“El caso fue tan mediático que, aunque uno llega al juicio siendo inocente hasta que se demuestre lo contrario, yo llegué siendo culpable y tenía que demostrar mi inocencia”. Estas han sido las palabras de Rosa Peral desde la cárcel de Mas d’Enric (Tarragona), condenada junto a su amante Albert López por asesinar a Pedro Rodríguez, pareja de ella en aquel momento. Se trata de la primera entrevista que ha ofrecido la exagente de la Guardia Urbana, emitida en Catalunya Ràdio, tras el estreno de la serie El cuerpo en llamas y del documental Las cintas de Rosa Peral, ambas en la plataforma Netflix.
Por esta entrevista, que el Departamento de Justicia de la Generalitat no había autorizado, la condenada por el bautizado como crimen de la Guardia Urbana será sancionada por hacer un mal uso de las comunicaciones que tiene autorizadas en prisión. De hecho, su abogada Núria González ha asegurado este miércoles que ya se ha restringido “completamente” su derecho a la comunicación.
"Inspirada en hechos reales"
En la conversación con el periodista Ricard Ustrell, Rosa Peral ha explicado que no se encuentra bien tras la emisión de la serie protagonizada por Úrsula Corberó, que narra el crimen por el que fue condenada a 25 años de cárcel, y que, según ella, tiene la intención “no de informar, sino de hundirla”.
Peral asegura que, cuando se enteró de que Netflix estaba preparando una serie inspirada en el caso, su abogada le envió un burofax a la plataforma, que respondió que “se dejaría claro que, aunque estaba basada en hechos reales no se trataba de la historia real”. Aun así, la letrada solicitó que Peral pudiese ver la cinta antes de su estreno, pero la petición le fue denegada. “Fue surrealista, llegaron a decirme que tenga muy claro que yo ya no soy agente de la Guardia Urbana y que estoy privada de libertad”.
"No he cobrado de Netflix"
Peral, que ha aclarado que no ha cobrado nada de Netflix, denuncia que la serie se ha hecho sin tenerla en cuenta ni a ella ni a sus hijas. En el caso del documental de Las cintas de Rosa Peral, la condenada ha expresado que sí estaba al corriente de su producción y que decidió participar para que se conozca su versión. “La idea era mostrar que el caso se hizo muy mediático antes del juicio y que todo el mundo me decía que yo ya estaba condenada antes de que empezara”.
“La exposición del fiscal estuvo muy preparada y el jurado popular no tenía estudios sobre Derecho ni formación... se les pide que tengan disponibilidad total y plena durante dos meses, una serie de ítems que hacen difícil que tengan una opinión objetiva y válida”, ha criticado.
Seis años "durísimos"
Rosa Peral, que sigue defendiendo su inocencia, ha descrito los seis años que lleva en prisión como “durísimos” por la imposibilidad de ver a sus hijas durante los primeros años, a petición de su exmarido, por los cambios de prisión y por la presión mediática. En este sentido, reclama el derecho al olvido. “Basta, ¿hasta cuándo seguirá esto?”, ha expresado en relación a los libros, artículos, series y documentales que se han hecho sobre su caso.
La condenada ha revelado que está estudiando Derecho en la Universidad Oberta de Catalunya (UOC) para cuando abandone la prisión. “Nunca tendré una vida normal, pero de alguna manera tengo que intentarlo y mi intención es formarme para cuando salga de aquí”. También trabaja dentro de su módulo, lo que le permite tener un pequeño salario de 120 euros al mes.