"Las desalinizadoras no son una solución": los científicos desacreditan la respuesta a la sequía
- Expertas del CREAF tachan los acuerdos de la Generalitat y del Gobierno de "parches" y alertan de que estas infraestructuras no permiten una "barra libre" de agua
- Abogan por reducir los usos del agua, invertir en que "las cuencas internas funcionen mejor" y dejar de "alimentar una sed infinita"
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"La sequía se gestiona cuando no hay emergencia". Es la conclusión de la comunidad científica sobre la respuesta acordada por la Generalitat de Cataluña y el Gobierno, por el que se ampliará la desalinizadora de la Tordera y se construirá otra en Foix, con 500 millones de euros a través de fondos europeos.
Una decisión tomada desde la reacción y que no recibe el visto bueno de voces del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF), que hacen un repaso de los errores de las administraciones en el combate contra la falta de agua; también del controvertido traslado de agua en barcos por el Puerto de Barcelona.
No es una barra libre de agua
"El incremento de la desalación en el punto de origen implica más emisiones y más salmuera. No es sostenible", resume Annelies Broekman en declaraciones a Crónica Global. La investigadora del CREAF en el grupo de agua y cambio global recuerda que debe ser vista como "una medida efímera, un parche" porque "no soluciona nada".
Este tipo de infraestructuras tiene "muchas limitaciones" debido al enorme gasto energético e inducen a un error común: pensar que tenemos barra libre de agua. No obstante, debe servir para "dar un respiro a las cuencas internas y no para seguir aumentando usos del agua".
Es en este sentido que insiste en que las desaladoras no resuelven el problema en sí mismo" y su desarrollo debe ir acompañado de "una estrategia de la gestión de la demanda que respete el territorio".
La trampa de la reutilización
Sucede algo parecido con la reutilización de los recursos hídricos. Su resultado no es "agua extra, añadida" ya que "la mayor parte de ríos, hoy viven gracias a las aguas depuradas, que ya han circulado por la red", en palabras de Broekman, que añade: "No es una panacea ni nos quita la vulnerabilidad ante la sequía".
Para la experta del CREAF, supone "alimentar una sed infinita" porque la clase política, la actividad agrícola e industrial y las constructoras se apoyan en todo ello para aumentar usos del agua que son a todas luces insostenibles.
Regina Lafuente, socióloga del IESA-CSIC, suscribe esta posición e indica: "Cada vez está más claro que las medidas más convencionales, como la construcción de más embalses o grandes infraestructuras hidráulicas no están saliendo bien".
El agua en barcos, otro parche
El envío de agua desalada en Sagunto (Valencia) en barcos a través del Puerto de Barcelona es una de las dos medidas estrella de la Generalitat y el Gobierno contra la aridez de las cuencas internas catalanas. En palabras de Broekman, esta es otra forma de "salvar los muebles y sacar agua de donde sea posible".
No es ningún secreto el enorme gasto energético y la emisión de gases contaminantes que generarán los dos buques que atraquen a diario en el Puerto de Barcelona, una medida "muy costosa" que ya se aplicó hace 16 años, en 2008, por lo que es un "símbolo de lo grave que es la situación y de lo mal que se han hecho las cosas".
Reducir los usos del agua
La experta del CREAF denuncia que desde 2008 no se han tenido en cuenta los riesgos climáticos al planificar los usos del agua y que "seguimos planificando sin considerar los riesgos climáticos y la insostenibilidad del modelo". "Sobreexplotamos los recursos, estiramos la cuerda todo lo que se puede y cuando llega una sequía, nos encontramos en una vulnerabilidad extrema", agrega.
Es en este punto que no solo aboga por dejar de aumentar los usos del agua y recortar la demanda, sino aparcar de la impermeabilización del terreno e "invertir para que las cuencas internas funcionen mejor, las mismas que nos dan servicios gratis". Porque "cuando el territorio funciona, un río depura, los acuíferos se llenan solos...", enumera Broekman.