La UAB hará los exámenes con las ventanas abiertas
Únicamente ante condiciones climatológicas adversas se podrán cerrar de forma parcial, y dejando siempre un espacio de cuatro dedos para mantener la ventilación
11 noviembre, 2020 20:00Bien abrigados y con ropa cómoda. Así deberán ir los estudiantes de la UAB a los exámenes si no quieren pasar frío. La universidad ha elaborado una serie de recomendaciones e instrucciones para el desarrollo presencial de las pruebas, de forma que se sigan en todo momento las medidas de seguridad frente al Covid.
Entre ellas destaca la circunstancia de que, durante las evaluaciones, las ventanas y puertas de las aulas estarán abiertas. Y ello en un campus, el de Bellatera, en el que dada su ubicación en medio del campo normalmente hace mucho frío. Solo en caso de condiciones climatológicas muy adversas se procederá al cierre, pero no completo.
Tomárselo con humor
Algunos alumnos consultados, que prefieren guardar su anonimato, entienden que la situación sanitaria “obliga a tomar estas medidas”. Así lo apunta Lleó, alumno de tercer curso en la facultad de comunicación. “Más frío del que ya hace en las aulas muchas veces no hará. De hecho, había días en los que yo ya iba abrigado durante las clases, porque depende de en cual estés, hay mucho tiro de aire”, relata.
En la misma línea se pronuncia Carla, que estudia en la facultad de economía y empresa: “Tener las ventanas abiertas solo contribuirá a que los alumnos tengamos más frío que el que sentimos normalmente”, corrobora. La preocupación principal de los estudiantes consultados es cómo afectará la sensación térmica a su rendimiento académico. “Las instrucciones hablan de cerrar en caso de condiciones adversas, pero es que en invierno, en la UAB, siempre lo son”, dice. Y añade que “no es factible hacer exámenes a 10 grados y con los dedos temblando. La gente escribirá mucho más lento”.
Los profesores entran en juego
Las instrucciones distribuidas por la UAB también van dirigidas a los profesores, sobre los que recae el trabajo de garantizar que se cumplan escrupulosamente todas las medidas de seguridad. Éstos deberán asegurarse de que en ningún caso el aforo del aula supere el 50% y velar por el acceso escalonado a las clases.
En lo que se refiere a las condiciones de la sala, solo en el caso de que el espacio no disponga de ventilación mecánica y el comportamiento climático sea adverso, se podrá optar por cerrar las ventanas parcialmente, pero dejando siempre un espacio de cuatro dedos. “Hay docentes más dispuestos a adaptar la forma de hacer los exámenes a la tecnología digital, amoldándose a la nueva situación”, afirma Amparo Huertas, profesora del departamento de comunicación audiovisual y publicidad de la facultad homónima. El problema está “en los profesores que no tienen esta visión, ni una actitud favorable. Es para ellos que se adoptan estas medidas de cara a los exámenes presenciales”.
El problema de las clases prácticas
Debido a su naturaleza, determinados estudios basan en gran parte su formación en el aprendizaje práctico, como son medicina, comunicación, o los de química, entre otros. En estas materias se requiere la utilización de los equipamientos de las facultades, y en muchas ocasiones resulta imprescindible el trabajo en equipo. “¿Cómo se puede hacer un trabajo en grupo manteniendo las distancias? ¿Cómo se pueden hacer sesiones prácticas en aulas que no tienen ventanas?”, se pregunta Huertas. En el caso de la facultad de comunicación, por ejemplo, ninguno de los tres locutorios de radio tiene ventanales.
La organización de las clases se complica debido a que también hay profesores que debido a su edad o a sus condiciones de salud están autorizados a trabajar desde casa. En el caso de que éstos estén a cargo de sesiones prácticas “hay que cubrirlos, y se exige un esfuerzo extra a la plantilla que trabaja presencialmente”.