Cisma en los Testigos de Jehová por los juicios secretos en casos de abuso
Un exanciano describe una “implosión” en el seno de la congregación por diferencias insalvables de una parte de la membresía con respecto los preceptos impuestos desde la Watch Tower
4 diciembre, 2022 00:00La confesión Testigos de Jehová ha iniciado una cruzada contra los disidentes de su propia comunidad en un juicio inédito en la historia que se celebra en en el Juzgado de primera Instancia de Torrejón de Ardoz, en Madrid. La confesión acusa a seis apóstatas de menoscabar su honor por haber creado la Asociación de Víctimas de los Testigos de Jehová, que aglutina a exmiembros que denuncian haber sufrido abusos de poder. Por eso, la confesión ha presentado una demanda civil contra ellos y contra la entidad.
Llama la atención que la congregación haya acudido a los tribunales ordinarios, puesto que en sus bases deja claro que los trapos sucios deben lavarse a espaldas de la justicia. Crónica Global se ha puesto en contacto con dos exancianos de los Testigos de Jehová --las personas que ostentan un estatus de poder en las congregaciones-- que han explicado que la secta está viviendo una “implosión” motivada, en parte, por la práctica de juicios internos secretos que corren a cargo de una suerte de tribunales parajudiciales.
Temor al ostracismo
Gabriel --nombre ficticio-- fue anciano de los Testigos de Jehová durante más de una década. Oficialmente continúa siendo miembro de la congregación, aunque “emocionalmente” se ha desvinculado de los postulados de esta religión. Como él, son muchos, dice, los que no son capaces de abandonar oficialmente la comunidad. “Si te vas o te echan, te condenan al ostracismo, te retiran el saludo y, a no ser que tengas una red fuera de amigos o familia, se pasa muy mal”, expresa.
Por eso, asegura, muchos miembros de la comunidad “siguen dentro, aunque mental y emocionalmente se hayan desvinculado”. Son los conocidos como pimos, (physically in, mentally out o, lo que es lo mismo, físicamente dentro, mentalmente fuera). El cisma en el seno de la comunidad viene motivado por diversos motivos, como son el choque generacional, los escándalos de abusos sexuales, sobre todo, en Estados Unidos --con indemnizaciones millonarias incluidas-- o las situaciones de control que la organización ejerce sobre sus miembros, sometiéndolos, por ejemplo, a estos procesos parajudiciales en caso de considerar que han cometido un pecado grave.
Valoraciones dolorosas y "preguntas bochornosas"
Cuando la organización detecta la existencia de una manzana podrida, la persona en cuestión es sometida a un juicio en el que se valora si debe seguir siendo miembro o no de la comunidad para preservar el honor de la misma. El problema reside en que “cuando entran a hacer este tipo de valoraciones, lo hacen de forma muy dolorosa, tanto para los agresores como para las víctimas”.
En estos tribunales, expresa Gabriel, la congregación exige una confesión por parte del presunto culpable o bien la declaración de dos testigos que acrediten que se ha cometido ese pecado. “Además de que estos tribunales invaden las competencias del Estado. En los casos concretos de abusos sexuales a menores, que no suelen cometerse con testigos, es la palabra del niño contra el malhechor”, de modo que si no se obtiene su confesión, la congregación les da carpetazo.
La revictimización de los afectados
El exanciano asegura que estos tribunales están integrados por personas sin formación psicológica “que a menudo hacen preguntas bochornosas, tanto para las víctimas como para los culpables”. Asegura que en los caso de adulterio, por ejemplo, llegan a preguntar “las posturas en las que se ha cometido o quién le ha sacado la ropa a quién”. Todo esto contribuye a la revictimización de los implicados.
Además, desde la congregación evitan que los delitos detectados en el seno de la comunidad lleguen a oídos de las autoridades y de los tribunales al uso. “Desaconsejan a las víctimas y ejercen presión para que no acudan a los tribunales ordinarios”, apunta Gabriel. Intentan que las víctimas no denuncien y se ordena a los ancianos que no colaboren con las autoridades, como se refleja en el libro de ancianos de octubre de 2022, Pastoreen el rebaño de Dios, al que ha tenido acceso este medio.
"No deben dar información sobre el caso"
“Si el cuerpo de ancianos concluye que hay prueba bíblica suficiente para formar un comité judicial por abuso sexual de menores, el coordinador debe comunicarse primero con el superintendente de circuito. El superintendente designará a un anciano de experiencia para que presida el comité judicial y el cuerpo de ancianos seleccionará después a los otros miembros”, reza el texto.
En caso de que el acusado amenace con demandar, “estos deben suspender el procedimiento y llamar sin demora al Departamento de Asuntos Legales” de la congregación. “Si un abogado que representa al acusado se comunica con los ancianos, estos no deben dar ninguna información sobre el caso ni confirmar la existencia de un comité judicial”, continúa el escrito. “Si las autoridades solicitan documentos confidenciales o piden a los ancianos que declaren sobre asuntos confidenciales de la congregación, estos deben llamar sin demora al Departamento de Asuntos Legales”.
Una gran multinacional
Los ancianos o superintendentes de la congregación que forman los tribunales, expresa el exanciano, son siempre "varones adultos que tienen conocimientos de la Biblia". En casos de abusos sexuales es la organización quien dictamina qué ancianos juzgarán el caso. Estos son nombrados por un delegado de la sucursal y, por tanto, seguirán sus directrices, asegura. Estos juicios arbitrarios han despertado el recelo entre algunos de los miembros, que no ven con buenos ojos que estos asuntos se resuelvan por una vía paralela a la justicia.
Los que lo han expresado han sido tachados de pimos. En los últimos meses, expresa el exanciano, la organización ha comenzado a difundir cartas y discursos en los que alerta de la presencia de estos miembros, "cuyos corazones se han alejado de la fe". Sea como fuere, los que fueron miembros de esta organización, a la que describen como "una gran empresa multinacional que mueve ingentes cantidades de dinero", aseguran que el número de fieles ha decrecido, lo que les ha llevado a cerrar congregaciones y a vender salones del Reino y sucursales.
Aviso aclaratorio: Esta información ha recibido una solicitud de rectificación de los Testigos Cristianos de Jehová.