La defensa de Rosa Peral, la coautora del conocido crimen de la Guardia Urbana, estudia presentar un recurso de revisión de sentencia ante el Tribunal Supremo. Así lo ha confirmado la abogada de la procesada, Núria González, que toma esta decisión después de conocer la confesión de Albert López, el otro condenado por el asesinato de Pedro Rodríguez --el que era el novio de Peral--. Aconsejado por su letrado, López ha reconocido los hechos, declarándose autor del asesinato.
Este giro ha motivado que González quiera analizar “qué partes de la declaración de Albert López sirvieron para inculpar a Rosa”. A su parecer, “con la confesión de los hechos, la versión del acusado durante el juicio se debe entender como falsa”. Y, por lo tanto, todo lo que pudiese haber servido de munición para cargar contra su clienta, también.
Una versión sin validez
A preguntas de Crónica Global, la abogada ha confirmado que analizará presentar este nuevo recurso, al entender que lo declarado por López no tiene validez tras admitir que mató a Pedro Rodríguez la madrugada del 2 de mayo de 2017. Siete años después, el condenado ha aceptado los hechos ante la Junta de Tratamiento de la prisión de Quatre Camins (La Roca del Vallès, Barcelona), donde permanece privado de libertad desde que fue detenido, pocas semanas después de conocerse el crimen.
No obstante, fuentes del entorno penitenciario explican que López ha dado este paso para poder tramitar sus primeros permisos penitenciarios. Es decir, para poder salir de la cárcel por primera vez desde que estalló el caso, en mayo de 2017. Un procedimiento que incluso ha llegado a la pequeña pantalla con una serie documental en Netflix.
La antesala para poder salir de prisión
De este modo, las fuentes consultadas han explicado que reconocer los hechos es el primer paso para poder disfrutar de futuras salidas. Cada interno debe seguir un programa individual de tratamiento (PIT) que permita al equipo de tratamiento (compuesto, normalmente, por una psicóloga y una educadora social) hacer un seguimiento de la rehabilitación del reo y, por lo tanto, de su proceso de reinserción.
De no reconocerse los hechos que quedan probados en sentencia, los equipos de tratamiento no pueden realizar ni siquiera las primeras evaluaciones. Ahora, explican las mismas fuentes, tras admitir que mató a Pedro Rodríguez --tal y como se expone en la sentencia--, Albert López podrá acceder al Programa de delitos violentos contra las personas: la antesala para que los equipos de tratamiento puedan hacer valoraciones favorables y proponer futuras salidas de prisión.
Aun así, si los equipos de tratamiento detectan que se trata de un "reconocimiento instrumental", es decir, forzado únicamente para beneficiarse de los permisos penitenciarios y salir puntualmente de prisión, Albert López podría quedarse sin esos privilegios.
Varias versiones
Cabe recordar que la versión de Albert López, que cambió varios matices durante la investigación previa al juicio, se mantenía en que cuando llegó a casa de Peral, en Vilanova i la Geltrú (Barcelona), el novio de esta ya estaba muerto. Es más, su letrado llegó a insinuar que Paco Peral –padre de Rosa— pudo ayudar a la condenada a cargar el cuerpo en el interior del maletero donde, días después, encontraron el cadáver de Pedro calcinado.
Hasta ahora, las versiones de ambos procesados eran totalmente antagónicas, señalándose mutuamente como autores intelectuales y materiales del crimen. Con las nuevas informaciones, la abogada de Rosa Peral espera que su clienta pueda salir beneficiada, pues ella mantiene su inocencia.
El crimen
Rosa Peral y Albert López fueron condenados a 25 y 20 años de prisión, respectivamente, por asesinar a Pedro Rodríguez, novio de Peral, la madrugada del 2 de mayo de 2017 en la casa de ella en Vilanova i la Geltrú.
Un año después de que la Audiencia de Barcelona hiciese pública la sentencia, la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo confirmó las condenas impuestas. Así, la Sala avaló el relato de hechos probados, que recoge que los dos condenados trazaron un plan para matar a la víctima, que vivía con Peral, y que consistía en esperar para la consumación del crimen a que estuviera dormido o descansando.
De este modo, el 2 de mayo de 2017, de madrugada, los dos acusados lo mataron de forma violenta en la vivienda de Peral. Después utilizaron el teléfono móvil de la víctima varias veces para fingir que hacía su vida con normalidad y llevaron el terminal en funcionamiento, para que delatara su posicionamiento geográfico, a las inmediaciones del domicilio del exmarido de Rosa, con el que esta mantenía una relación muy conflictiva, con el propósito de involucrarle.
Luego, los dos agentes introdujeron el cuerpo de la víctima en el maletero de un coche, propiedad del guardia urbano asesinado, y le prendieron fuego en el área del pantano de Foix. Los tres implicados, los dos condenados y la víctima, eran agentes de la Guardia Urbana de Barcelona y formaban un triángulo amoroso, conocido por el resto de efectivos del cuerpo.
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