El profesor de La Salle Bonanova acusado de agredir a un menor siguió "un plan idéntico" con otro niño
- La fiscalía le acusa de ejecutar el mismo 'modus operandi' con otro menor de edad de otra escuela en la que trabajó anteriormente
- El acusado se enfrenta a una condena de 10 años de prisión por agredir al niño que, además, era el hijo de su pareja
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Se retoma en la Audiencia de Barcelona el juicio contra el profesor y entrenador de La Salle Bonanova acusado de agredir sexualmente durante tres años a un alumno de la escuela quien, además, era el hijo de su pareja. En esta segunda sesión, la fiscalía ha señalado que el encausado --que se enfrenta a una pena de 10 años-- siguió "un plan idéntico" con otro niño de otra escuela en la que trabajó anteriormente.
El fiscal ha lanzado la "bomba" durante la lectura de los informes finales, antes de que el juicio quedara visto para sentencia. En la jornada de este lunes, la acusación ha ratificado la solicitud de una condena de 10 años de prisión, mientras que la defensa del acusado ha reiterado su petición de absolverlo. En su declaración, el exprofesor negó todas las agresiones y acusó al menor de ser un rebelde y no acatar sus normas.
Siguió el mismo patrón en el pasado
Durante la primera jornada del juicio, el pasado 29 de febrero, declaró el denunciante y otro menor, que también aseguró ser víctima de agresión sexual por parte del acusado. Hechos que se enjuician en otra causa. A partir de esta segunda declaración, el ministerio fiscal ha asegurado hoy que el acusado siguió el mismo patrón en ambos casos.
Así son las cosas, los dos niños tenían ocho años cuando conocieron al docente, ambos estaban viviendo el divorcio de sus padres y a los dos, el acusado, les invitó a ir de viaje juntos a Rumanía.
Acusa al menor de ser un abusador
Por su lado, el profesor ha negado las agresiones durante su interrogatorio y ha utilizado su derecho al último turno de palabra para arremeter contra el menor y afirmar que, presuntamente, abusaba sexualmente de su hermana pequeña. Según ha dicho en este último trámite del juicio -en el que ninguna de las partes puede repreguntar- fue su exmujer quien "confesó" los abusos que supuestamente había cometido el niño, hijo de su anterior marido.
"Pocos días después puso una denuncia en mi contra", y ha sugerido que lo denunciaron para tapar el supuesto abuso que atribuye al menor.
Aislamiento y control
Según las acusaciones del juicio, el hombre se dedicó durante años a aislar al niño de su entorno en la escuela y en el club de fútbol para tenerlo controlado y asegurarse de que no lo acusara.
También llegó a ser pareja de la madre del niño, con quien tuvo tres hijos más, y, según el fiscal, el hombre se aprovechó de la "situación de vulnerabilidad" en la que se encontraba el menor, tras el divorcio de sus padres. Es más, según el relato de la acusación, el acusado se dedicó a profundizar el sentimiento que tenía el niño sobre la ausencia de su padre, diciéndole cosas como que no lo iba a ver a los entrenamientos o que no lo quería.
En su declaración, que se hizo a puerta cerrada, el denunciante afirmó que durante esa época su vida se convirtió en un infierno.
La prueba clave: una libreta
Durante la sesión de este lunes, el fiscal también ha hecho referencia a unas libretas con anotaciones del acusado, que sirven como prueba en la causa y que según el acusado son "relatos de ficción".
El representante del ministerio público ha remarcado que incluyen datos concretos de alumnos reales de la escuela, con su nombre y año de nacimiento, y ha leído un fragmento que, supuestamente, va dedicado al joven denunciante: "Me gusta y lo quiero. Pero no lo quiero para vivir en casa, lo quiero para mantener relaciones sexuales con él hasta que me aburra y pase a por otro".
Es más, el fiscal cree que el acusado dejó de agredir sexualmente al menor cuando este cumplió 14 años y le dijo que tenía su primera novia, porque ya no satisfacía sus gustos como pedófilo: "Ya no le interesa porque ha nacido el deseo sexual, ya no es un niño, es púber y un púber ya no le interesa".
El acusado arremete contra el menor
El acusado ha relatado que conoció al menor cuando tenía ocho años y era su entrenador, afirmando que era "un niño un poco rebelde que no obedecía las normas". Paralelamente, ha negado que hablara con el niño sobre la ausencia de su padre.
El acusado ha insistido en el mal carácter del menor y ha contado que él intentaba "marcar una disciplina estricta" en casa. Al preguntarle por si lo agredió sexualmente o se masturbó ante él o le pidió que se desnudara, lo ha negado.