'Goodbye Ma'am': así vivió el Reino Unido la muerte de Isabel II
Una ola de luto y humor isleño inunda las calles del país tras el fallecimiento de su reina, que fue historia viva de Gran Bretaña y medio mundo
9 septiembre, 2022 18:33"Las reinas tampoco viven para siempre", se podía escuchar en los tradicionales pubs de Bristol la noche del jueves, pocas horas después de la muerte de Isabel II. La ciudad concentra gran parte del activismo crítico del Reino Unido, aunque la solemnidad del momento brillaba entre cerveza y pinta. Todo el país quedó conmocionado al escuchar la noticia de su fallecimiento por el presentador de la BBC, Huw Edwards.
El canal se veía en las pantallas de los principales establecimientos, incluso los deportivos. No es de extrañar que más de 70 años de reinado hayan creado una atmósfera legendaria e incluso mágica en torno a su figura. En Londres imperaba el silencio en los alrededores del palacio de Buckingham, a la espera de la gran noticia: alrededor de las 18.30 hora local se comunicaba el fallecimiento de la reina en Balmoral (Escocia). Las calles y plazas del país enmudecieron, con comentarios aventurados de tonalidad prácticamente imperceptible.
Las horas previas
Los operadores ferroviarios presenciaron un relativo incremento de pasajeros hacia la capital británica. Algunos acababan de salir de trabajar y esperaban un tren hacia London Paddington. "Creo que debo estar allí", aseguraba brevemente una mujer antes de entrar al convoy. No era la única. Muchos hacían esa ruta y otros, los más devotos, se aglomeraban discretamente en iglesias anglicanas, a la vez que las minorías católicas, judías y musulmanas enviaban sus plegarias a la monarca.
"Se está muriendo. Desde que la dejó su marido, Felipe, no lo ha podido superar", opinaba tan solo cuatro horas antes una septuagenaria en Gloucester. Esta urbe, además, se caracteriza por tener un gran apoyo a la monarquía, especialmente por haber acogido la coronación de Enrique III, único rey desde la conquista normanda que no fue entronizado en la abadía de Westminster.
Protagonista, pero con normalidad en las calles
Londres recibía cerca de las cinco de la tarde, hora local, a centenares de personas que se agolpaban en Buckingham para mostrar sus respetos. La mayoría venían de todos los rincones de Inglaterra, con algunas decenas que habían cruzado desde Gales. Una hora después, las flores inundaban los alrededores del palacio con mensajes de apoyo y el más repetido entre los concentrados: "Forever our Queen". Otros muchos se reunieron en los alrededores de Windsor y otros pocos en Balmoral.
En el resto de ciudades del Reino Unido, la noche transcurrió con normalidad, con reuniones recurrentes en los pubs. Los más jóvenes lamentaban el deceso, pero bromeaban con el típico humor isleño: "¿No es gracioso que haya muerto precisamente en Escocia?". Esta era la frase más repetida, después de las ansias de independencia del territorio, con el que Isabel II tenía numerosas relaciones sanguíneas y ancestros que gobernaron en el desaparecido Reino de Escocia.
Tributos y memoriales
La iglesia anglicana también está de luto, especialmente por ser la reina su jefa y gran mandataria. "No sabemos que sucederá ahora, todo irá bien, pero la echaremos de menos. Los menores de 70 años, la mayoría, sólo la conocimos a ella como cabeza de la iglesia y fue una reina entregada", explican voces eclesiásticas a Crónica Global.
De hecho, todo cambiará: los himnos, las oraciones y la música. Ya no sé adorará ni orará por la reina, sino por el nuevo rey Carlos III. La iglesia anglicana hizo un sobreesfuerzo para reimprimir todo de nuevo y tenerlo listo para la primera misa de las 12.30 horas de este viernes, después de que las campanas sonaran sin descanso desde las 12 del mediodía en todo el país.
Pero además de este tributo religioso, las pantallas públicas de las ciudades, así como las dedicadas a la publicidad de paradas de autobús y estaciones de tren, rindieron homenaje con una imagen de la reina y un pequeño texto de "Su majestad, 1926-2022". No se habla de otra cosa en las cafeterías, calles y oficinas, y no pocos se han acercado a firmar los libros de memoria y agradecimiento por el reinado de Isabel II en iglesias y algunos edificios públicos.
Herida institucional
La vida continúa con un nuevo rey, Carlos III, pero la herida institucional que ha dejado la muerte de Isabel II se palpa en todo el país. El Parlamento Británico se ha reunido de forma extraordinaria este viernes para rendir homenaje a la monarca. La Premier League ha cancelado sus partidos durante una semana y la Operación Puente de Londres está en marcha.
La más longeva de las monarcas del Reino Unido ha visto pasar a 15 primeros ministros, y más de 170 en toda la Commonwealth, de la que también era la gran soberana, así como siete Papas. La ciudadanía británica la observó durante décadas como símbolo de unidad y cierto aprecio, por lo que pocos son los que la han criticado más allá de los chistes contados la noche de su fallecimiento en los pubs, bajo una lluvia fina incesante. Goodbye Ma'am.