Imagen del policía de la Guardia Urbana al que apuntan los animalistas radicales tras la muerte de la perra 'Sota' / FOTOMONTAJE CG

Imagen del policía de la Guardia Urbana al que apuntan los animalistas radicales tras la muerte de la perra 'Sota' / FOTOMONTAJE CG

Vida

"Morirás a plomo": amenazas de muerte al policía que abatió a la perra 'Sota'

Cabreo en la Guardia Urbana de Barcelona contra la alcaldesa Ada Colau por no proteger a los agentes de la furia de los animalistas radicales

25 diciembre, 2018 00:00

"Morirás a plomo". Esta es una de las amenazas que los animalistas radicales están dirigiendo estos días contra el agente que abatió a Sota, la perra que mordió al efectivo la pasada semana durante un altercado en la plaza de España de Barcelona.

Desde la actuación policial el pasado miércoles, 19 de diciembre, que el Ayuntamiento de Barcelona avaló en un primer momento, las protestas de los animalistas radicales han ido in crescendo. Tanto es así que en menos de una semana han apedreado la sede de la casa consistorial (el jueves), han provocado disturbios en la plaza de España que acabaron con cinco detenidos (el sábado) y han obligado a un sindicato, el CSIF, a anunciar que presentará una denuncia por presunto delito de odio por los insultos y coacciones a un agente del cuerpo local de seguridad que los extremistas señalan como el que usó su arma reglamentaria.

¿Qué ha pasado?

Pero, ¿qué ha ocurrido? Según fuentes policiales, dos cosas. "Por un lado, un hecho muy claro. Lo que comenzó como una protesta de los colectivos animalistas como el Pacma y similares ha derivado en un movimiento orquestado y manipulado por los colectivos antisistema y antipolicía de Sants. Los radicales de Can Vies y demás", explican. "Por otro lado, Ada Colau se posicionó primero claramente en línea con el protocolo policial el miércoles para luego, al ver el calor de la protesta, intentar sumarse a la misma de forma hipócrita", han agregado.

Los mensajes institucionales, en efecto, así lo atestiguan. El equipo de gobierno del consistorio de Barcelona en Comú (BComú) pasó de sostener que "el agente actuó en defensa propia y no le quedó otra opción" (cadena superior de tuits) a pedir "pruebas documentales y testigos que hayan presenciado el hecho y estén dispuestos a declarar" con el fin de "esclarecer primero lo que ocurrió". Todo ello en un espacio de cuatro días. ¿Qué ha cambiado? "Que Ada Colau ha visto que se juega el voto animalista. Un voto que, en parte, considera suyo. Y deja vendida a la Guardia Urbana, si es preciso, para retener ese electorado. De hecho, es lo que ha venido haciendo toda la legislatura", ha remachado un portavoz de ASI.

"Víctima de su propio populismo"

Desde CSIF, que ayer anunció que entraría una denuncia por presunto delito de odio en la Fiscalía Provincial de Barcelona, indicaron ayer que "es inaudito" el alud de amenazas que está recibiendo el agente. "Han llegado a amenazar con disparar dos tiros al hijo del compañero. Es inaceptable y, probablemente, delito", alertaron. Por ello, esta agrupación acudirá al ministerio fiscal para buscar amparo. Igual que otros agentes del cuerpo, ven a Colau arrastrada por las circunstancias en lugar de liderar la crisis como alcaldesa de Barcelona.

"Es víctima de su propio populismo. Su entorno ya alimentó el caso Ciutat Morta cuando el principal acusado [Rodrigo Lanza] fue condenado y ahora vuelve a estar imputado. En estos momentos, BComú cabalga y ocupa el espacio del extremismo animalista para que el Pacma no le robe votos. Es totalmente irresponsable", dice Eugenio Zambrano, secretario de Administración Local del CSIF en Cataluña. ¿Por qué? "Por que han apedreado el ayuntamiento. Señalan a un agente de la Guardia Urbana y a su hijo. Conminan a pegar y a asaltar a agentes. El sábado intentaron atacar una comisaría en Sants-Montjuïc. Y ahora Colau pide testigos para interferir en el trabajo de la Unidad de Deontología y Asuntos Internos (Udai). Es intolerable", concluye el agente.