Fachada del Museu Can Mario de Palafrugell (Girona)

Fachada del Museu Can Mario de Palafrugell (Girona) Fundació Vila Casas

Vida

Nuevo escándalo en la Fundació Vila Casas: denuncian un despido con tintes racistas en el museo de Palafrugell

La afectada, una trabajadora magrebí del servicio de limpieza, habría sido apartada por no saber catalán, según sostienen fuentes cercanas a los hechos

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La Fundació Vila Casas vuelve a situarse en el ojo del huracán. Según ha podido saber Crónica Global, una de las trabajadoras del servicio de limpieza del Museu Can Mario, en Palafrugell (Girona), habría sido despedida en circunstancias que podrían constituir un presunto caso de racismo y discriminación laboral.

La afectada, de origen magrebí y con dificultades para expresarse en catalán, habría sido apartada de su puesto por motivos que fuentes directamente vinculadas a la empresa contratista califican de “injustificados”, y “sospechosamente discriminatorios”.

Estas mismas fuentes aseguran que la mujer “siempre había cumplido con su trabajo y mantenido una actitud correcta”, y que su despido habría respondido más a prejuicios personales que a causas objetivas o disciplinarias.

"Llegarán hasta el final"

Molestos con la gestión tanto del museo como de la Fundació que lo ampara, las personas consultadas sostienen que el caso se ha manejado “con falta de sensibilidad”, y se muestran dispuestas a llevarlo “hasta el final”. Por ahora, no obstante, no consta denuncia formal

Desde el entorno de la Fundación Vila Casas, por el momento, no se han pronunciado sobre este presunto conflicto laboral, que vuelve a poner en cuestión las dinámicas internas de una institución cultural marcada por la inestabilidad y la pérdida de rumbo desde la muerte de su fundador y mecenas. 

Antoni Vila Casas, mecenas y empresario farmacéutico

Antoni Vila Casas, mecenas y empresario farmacéutico Fundació Vila Casas

Un contexto muy polémico

En este sentido, este presunto conflicto racista se suma a la retahíla de escándalos que salpican a la Fundació y manchan el legado del empresario y mecenas Antoni Vila Casas (Barcelona, 1930-2023), que ahora gestionan su viuda y su hijastra, Montserrat Pascual y Montserrat Viladomiu. 

La errática gestión de las dos Montserrats ha provocado que, en sólo un año, dimitan cuatro patrones --el expresident Artur Mas, Antonio Sagnier, Daniel Giralt-Miracle y Joan Font-- y salieran otros tres altos cargos de la máxima confianza del mecenas: el tesorero y director general, Joan Torras; la directora artística, Natàlia Chocarro; y Olga Garcerán, directora financiera.

Para remediar esta sangría, las nuevas gestoras han fichado a Marco Gay, esposo de la hijastra de Vila Casas, quien ahora pilotará un patrimonio que se cifra en 100 millones de euros. También se han incorporado al equipo a juniors y sometidos a estrés y a dirigentes "sin experiencia" que están "colapsando".

La hijastra de Antoni Vila Casas (destacada en la imagen) ha fichado a su marido para gestionar la fundación

La hijastra de Antoni Vila Casas (destacada en la imagen) ha fichado a su marido para gestionar la fundación CG

El arte queda relegado 

Todo ello ha provocado un arrinconamiento del arte en la Vila Casas, otrora su core business. La fundación ha cancelado su participación con stand y premios en la prestigiosa feria ARCO de Madrid, y ha dejado morir el programa de exposiciones externas por Cataluña y el resto de España Punts de fuga.

También se ha cerrado durante dos meses el Museu Can Framis para un cambio en el montaje de las obras, una operación que antes duraba días.

Además, han reducido su mecenazgo artístico, el que potenció el mecenas. Vila Casas ha pasado de ser referencia absoluta en el apoyo a jóvenes creadores catalanes a cancelar el programa expositivo en el resto de España.

Un 'novato' al mando

En el campo artístico, se ha confiado la gestión de la entidad en el joven Bernat Puigdollers, especializado en historia del arte moderno y no en arte contemporáneo, como sería más adecuado para la Fundació.

Este joven asesor carece de experiencia en grandes entidades, pues en su currículum sólo resalta su presencia en la junta del Museo de Montserrat, de la que ni siquiera se detalla en ningún sitio su exacta tarea.

Por otro lado, también han nombrado como directora general a Cristina Ribes, procedente de la fundación de Pau Gasol, una gestora sin vinculación alguna con el mundo del arte. 

Mientras la Fundación se descompone, la vicepresidenta Montserrat Viladomiu escapó en verano un mes y medio a Japón, primero, y luego a Turquía, en un barco familiar fletado de familiares y amigos. Todo ello, financiado con el dinero que heredó su madre tras la muerte del patrono.