Dos personas analizan muestras de donación de tejidos / BST

Dos personas analizan muestras de donación de tejidos / BST

Vida

La donación de tejidos también salva vidas

Cada persona puede ayudar a más de 100 pacientes si da su consentimiento para realizar esta práctica altruista

8 septiembre, 2019 23:44

La llaman “la hermana pobre” de las donaciones, pero su papel en la medicina y en la salud es, en ciertos casos, vital. La donación de tejidos está poco visibilizada en la sociedad, pero ello no quiere decir que su importancia sea secundaria y los datos en Cataluña respaldan esta afirmación. Más de 12.000 personas verán mejorada “sustancialmente” su calidad de vida gracias a haber sido receptores de tejidos donados durante 2018, según los datos del Banc de Sang i Teixits de Cataluña (BST).

A pesar de su amplio impacto, “la donación de tejidos sigue siendo la gran desconocida por la ciudadanía”, indican desde esta institución. Óscar Fariñas, su responsable, admite parte de responsabilidad por las “pocas campañas informativas” realizadas al respecto. Sin embargo, aunque la diferencia respecto a los órganos es “abismal”, asegura que el conocimiento sobre donantes de tejidos va aumentando.

Tejidos para una vida mejor

Cada donante de tejidos puede ayudar a mejorar la vida de más un centenar de personas --un donante de órganos beneficia, como máximo, a ocho--. Dentro de esta calificación se encuentran la cesión a terceros de piel, huesos, tendones y otras estructuras osteotendinosas, arterias, membrana amniótica --único tejido que se puede donar en vida--, válvulas cardíacas y córneas. Este último tejido es el que más donantes tiene en Cataluña (1.484 personas en 2018) y, sin embargo, es uno de los más necesitados en la región.

Una de las razones de su déficit, según Fariñas, es el gran número de patologías que afectan a esta parte del ojo. “Hay muchas personas con lesiones en la córnea que no acaban de cicatrizar bien y a veces el déficit de visión que sufren es muy alto”, expone. Este fue el caso de Marina Benedicto, una chica afectada por una afectación poco frecuente conocida como la enfermedad de las lentillas sucias.

Trasplante de córnea

Tras sufrir problemas con las lentes de contacto, Marina empezó a perder visión hasta quedarse casi sin ella. “No veía casi nada, podía ver luces pero no distinguía formas”, explica. Tal fue el impacto de la enfermedad que tuvo que abandonar los estudios. Una situación que cambió tras varias operaciones de córnea.

Marina Benedicto, receptora de una donación de córnea / BST

Marina Benedicto, receptora de una donación de córnea / BST

Su primera intervención fue en 2014 y, gracias a una donación de este tejido, recuperó parte de la capacidad ocular. Un año más tarde, recibió un injerto de córnea. Ello le permitió volver a los estudios, que encaminó hacia el terreno de la salud. “Al sufrir esta enfermedad me empezó a llamar la atención y empecé un grado medio de Farmacia”, comenta. En la actualidad estudia un grado superior de Laboratorio Clínico.

Ceder un trozo del corazón

La donación de válvulas cardíacas también está en déficit en Cataluña. El principal problema con este tipo de tejidos es la “calidad” del mismo, tal y como explica el responsable del BST. “Por suerte, la gente fallece cada vez con mayor edad” pero este segmento poblacional también acusa más problemas del corazón. “Muchas de las válvulas que se obtienen acaban por tenerse que descartar” ya que “tienen lesiones relacionadas con la edad”.

Otra de las problemáticas que sufre este tejido tiene que ver con la fisonomía del propio órgano. “No todos tenemos el corazón del mismo tamaño y tenemos que buscar válvulas que tengan unas medidas concretas para cada paciente que las necesita”, detalla Fariñas. Este detalle complica los trasplantes, sobre todo, en casos donde el receptor de tejidos es menor de edad. “Hay muchos niños cuya única solución para poder seguir viviendo es que se le done una válvula cardíaca”, apunta el experto, “este es uno de los casos donde la donación de tejidos sí que salva una vida”.

“Hay mucho donde trabajar”

En España, toda persona fallecida es donante, a no ser que “haya dejado constancia expresa de su oposición” según la Ley de Trasplantes. Sin embargo, a efectos prácticos es la familia del fallecido la que debe dar el consentimiento, por lo que los profesionales animan a expresar la voluntad de donar a las personas cercanas. Asimismo, el sistema de salud debe asegurar la “posibilidad de donar” en todos sus centros, no solo en los hospitalarios. Este es uno de los retos a conseguir, según expone el miembro del banco de tejidos catalán.

“El sistema funciona bien pero hay que expandirlo. Hay mucho donde trabajar”. Fariñas asegura que existen clínicas y centros de salud --sobre todo de pequeño tamaño-- que no cuentan con equipos especializados en donaciones y que pueden aportar mucho sistema. Es lo que ha ocurrido, por ejemplo, con el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Cataluña. A sus instalaciones llegan gran cantidad de fallecidos que “no pasan por el hospital” y cuyo potencial donante no estaba siendo valorado. Hace tres años se puso en marcha un proyecto para ofrecer esta posibilidad y, hoy en día, es “una de las fuentes de donaciones más importantes de Cataluña”. En 2018, proporcionó 256 donaciones de tejido y fue el primer centro suministrador de huesos y tendones de la región.