¿Qué pasa con Grup Mutuam? La empresa de ex altos cargos de Convergència i Unió (CiU), como su presidente, Josep Arqués Suriñach, está en la diana por la tragedia en las residencias de Cataluña, donde ya han muerto 571 mayores por Covid-19, la infección que causa el virus SARS-CoV-2. La compañía lleva la atención sanitaria en 431 geriátricos de Barcelona y su conurbación. Es la responsable de la salud de los ancianos. ¿Lo hace de forma eficaz? "No. Veta traslados al hospital y no consigue test para los contagiados. No cumple", denuncian familiares de una residencia donde opera.
En paralelo a ello, María José Carcelén, portavoz de la Coordinadora 5+1 por una atención digna a los mayores en Cataluña, recuerda una de sus peticiones históricas. "Siempre defendimos que la atención sanitaria en residencias debe ser pública. Que deben ser los ambulatorios y centros de atención primaria (CAP) los que hagan el seguimiento de nuestros familiares", ha recordado. Con el azote de la pandemia en los equipamientos, la labor de Mutuam gusta aún menos. "Están jugando un triste papel, pues son ellos los que criban qué residente es derivado a urgencias y cuál no. No lo deja a criterio de los médicos de la sanidad pública", se quejan otros familiares de un centro en el que se les ha comunicado que es Mutuam quién dedice trasladar o no. ¿Qué piden, pues? "Echar a Mutuam de las residencias. Cortar el convenio. Que a nuestros mayores los visiten médicos de la red pública", piden los allegados.
Muertes en las residencias que asiste Mutuam
Cabe recordar la estrecha relación comercial del Govern con Mutuam. La Generalitat, por medio del Departamento catalán de Salud, privatizó en 2009 parte de la atención sanitaria a los mayores que están en asilos. En Barcelona, Baix Llobregat, Vallès Occidental Este y Vallès Oriental, este servicio lo gestiona Mutuam, tal y como indica la compañía en su página web [ver aquí]. Lo hace mediante convenios anuales con el Servicio Catalán de Sanidad (CatSalut), la aseguradora pública catalana. En otras palabras: el Govern paga dinero para que Mutuam haga parte del trabajo de los ambulatorios con los mayores que tienen enfermedades crónicas o complejas. ¿Cuánto dinero? 22,46 millones en 2018, según el portal de transparencia de la firma [ver aquí]. Por su parte, el portal de convenios del CatSalut [ver aquí] muestra ocho acuerdos sin concurso público con Mutuam para la "atención sociosanitaria" por valor de 22,52 millones de euros. El 75% de los ingresos de la actividad no aseguradora del grupo.
Mutuam cuida pues a los ancianos en 328 residencias públicas y privadas de Barcelona y entorno, 431 si se cuenta la atención continuada. ¿Qué ha hecho con la pandemia del SARS-CoV-2? Preguntada por la cuestión, ni la empresa ni una responsable de sus Equipos de Atención Residencial (EAR) ha querido contestar a las preguntas de este medio, formuladas tanto por correo electrónico como telefónicamente. A otros medios los ha amenazado con llevarles a los tribunales. Lo factual es que el nombre de Mutuam es responsable, por convenio público sin concurrencia, de vigilar la salud de los usuarios de muchas residencias en las que los últimos días han muerto ancianos. ¿Cuáles? El Asil Hospital de La Garriga (Barcelona), con 16 fallecimientos por Covid-19 (solo se hicieron dos test); la Casa Asil de Sant Andreu de Barcelona, con 31 muertes; la Residència Bon Pastor (Barcelona), con 10 muertes --datos de la Coordinadora--; la residencia Mossèn Vidal i Aunós (Barcelona), con nueve fallecidos --datos de la Coordinadora--; la Residencia Assistida per a Gent Gran de Gràcia (Barcelona), con un deceso; o el Centro Residencial Sophos (Sant Joan Despí), con una muerte denunciada en Fiscalía.
Excargos de CiU
Las muertes en cadena en residencias públicas o concertadas que vigila Mutuam por convenios sin concurso son solo atribuibles a la enfermedad del virus SARS-CoV-2. Es solo el virus el que mata. No es menos cierto es que el guardián sanitario de estos centros, el grupo de Josep Arqués, lleva años siendo criticado por hacer negocio sin procedimientos de contratación y puertas giratorias: la "atención sociosanitaria" es un campo en el que muchos de sus directivos fueron servidores públicos. El propio Josep Arqués, presidente de Mutuam, fue jefe de gabinete, primero, y secretario general (1992-1999), después, de la Consejería de Salud, con la CiU de Jordi Pujol en el Govern. Fue en esa época que Mutuam "se especializa en la atención social y sanitaria de las personas mayores, siempre en estrecha colaboración con la Generalitat de Cataluña", según admite en su portal web [consultar aquí]. En otras palabras: Arqués estaba en el departamento cuando Mutuam se alió con la consejería. En 2008 el directivo se convirtió en consejero delegado de la compañía tras pasar por otros dos departamentos de la Generalitat.
El número dos de Mutuam es Francesc Brosa. Es director general de esta compañía de economía social desde 2016, según sus redes sociales [ver aquí]. Antes estuvo 32 años en el Departamento catalán de Salud, con el que su actual empresa tiene numerosos acuerdos. Brosa, actual CEO de Mutuam, fue durante 23 años subdirector del CatSalut, que es quien firma los convenios con su actual empresa. También en el comité de dirección de la empresa que cuida las residencias catalanas está Josep Ballester Rosselló, otro exalto cargo de Salud. El exfundador de CiU Josep Lluís Vilaseca Guasch y exsecretario general de Deportes es, a su vez, defensor del mutualista en la empresa. Otra pata relevante de Mutuam es su fundación: Mutuam Conviure. La capitanea el expresidente del Colegio de Médicos de Barcelona (COMB), Miquel Vilardell; es vocal el actual presidente del ente colegial, Jaume Padrós --exfundador de las juventudes de CiU y diputado por el partido dos legislaturas--; que comparte mesa con Josep Lluís Vilaseca (exsecretario general de Deportes); Ramón Pujol (ex jefe de Medicina Interna en el Hospital Universitario de Bellvitge) y Magda Campins (jefa de Medicina Preventiva del Hospital Vall d'Hebron), entre otros.
El virus golpea el corazón de la empresa
Con este organigrama, Mutuam, una sociedad cuyos orígenes se remontan a 1905 como aseguradora, ha tejido un grupo empresarial de tamaño mediano. Declaró ingresos por valor de 51,56 millones de euros en 2018, último ejercicio disponible en sus memorias, un alza del 5% con respecto al ejercicio anterior. Si bien el conglomerado mantiene una parte aseguradora y asistencial propia, la empresa declara que la mayoría de sus ingresos proceden de la Generalitat y, más concretamente, del Departamento catalán de Salud. Una consejería por la que pasaron su número uno, el presidente, y su número dos, el consejero delegado. De hecho, en la memoria financiera de 2018 la compañía declara una caída del 14% de la actividad mutualista, por un crecimiento del 3% de los ingresos procedentes de Salud hasta los citados 22,46 millones de euros.
Esta compañía y otras mutuas bregan ahora con una crisis mayúscula en las residencias de Cataluña. Una región que ha declarado al menos 571 muertes de ancianos en geriátricos. La pandemia se ha cebado en Barcelona y conurbación, el corazón del negocio de la Mutuam, empresa centenaria de economía social que creció al calor de los gobiernos de CiU. Es en la Ciudad Condal y entorno donde operan los Equipos de Atención Residencial (EAR) del grupo de Arqués. Vigilan y, en teoría, cuidan. De momento se enfrentan a cifras muy adversas: 571 defunciones hasta ayer y el 70% de los centros con contagios en Barcelona ciudad. Familias desesperadas y planteándose manifestarse ante centros aislados, como en la Residencia Assistida per a Gent Gran de Gràcia. Cuando termine el envite del patógeno se podrá evaluar el papel jugado por este conglomerado. Por ahora, los allegados denuncian que Mutuam mantiene una sospechosa connivencia con la Generalitat, detectan racaneo en el cuidado de sus mayores en plena cascada de defunciones y, ante estas graves acusaciones, el grupo prefiere callar.