le pides que se ría", compara, y sostiene que "aunque el camino para dejar la calle es muy largo", y que tampoco cuentan con los recursos suficientes, "como mínimo", es un inicio.
Tras contar con un techo son necesarios muchos más cuidados. "Una vez tienen un lugar en el que pasar la noche, lo que necesitamos es recuperar a esas personas, en el sentido de que puedan tener todo tipo de apoyos que les permitan avanzar. Tanto a nivel psicológico, como de hábitos", cuenta Busquets.
Salir adelante
¿Cómo comienza el proceso? "El primer paso es la vivienda, siempre. Mientras no llega, tenemos la propuesta del piso cero. Allí acude un equipo de educadores que los visita regularmente, sigue sus avances e intenta mejorar la situación de esas personas: desde intentar que deje algún tipo de adicción si la tiene, mejorar los hábitos higiénicos, o de alimentación, que pueda hacer uso de los servicios del barrio, o recupere vínculos con la familia, si es posible”.
El propio Busquets recuerda la frase de una persona sin hogar, que participó en el censo que elabora la fundación: "Si no me contáis, no existo. Si no me preguntáis, no sabéis lo que me pasa. Ni a mí ni al resto de gente que duerme en la calle. Cada uno tiene una historia diferente y necesita una solución diferente".