El Grupo de fugitivos de la Policía Nacional en Barcelona se ha consolidado como una de las unidades de referencia en España y Europa, con un gran balance de operaciones exitosas.
En este sentido, y según datos a los que ha tenido acceso Crónica Global, en lo que va de año, esta unidad ha detenido a 52 fugitivos, de los cuales 31 fueron capturados en la ciudad de Barcelona (incluyendo a cuatro mujeres); otros 15 en la provincia barcelonesa; y el resto, en distintas poblaciones de todo el territorio catalán. Estos datos mantienen el ritmo de 2023, cuando el total de detenciones de fugitivos internacionales en Cataluña ascendió a 65.
¿Por qué Cataluña?
Cataluña, por lo tanto, se consolida un año más como uno de los destinos más recurrentes para quienes buscan escapar de la justicia. La afluencia de turistas, facilitada por la libre circulación de personas dentro del espacio Schengen, así como la calidad de vida y las excelentes conexiones, por tierra, mar y aire, con el resto del continente europeo, hacen de esta región un escondite estratégico para muchos delincuentes internacionales.
La mayoría de estos fugitivos provienen de países europeos, especialmente Francia, Italia, Alemania, Países del Este y Países Bajos. Pero no exclusivamente, pues también se han registrado detenciones de individuos que han cruzado el charco desde América Latina.
La mayoría vienen con el objetivo de poder dar continuidad a sus actividades ilícitas, normalmente, relacionadas con el narcotráfico, en un ambiente que les ofrece sol, fiesta y lujo, mientras intentan mantenerse fuera del radar de las autoridades. Convirtiendo de este modo a Cataluña en su base de operaciones clandestinas.
Pero aunque les conviene pasar desapercibidos, se rodean de lujos y excesos de los que presumen, incluso, en sus redes sociales. Por lo tanto, los casos de fugitivos que realmente se esconden en áreas remotas o montañosas son excepcionales; la mayoría elige un estilo de vida urbano, inmerso en el anonimato, la vida nocturna y el lujo.
Asesinos serbios escondidos en Barcelona
Recientemente, el Grupo de Fugitivos de Barcelona llevó a cabo la detención de un personaje clave en el mundo del crimen organizado europeo: el lugarteniente del líder del temido Clan de Vracar de Belgrado (Serbia). Este individuo estaba buscado por las autoridades de Serbia, Austria y España por delitos de gravedad considerable, que incluyen el asesinato, secuestro y detención ilegal.
Según informaron fuentes del Cuerpo Nacional de Policía (CNP), el lugarteniente de este clan se enfrenta a una condena de hasta 40 años de prisión. Se trata de uno de los hombres de mayor confianza de Jhony el Loco, el líder del clan, quien también fue arrestado en la capital catalana el pasado 18 de octubre.
La historia de violencia del Clan de Vracar está marcada por un largo conflicto con el Clan Skaljari. Una disputa que comenzó en 2014, después de la incautación de un cargamento de cocaína en el Puerto de Valencia. Desde entonces, los enfrentamientos entre estos grupos han dejado más de 60 muertos.
El ahora detenido inició su fuga tras el asesinato de un miembro del clan rival en marzo de 2020. El cuerpo de la víctima se halló un mes después en un pozo cerca de Sopot (Serbia) con una herida de bala. Además, se le vincula con el secuestro y tortura de otro miembro de un grupo rival en Austria, a quien exigieron un millón de euros a cambio de su liberación.
Durante la investigación, se descubrió que el fugitivo adoptaba estrictas medidas de seguridad, incluyendo cambios de identidad, modificaciones en su aspecto y complejas contravigilancias para detectar y esquivar la presencia de las fuerzas de seguridad.
El lugar favorito de los marselleses
En paralelo, Cataluña y, en especial, la costa catalana también se ha convertido en refugio para los fugitivos de la mafia marsellesa, una organización dividida en facciones que mantiene una intensa rivalidad entre sus clanes.
Estos criminales han encontrado en Cataluña un escondite próximo a su tierra natal, en el que intentan evitar a la justicia y protegerse de sus enemigos. Aunque estos clanes no han establecido operaciones delictivas en la región, sus conflictos han transformado a Cataluña en su campo de batalla particular, donde saldan sus ajustes de cuentas y disputas internas.
En el caso de los fugitivos franceses es habitual encontrarlos en localidades como Salou (Tarragona) o Lloret de Mar (Girona). Dos destinos que, desde hace años, son un imán turístico para muchos franceses, lo que les permite camuflarse con sus compatriotas.
De este modo, el trabajo del Grupo de fugitivos de la Policía Nacional en Barcelona es clave para combatir estas amenazas y preservar la seguridad en una región que, paradójicamente, atrae a quienes desean ocultarse de la ley y vivir en el anonimato mientras continúan con sus actividades ilícitas.
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