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Tienes que visitarlo sí o sí: este es el pueblo de Lleida con el cementerio más pequeño de España

Es uno de los municipios que mejor ha sabido conservar la arquitectura aranesa y de los pocos que no han sido alterados por urbanizaciones

Otras noticias: El desconocido pueblo de Lleida con menos de 200 habitantes y un pasado lleno de historia

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Cuando llega el otoño, muchos buscamos la tranquilidad y la belleza natural que ofrecen los pueblos. Lugares donde el cambio de estación se percibe de forma más intensa y los colores de los bosques, con sus gamas de ocres, rojos y amarillos, convierten cualquier paseo en una experiencia sensorial única.

El aire fresco y limpio, las montañas cubiertas de hojas caídas y la calma de las calles empedradas nos invitan a desconectar del ritmo de la ciudad. Es en estos entornos donde más se disfruta de la naturaleza cercana: senderos que atraviesan valles, riachuelos que suenan con más fuerza tras las primeras lluvias y miradores, que regalan paisajes espectaculares bañados por la luz suave de la época otoñal.

Además, en muchos de ellos se celebran ferias gastronómicas y mercados y fiestas locales, que nos permiten saborear la estación en compañía de la gente del lugar. Así, cada escapada otoñal a un pueblo se convierte en una mezcla de contemplación, descanso y redescubrimiento de lo sencillo, lo auténtico y lo cercano.

El pueblo del Valle de Arán

Bausén es un municipio situado en el extremo noroccidental de la comarca del Valle de Arán, en la provincia de Lleida. Se encuentra a orillas del río Garona, junto a la frontera francesa, siendo el municipio más septentrional de dicha provincia y de toda Cataluña. Incluye el antiguo puesto fronterizo del Puente del Rey. Es uno de los que mejor ha sabido conservar la arquitectura aranesa y de los pocos que no han sido alterados por urbanizaciones.

Tan solo cuenta con una población de 60 habitantes, según datos del INE 2024. 

Qué ver

En este pueblo se pueden disfrutar rincones arquitectónicos con mucho encanto, como la Iglesia de Sant Pèir Ad Vincula (San Pedro ad Víncula), de estilo barroco. Construida sobre una iglesia anterior románica, que conserva elementos antiguos como una losa con símbolos paleocristianos y fragmentos de urna romana.

También, destaca la Ermita de Sant Roc (San Roque), situada a las afueras del pueblo, y que ofrece un ambiente más recogido con vistas del entorno natural. Otra parada imprescindible es el Mirador de Bausén desde donde se pueden contemplar espectaculares panorámicas del Valle de Toran y de las montañas circundantes.

Naturaleza y senderismo

Por supuesto, es ideal para los amantes de la naturaleza y del senderismo. El Bosque Encantado de Carlac tiene hayas milenarias y rutas de unos 6-8 kilómetros desde el pueblo. Además, tiene parajes que se transforman especialmente en otoño, cuando los colores cambian.
Otra experiencia única es visitar el famoso Cementerio de Teresa, con una sola tumba (la de Teresa) y una leyenda local muy emotiva. 

Por si esto no fuera poco, se puede cruzar al otro lado del Puente del Rey, que conecta con Francia, para disfrutar de paisajes fronterizos, ríos y la sensación de estar en 'el fin de la España catalana'.

La tumba de Teresa

El Cementerio de Teresa (o cementerio civil de Teresa) en Bausén es un lugar pequeño pero cargado de historia, símbolo de amor, resistencia social y cambio de normas. Se instaló en el paraje conocido como Coret, muy cerca del pueblo, tras la muerte de Teresa Estampa el 10 de mayo de 1916, a los 33 años. Teresa vivía con Francisco Bugat (conocido como Sisco), quien era su primo, con quien tuvo dos hijos, pero no llegó a casarse por no poder pagar la dispensa de consanguineidad que exigía la Iglesia. Al morir Teresa de una neumonía, el párroco se negó a darle sepultura en el cementerio religioso por considerarla en pecado; los vecinos, en solidaridad, construyeron este pequeño cementerio laico para que pudiera descansar dignamente.

El cementerio tiene características singulares: su reducidísimo tamaño (unos 10 × 10 metros) y que alberga únicamente esta tumba. No hay símbolos religiosos, solo algo de ornamentación sencilla (lápida con dedicatorias: 'Recuerdo a mi amada Teresa…' y 'A nuestra querida madre') rodeada de naturaleza, muro de piedra con puerta y algún árbol.

Es uno de los cementerios civiles más antiguos, así como el más pequeño de toda España.

En 2020 fue declarado Bien Cultural de Interés Local por el Conselh Generau d’Aran, reconociendo su valor patrimonial tanto por la historia humana que representa como por ser un testimonio arquitectónico singular de la sensibilidad comunitaria frente a normas rígidas.

Tumba de Teresa

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