Pantallazo del momento en el que detuvieron a uno de los okupas durante las reyertas del fin de semana del 10 de agosto

Pantallazo del momento en el que detuvieron a uno de los okupas durante las reyertas del fin de semana del 10 de agosto Crónica Global

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Desalojan uno de los locales okupados en Montcada i Reixac tras dos batallas campales con palos y cadenas

Los vecinos del barrio de Mas Rampinyo lamentan que el resto de locales sigan okupados y aseguran que los problemas no han desaparecido, ni se han solucionado 

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Una de las familias okupas de la calle Sant Ignasi se ha ido. O mejor dicho: ha sido desalojada de uno de los 14 locales donde varios grupos llevan instalados desde hace meses.  

Sin embargo, los vecinos del barrio de Mas Rampinyo todavía no respiran tranquilos. Lamentan que el resto de locales sigan okupados y aseguran que los problemas no han desaparecido, ni se han solucionado. Todo ello, después de soportar dos batallas campales con palos y cadenas en plena vía pública, que pusieron en jaque la convivencia de la zona.

Un primer desalojo 

El desalojo de este primer local culminó este martes por la mañana, cuando trabajadores de la SAREB (Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria) tapiaron el local número 6 del cruce entre la avenida de Cataluña y la calle Sant Ignasi, uno de los 15 espacios que hay en los bajos del edificio.

Según informó el Ayuntamiento, el sábado las personas que lo okupaban entregaron las llaves a las autoridades, que posteriormente las devolvieron a la propiedad.

Imagen de archivo de un coche patrulla de la Policía Local de Montcada i Reixac (Barcelona)

Imagen de archivo de un coche patrulla de la Policía Local de Montcada i Reixac (Barcelona) Ayuntamiento de Montcada i Reixac

“Estamos empezando a recuperar viviendas y locales en situación de okupación que generan inseguridad e incivismo en el municipio”, explicó David Zambrana (PP), concejal de la Policía Local. El edificio en cuestión cuenta con 48 viviendas, de las cuales 28 están okupadas, además de la totalidad de los locales comerciales. Ahora, un local ha sido desalojado, pero el resto sigue okupado por varias familias, menores y grupos.

La tensión entre los okupas de los bajos y los vecinos y okupas de los pisos del bloque ha sido constante desde hace meses. Prácticamente, desde que las familias que se instalaron en los bajos llegaron al bloque. Sin embargo, la calma tensa que había reinado hasta entonces estalló a principios del mes de agosto cuando se registraron dos de los episodios más violentos que se han vivido en la historia del barrio.

Tras aquellos disturbios, la Policía Local y los Mossos d’Esquadra desplegaron un dispositivo especial de vigilancia en torno al edificio. Dispositivo que se ha replicado este martes. “Trabajamos coordinados para evitar nuevas okupaciones y garantizar la convivencia, de manera que no se repitan incidentes”, añadió el alcalde, Bartolo Egea (PSC).

Batalla campal con palos y cadenas

Estos episodios más graves sucedieron entre el 8 y el 10 de agosto. Tal y como avanzó Crónica Global, una de las familias que okupaba un local de los bajos intentó apoderarse de otro espacio, propiedad de un vecino ajeno al conflicto. El intento provocó una fuga de agua que inundó parte del aparcamiento.

El incidente fue la chispa que encendió la mecha. Varios residentes de las plantas superiores —algunos también okupas— bajaron a la calle, armados con palos y cadenas, para expulsar a las familias de los bajos. La discusión derivó en una pelea multitudinaria que obligó a muchos vecinos a refugiarse en sus casas.

Varias patrullas de la Policía Local y los Mossos d’Esquadra acudieron de urgencia para contener la violencia. El resultado: dos detenidos y una persona investigada. Dos días antes ya se había producido una primera reyerta entre los clanes de las plantas superiores y las familias magrebíes que okupaban los locales. Según los testigos, hubo cuchillos, cadenas y palos.

Dudas vecinales

Tras el desalojo de este martes, el barrio de Mas Rampinyo respira algo más tranquilo, pero los vecinos desconfían de que el problema esté resuelto. A preguntas de este medio, aseguran que todavía quedan locales okupados e intuyen que las familias ahora desalojadas buscarán otro lugar donde instalarse. No están convencidos de que el problema se haya solucionado y temen que "simplemente se haya trasladado".

Historial delictivo

Con todo, se trata de un edificio con un conocido pasado conflictivo. En 2020, un tiroteo entre dos clanes familiares dejó a un hombre gravemente herido y destapó que varios pisos vacíos se utilizaban como macro plantaciones de marihuana. Aunque la familia del pistolero acabó marchándose tras varias detenciones, la tensión nunca desapareció.

En los últimos años, los locales de los bajos han sido okupados y las disputas entre clanes y okupas han ido aumentando hasta estallar este mes con dos enfrentamientos en plena vía pública.