Dos páignas del acuerdo de realojo de los habitantes de las 'casas baratas' del Bon Pastor de Barcelona

Dos páignas del acuerdo de realojo de los habitantes de las 'casas baratas' del Bon Pastor de Barcelona Fotomontaje de Crónica Global

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La Síndica de Greuges investiga la queja de una mujer a la que la burocracia le impide acceder a vivienda social

El organismo público estudia si se ha incumplido el convenio para reubicar a las familias de las 'casas baratas' en viviendas de protección oficial

Más información: Abandonada por la Administración: una madre soltera y víctima de violencia de género okupa una infravivienda en el Vallès

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La Síndica de Greuges de Cataluña ha admitido a trámite la solicitud de intervención de Nieves Boix, la mujer en grave situación de vulnerabilidad a la que un enredo burocrático impide el acceso a vivienda social en el Bon Pastor de Barcelona, su barrio.

Nieves nació en una de las 750 ‘casas baratas’ del Bon Pastor, la misma en la que tuvo a sus hijos y en la que su bisabuela tuvo a su abuela. Cinco generaciones pasaron por esas cuatro paredes antes de que, en 2003, el Ayuntamiento de Barcelona, el Patronat Municipal de l’Habitatge y la Asociación de Vecinos lograran un acuerdo para reubicar a las familias en viviendas de protección oficial (VPO).

El segundo punto del convenio preveía que se realojaría primero a las familias que habitaban las casas. Con las viviendas sobrantes, se acordó que tendrían preferencia en la asignación los “desdoblamientos familiares que se produzcan dentro de las unidades familiares constituidas entre los realojados” y las “familias que vivan, hayan vivido o trabajen en el barrio”.

Petición de información

Boix defiende que cumple ambos criterios; sin embargo, la administración no acepta su candidatura para la adjudicación de VPO por no haber estado empadronada en el barrio en los últimos dos años, lo que la ha llevado a denunciar su situación ante la Síndica de Greuges: “No se está cumpliendo el convenio del barrio”, manifiesta a Crónica Global.

La institución, por su parte, ya ha abierto un expediente al respecto y ha “empezado a trabajar el caso”, emitiendo peticiones de información sobre el asunto al Comissionat d’Habitatge del Ayuntamiento de Barcelona, el Comissionat d’Acció Social y al Departamento de Territorio de la Generalitat de Catalunya, según ha confirmado a este medio.

Dos años fuera del barrio

Tras 40 años en el Bon Pastor, Nieves, junto a sus tres hijos, se vio forzada a marcharse. Ahora vive en un piso okupado en Canovelles, el cual no cuenta con los requisitos mínimos para la habitabilidad, según pudo comprobar este digital en documentación oficial, mientras trata de conseguir la atención de las instituciones para recuperar su vida.

Nieves y su hijo, fuertemente vinculados al barrio, durante un 'correfoc' en el Bon Pastor

Nieves y su hijo, fuertemente vinculados al barrio, durante un 'correfoc' en el Bon Pastor cedida

Sin embargo, el Ayuntamiento de Barcelona rechaza sus intentos de apuntarse a las listas de solicitud de vivienda en su barrio por no haber estado empadronada en el distrito de Sant Andreu en los últimos dos años, en los que oficializó su residencia en el Vallès Oriental para poder acceder a los servicios sociales.

Desahuciada por su abuela

La familia de Boix abandonó las ‘casas baratas’ en 2017, cuando a su abuela materna le asignaron un piso de protección oficial con cuatro habitaciones al que se mudarían la nonagenaria, Nieves y sus tres hijos, en ese momento, menores de edad.

Con el paso de los años, la convivencia se volvió cada vez más tensa hasta que terminó siendo “imposible” para la anciana compartir vivienda con los brotes de esquizofrenia del hijo menor de Nieves, que padece un 53% de discapacidad. Fue entonces cuando terminó echando a su nieta y bisnietos, que terminaron okupando.

Sola en Canovelles

Actualmente, Boix está sola en Canovelles la mayor parte del tiempo. Su hijo menor vive con una amiga de la familia desde que, en noviembre de 2024, la fachada del edificio okupado ardió por los desperfectos en el sistema eléctrico, un evento que le causó un trauma tan grave que ahora “es incapaz de entrar en casa”.

La hija de Nieves, que se está formando en atención veterinaria, duerme la mayor parte de las noches en casas de amigas y familiares en el Bon Pastor, puesto que realiza las prácticas formativas cerca. El hijo mayor, por su parte, se desplaza entre los dos municipios, en función de las necesidades del día a día.

Pendiente de la Mesa de Emergencia

Los servicios sociales de Canovelles han aceptado el caso de Nieves y la han añadido a la lista de espera de la Mesa d’Emergència de vivienda, aunque aún no ha logrado que se le asigne un piso en el Vallès por falta de disponibilidad. Le ofrecieron uno a finales de marzo, pero fue okupado por otras personas el día antes de la mudanza.

En Barcelona, los servicios sociales del ayuntamiento le impiden trasladar el expediente, puesto que establecen que “es imprescindible vivir y estar empadronado en la ciudad y tener una orden judicial de desahucio o pérdida de la vivienda habitual de residencia”. Sin embargo, si se empadronara en la ciudad, en casa de algún familiar, perdería el acceso a la asistencia en Canovelles, dejándola burocráticamente en un callejón sin salida.

“Ignoran mi vinculación con el barrio, lo necesito para poder desarrollarme”, apunta Boix, quien reivindica que no quiere un trato especial: “Sólo que me dejen apuntarme al sorteo de pisos en condiciones de igualdad”.