El hachís entra en el laboratorio en Cataluña

A mediados del pasado mes de octubre, estalló el 'caso Magenta'. Un operativo de los Mossos d'Esquadra junto con la Guarda di Finanza italiana, que permitió desarticular los tentáculos de una macroorganización criminal hispano italiana, con participación de miembros de origen magrebí, dedicada al tráfico de hachís. En total, se detuvieron a 78 personas presuntamente vinculadas con esta red y se incautaron hasta 30 toneladas de hachís. 

Esta investigación permitió destapar una red de ciudadanos principalmente marroquíes, pero también españoles que se encargaban de conseguir el hachís en Marruecos y trasladarlo hasta Cataluña oculto en el interior de las tractoras de los camiones. En el marco de 'Magenta' no se detuvieron a todos estos transportistas y alguno, como ocurre en el caso que nos ocupa, ha sido investigado de forma paralela. 

De 'Magenta' nació 'Copérnico'

Así, nació la 'operación Copérnico', liderada por agentes de la Unidad Central de Organizaciones Criminales Transnacionales de la policía catalana. Una investigación que nace de 'Magenta' y que ha permitido desarticular otro entramado dedicado a traficar con hachís y marihuana en Cataluña.

La investigación, explica el sargento David Carrapiçó a Crónica Global, empezó a andar a mediados de 2023 a raíz, precisamente, de la detección de un grupo de transportaba hachís desde Marruecos hasta Cataluña, donde la droga era almacenada en naves industriales de Sant Esteve Sesrovires (Barcelona), antes de ser distribuida por territorio nacional y por el extranjero. 

Sargente David Carrapiçó, jefe de la Unidad Central de Organizaciones Transnacionales de los Mossos d'Esquadra Míriam de Saint-Germain

De este modo, bajo la tutela judicial del Juzgado de Instrucción 4 de Badalona -el mismo que lideró 'Magenta'- los agentes especializados en crimen organizado abrieron diligencias contra este grupo. Aunque en un principio parecía que dependían de la primera investigación, los primeros indicios constataron que era una organización criminal con estructura propia. 

Tres pisos donde se cultivaba marihuana

Las primeras averiguaciones permitieron identificar al principal sospechoso. Un hombre que tenía en propiedad las dos naves de Sant Esteve Sesrovires donde se almacenaba el hachís. Los agentes, amplía el sargento, pudieron comprobar que este sujeto, además, tenía tres pisos -también en propiedad- que, presuntamente, se estarían utilizando para cultivar marihuana. 

El trabajo de los agentes permitió recoger indicios sobre la actividad ilícita que se estaba realizando en el interior de dichos inmuebles, llegando a constatar que la droga que ahí se cultivaba, luego era distribuida a través de una asociación cannábica. Este local actuaba como punto de venta ilegal, proporcionando la droga a cualquier persona que accediera en sus instalaciones. 

Con todos los indicios sobre la mesa, habiendo acreditado los delitos y los roles de cada uno de los investigados, el pasado 20 de febrero se llevó a cabo la 'explotación' del caso, con una veintena de entradas y registros en pisos, naves y locales de Barcelona, Terrassa, Ripollet, Badalona, Sant Adrià de Besos, Premià de Dalt, Vallgorguina, Sant Just Desvern, Sant Esteve Sesrovires y Masquefa.

El primer laboratorio de hachís  

En total, el dispositivo se saldó con la detención de 18 personas, entre ellas, el principal investigado y máximo responsable del entramado. Sin embargo, lo que más sorprendió a los agentes fue encontrarse con un laboratorio de hachís en uno de los pisos que el líder de la banda tenía en Terrassa (Barcelona). "Nunca antes, los agentes de la Unidad de Crimen Organizado habíamos visto un laboratorio de estas características, preparado para 'cocinar' hachís y transformar el polen de esta droga en las placas que luego de ponen a la venta", confiesa el sargento Carrapiçó. 

De este modo, se trata de la primera vez que se desmantela un laboratorio de hachís en Cataluña. Este hallazgo ha alertado al cuerpo catalán de la sofisticación y las nuevas técnicas que están adquiriendo los grupos criminales. "Por supuesto, que ya estamos trabajando en ello", asevera el máximo responsable de la investigación. 

Drogas y armas 

Además, el operativo -en el que participaron más de 200 agentes de los Mossos- permitió también el desmantelamiento de seis "centros de producción" de marihuana, de donde se decomisaron más de 4.000 plantas, 20 kg de cogollos, 31 kg de hachís, 61 kg de polen de hachís y una pistola detonadora y otra de aire comprimido. 

Por su lado, los técnicos de la compañía Endesa, que acompañaron a los agentes durante las entradas y registros, calcularon una defraudación del fluido eléctrico por valor de 362.335 euros. Un consumo, aseguran, equivalente al de una población con 414 inmuebles. Como es habitual, la organización se había conectado de forma fraudulenta a la red eléctrica para poder optimizar los beneficios de las plantaciones, sin tener en cuenta los riesgos que eso acarrea. 

Se duplican los desembarcos de hachís

Cabe recordar que precisamente este sábado, el comisario de la División de Investigación Criminal de los Mossos d'Esquadra, Ramón Chacón, explicó ante los micrófonos de RAC1 que, en 2023, tanto los desembarcos como los decomisos de hachís, se duplicaron respecto al año anterior. 

Sólo durante el año pasado, la policía catalana requisó 18.000 kilos de esta droga, más del doble que el año anterior, cuando se intervinieron unos 7.500 kg Es decir, un incremento del 135% respecto 2022. Además, Chacón ha explicado que se realizaron 1.300 detenciones, lo que supone una cifra récord en lo que se refiere al narcotráfico en nuestro país. Una tendencia que parece que seguirá en 2024: "Enero y febrero han sido meses muy intensos. Estamos investigando varios grupos potentes", confesó.