En España hay 13 millones de mascotas, de las cuales el 90% son perros y gatos. En ellos, sus dueños invierten una media de 1.282 euros al año, según datos publicados en un estudio de Tiendanimal. El confinamiento de marzo de 2020 cambió la forma en que la sociedad entendía su rutina. De un día para otro, los animales de compañía pasaron a ocupar un lugar prominente, siempre al lado de sus dueños. Una fidelidad que muchos humanos han recompensado con un esfuerzo extra para darles una vida más selecta.
En este contexto de aislamiento social, muchas personas han tomado conciencia de la importancia que tienen para ellos sus amigos animales y han optado por invertir en su bienestar, hasta puntos que pueden sorprender sobremanera a aquellos que no entienden bien el vínculo que puede llegar a unir a una persona con su compañero animal. Algunas tiendas de mascotas consultadas por Crónica Global confirman que ha habido un aumento de compras “porque también hay más gente que ahora tiene animales”. En este sentido, desde Kiwoko Aribau, explican que hay ciudadanos que compran más juguetes y accesorios y otros que adquieren mascotas “que no necesitan que las paseen o no demandan grandes cuidados, como peces o hámsters”. Una situación que confirman desde Zoo Condal: “Notamos que en general se compran muchos más juguetes, porque la comida no se adquiere en tienda, sino en internet”.
“Como si fuera mi hijo”
Los datos de INE confirman que 4,79 millones de personas pasaron el confinamiento en soledad y, de ellas, una buena parte, atendiendo a la estadística antes expuesta, lo hicieron con algún animal. Esta situación ha convertido a las mascotas en lo más semejante al contacto humano que han tenido, un hecho que ha repercutido en la concepción de los dueños hacia ellas, y en una necesidad de darles mayores atenciones. Este es el caso de Lucinda, junto al de otros ciudadanos consultados por este medio: una mujer de 77 años, viuda desde 2017, que ha pasado toda la pandemia con la única compañía de su Yorkshire, al que ahora cuida “como si fuera un hijo, el que nunca tuve”.
En este sentido, Lucinda explica que “antes de la pandemia mi perro ya era un mimado, porque él lo pedía, pero ahora lo mimo porque quiero yo, dado que me hizo muy feliz contar con él durante el encierro”. Desde solomillo troceado, a pienso específico para su raza y una correa hecha a medida para su cuello. Estos son algunos de los “caprichos y pijadas” que esta mujer ha comprado a su can, al que ahora lleva a la peluquería cada “dos días, para que lo peinen” y lo lavan cada “tres semanas”. La propietaria del perro narra que lo más importante “no es darle estos lujos, sino que esté bien, y para ello invierto lo que haga falta en sus cuidados de salud, porque no tengo hijos ni nietos a quien dárselos”.
Escudo contra la soledad
Las mascotas también reciben otro nombre, el de “animales de compañía”, y este último elemento es el que más han valorado sus dueños. En este sentido, Jordi Surià, psicólogo y propietario de un bichón maltés, explica que “los humanos no estamos acostumbrados a estar tanto tiempo solos y los animales han hecho de escudo frente a esta sensación nueva que nos trajo la pandemia”. Según Surià, la mayor implicación de los propietarios en los cuidados de sus mascotas obedece a la intervención “de los refuerzos positivos”.
Durante el último año, el teletrabajo se ha impuesto como la alternativa laboral para aquellos empleos en los que era posible. Esta realidad, aplicada a los animales de compañía, ha derivado en pasar “prácticamente todo el día a su lado”. En este sentido, “nos saludan por la mañana o cuando volvemos de la compra, una situación de bienestar y felicidad que nos engancha”. En cualquier caso, el profesional considera que esta “devoción” por las mascotas no es negativa, siempre que se tenga en cuenta “que un perro es un perro, no una persona”. En la misma línea, las personas que llevan a sus canes en cochecitos de bebé “lo están humanizando, dado que se personaliza en el animal la figura de un bebé”. Esta forma de interaccionar con las mascotas “no se puede considerar una patología”. Eso sí, “dependiendo de las características de la persona, la puede confundir y alejar de la realidad”.
Comunidad de propietarios
En este contexto derivado de la situación actual, han surgido iniciativas para canalizar los intereses de los dueños de los animales, ahora más preocupados aún por su bienestar. Es el caso de MoPETS (Mother of PETS), una comunidad virtual que los pone en contacto con profesionales y cuidadores para compartir experiencias y conocimientos. Esta plataforma cuenta actualmente con 30.000 usuarios en Europa, aunque la apuesta en España va más allá. Según datos que maneja MoPETS, un 42% de los domicilios españoles tiene una mascota, por lo que, en un mercado tan amplio, esperan “llegar a 100.000 personas antes de fin de año”, explica a Crónica Global Geraldine Courtois, cofundadora de la iniciativa en España.
Courtois expone que en este país de cada vez hay “más tiendas dedicadas al cuidado de los animales, que han pasado de ser 7.767 en 2009 a 12.518 en 2020”. Además, su población “siente mucho cariño hacia ellos, por lo que una iniciativa como la nuestra creemos que tendrá un buen recibimiento”.