
Amnesia Ibiza
Estalla una guerra interna en Amnesia Ibiza a diez días del inicio ‘opening 2025’
Una denuncia ante Inspección de Trabajo señala a la emblemática discoteca, una de las más icónicas del mundo, con acusaciones que van desde abusos laborales hasta presuntos delitos penales
El dueño del club subraya que "lo tiene todo en regla" y atribuye las quejas a los competidores
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Presunto acoso laboral, jornadas maratonianas de hasta 12 horas, contratación ilegal, venta de alcohol a menores, tráfico de drogas e incluso prostitución de trabajadoras. Este explosivo cóctel de acusaciones ha salido a la luz tras la denuncia presentada por un extrabajador de la discoteca Amnesia Ibiza ante Inspección de Trabajo.
El denunciante, que ha optado por mantenerse en el anonimato por temor a represalias, asegura contar con material audiovisual que respaldaría las graves irregularidades denunciadas. Hechos que también han sido trasladados ante la justicia ordinaria mediante una demanda judicial.
Por su parte, Martín Ferrer, fundador de la que fuera mejor sala de fiestas del mundo, ha descartado las quejas formales, ha subrayado que "lo tiene todo en regla" -tanto fiscalmente como en el plano de la Seguridad Social- y ha atribuido los escritos a "los competidores".
Jornadas sin fin, sin contrato y sin descanso
Aunque algunas de las acusaciones son difíciles de probar —como el tráfico de drogas o la prostitución—, el extrabajador afirma que sí puede demostrar lo relacionado con las condiciones laborales, tanto suyas como las de otros compañeros.

Parte de la denuncia a Inspección de Trabajo
Entre los abusos laborales destaca el supuesto incumplimiento del aforo legal, turnos sin días libres, jornadas excesivas y la presencia de trabajadores sin contrato. A esto se suma lo que él ve como falta de formación y titulación del personal de seguridad, un aspecto que ya había sido señalado por fuentes internas de la discoteca.
"Todo en regla"
En conversación telefónica con este medio, el propio Ferrer ha descartado de plano las acusaciones. Subraya que "no le constan" estos escritos -que el empleado sitúa en Inspección de Trabajo, el Consell d'Eivissa y el juzgado-, y recuerda que "lo tiene todo en regla".
De hecho, enfatiza que tanto Agencia Tributaria (AEAT) como Seguridad Social "envían certificados periódicos sobre el cumplimiento de la ley" en Amnesia. ¿Las acusaciones? "Fabricadas por la competencia", zanja el empresario sitgetà.
La sombra de los 'Casuals'
Uno de los puntos más turbios del relato tiene que ver con la seguridad del local. Tal y como publicó este medio, Amnesia ya protagonizó un controvertido episodio relacionado con su equipo de controladores de acceso, después de fichar a un exmiembro del grupo Casuals: la facción violenta ligada a los ultras del FC Barcelona.
La llegada de este personaje desató el caos en la puerta del club, al punto de que el propio equipo de seguridad fue desplazado del control de accesos.
Los nuevos porteros, vinculados al grupo radical, habrían exigido una parte del negocio que implica el filtrado de clientes, una práctica que ya habrían llevado a cabo en Barcelona durante los años 2000.
Peleas, agresiones a clientes y un ambiente cada vez más hostil encendieron todas las alarmas. "Hacían y deshacían a su antojo, pero no hay pruebas claras de muchas de sus actuaciones", explica un agente de la Guardia Civil a este medio.
El regreso del fundador
La crisis obligó al veterano empresario catalán Martín Ferrer, fundador de Amnesia en 1974 y ya semi retirado, a volver a tomar las riendas del club para frenar la deriva.
Finalmente, la solución llegó con la contratación de una empresa de escoltas especializada en clientes VIP, con sede en Ibiza. Esta compañía logró negociar con los ultras su salida del local, aunque no sin antes pagar un precio que no ha trascendido.

Martín Ferrer, el dueño de Amnesia Ibiza
Temporada en la cuerda floja
Las turbulencias internas no podrían haber llegado en peor momento. A tan sólo diez días del arranque de la temporada 2025, Amnesia se enfrenta a una tormenta perfecta: una denuncia laboral con posibles y presuntas implicaciones penales, la mancha de la última pérdida del control de su seguridad y, además, un duro golpe comercial.
La discoteca ha perdido algunas de sus fiestas insignia, como elRow y Paradise, además del popular DJ Carl Cox, fichados por Unvrs, el nuevo gigante del ocio nocturno ibicenco propiedad de la familia Matutes. Todo esto deja al club en una posición frágil, justo cuando Ferrer padre ha pasado el testigo a su hijo.
Con denuncias por delitos graves y una reputación que comienza a agrietarse, Amnesia Ibiza tendrá que moverse con rapidez, transparencia y contundencia si quiere mantener su estatus como una de las discotecas más emblemáticas del mundo.