Calle de Batea, el pueblo más pobre de Tarragona y Cataluña ASSOCIACIÓ DE TURISME RURAL TERRA ALTA
El pueblo más pobre de Tarragona, según la Agencia Tributaria: tiene la renta más baja de toda Cataluña
El municipio está marcado por la guerra y produce un tercio de la uva garnacha de todo el mundo
Otras noticias: La moda catalana busca nueva sede: la 080 dice adiós al Hospital de Sant Pau
Noticias relacionadas
- El desconocido templo milenario catalán que cuenta con la bendición del Papa Leon XIV: "Un símbolo de gran valor cultural y espiritual"
- Esta es la cascada más alta de Cataluña: más de 100 metros de altura con varios miradores y a 14 minutos del mejor pueblo del mundo
- El restaurante de barrio que recomienda Joan Roca en Girona donde comes por menos de 17 euros: "Tiene los mejores desayunos con tenedor"
Un año más, la Agencia Tributaria ha renovado sus datos y ha hecho público el llamado mapa del IRPF. Se trata de una lista en la que aparecen los municipios con las rentas más altas, pero también más bajas, de toda España.
Los datos no ofrecen muchas novedades. Los ricos siguen siendo ricos y los pobres mantienen su pobreza. Casi nadie se mueve de su lugar. Pozuelo de Alarcón (Madrid) sigue liderando la lista, con una renta bruta media de 88.011 euros en 2023, siendo Sant Just Desvern (Barcelona), el primero a nivel catalán con 67.265 €.
Tampoco hay mucho cambio al final de la lista. Benamargosa (Málaga) vuelve a situarse al final de la lista con una renta media de 13.831 euros. Y a nivel catalán pasa lo mismo. Ni un cambio.
Batea sigue siendo el pueblo más pobre de Tarragona y también de toda Cataluña. Los últimos datos indican que, si bien su población ha incrementado más de 12% su renta, los 20.260€ de renta bruta media por habitante no le hace escalar posiciones.
Tierra de vinos
Lo más curioso de todo es que Batea produce un tercio de toda la garnacha blanca del mundo. De hecho, el sector vitivinícola es, desde hace años, uno de los principales motores económicos de la zona, cuyos vinos cuentan con el sello de la DO Terra Alta.
Pero no es que además, el sector primario es fuente de riqueza allí. Más allá del cultivo de la vid, el olivo y el almendro son otros dos principales motores económicos de la región. El problema es que la dependencia de un sector agrícola con rentabilidades ajustadas hace muy inestable la economía.
Los problemas de Batea
Asimismo, los expertos apuntan a que la falta de un tejido industrial o de servicios solido debilita la situación. Ya que de existir podría complementar la economía local.
A eso hay que sumarle su ubicación. Batea es un pueblo de interior y fronterizo con Aragón, apartado de las grandes capitales. Es lo que llaman la Cataluña vaciada.
Campos y viñedos de Batea DO TERRA ALTA
Son 1.877 habitantes, según los datos del Institut d’Estadística de Catalunya (Idescat), sin embargo la despoblación rural, el envejecimiento de la población y la fuga de jóvenes hacia áreas urbanas con mayores oportunidades es evidente. Esto acentúa las dificultades para dinamizar el municipio.
No obstante, los vecinos de Batea no se rasgan las vestiduras por aparecer en la lista de los pueblos más pobres de España y Cataluña. Las cooperativas agrícolas, las bodegas familiares y los proyectos enoturísticos están contribuyendo a mantener vivo el territorio y su historia y patrimonio los avalan.
Un pueblo con historia
Batea es una localidad que conserva el encanto de un pasado profundamente ligado a la historia de la Corona de Aragón, al comercio agrícola y al peso de las órdenes religiosas en la Edad Media.
Su casco histórico, declarado Bien Cultural de Interés Nacional en la categoría de conjunto histórico, muestra todavía hoy la huella de siglos de vida a través de sus calles empedradas, sus casas solariegas y sus plazas porticadas.
Qué tiene Batea
El centro urbano se articula en torno a un trazado que conserva buena parte del diseño medieval. Un laberinto de arcos, pasadizos y muros de piedra se han mantenido en pie a lo largo de los siglos.
Uno de los puntos destacados es la plaza Mayor, un espacio porticado que refleja la importancia comercial que tuvo el municipio durante la Edad Media. También sobresalen las fachadas blasonadas de varias casas nobles que recuerdan que la riqueza no rehúye al lugar.
Vistas de Batea
Como no puede faltar, su iglesia es un tesoro. Dedicada a San Miguel Arcángel, esta basílica del siglo XVIII sorprende por sus dimensiones y su estilo renacentista. En su interior, en cambio, el templo alberga interesantes retablos barrocos y elementos decorativos que muestran la riqueza artística de la época.
Otro lugar de interés es la iglesia del Convento de Sant Francesc, datada en el siglo XVII y que perteneció a la comunidad franciscana. También destaca la capilla de la Mare de Déu del Portal, uno de los rincones de devoción más populares de la villa.
Un municipio marcado por la guerra
Batea cuenta también con varios espacios que ayudan a entender mejor su pasado, marcado por la Guerra Civil. El pueblo fue uno de los escenarios más cruentos de la contienda.
Para no olvidar los errores y errores del pasado, el municipio alberga el Centro de Interpretación de la Batalla del Ebro. En sus salas se conservan documentos, objetos y recreaciones que permiten acercarse a la historia del conflicto y a la memoria de quienes lo vivieron.
Cómo llegar
Todo esto ayuda a que, a pesar de los datos económicos, sus vecinos se sientan orgullosos de pertenecer a Batea. Y los catalanes de tener un lugar tan importante y significado.
Visitarlo está al alcance de cualquiera que quiera conocer el lugar. Desde Tarragona se llega en una hora y 40 minutos, siguiendo la N-420 Gandesa, para después enlazar con la carretera T-720.
Desde Barcelona, es poco menos de dos horas y media. En este caso, el camino más práctico es ir por la AP-7 hasta enlazar con la AP-2 y continuar hacia la C-12 en dirección Flix, siguiendo después la señalización hacia Batea.