La sombra de los atentados en la red ferroviaria activa las alertas
La observación de un objeto sospechoso en el equipaje de un viajero del AVE Barcelona-Madrid llevó a los cuerpos policiales a extremar las precauciones y medidas de seguridad
7 noviembre, 2018 11:07La alerta activada esta mañana en Barcelona en Sants, la estación principal de trenes en la ciudad, ha despertado los fantasmas del pasado. Los cuerpos policiales han extremado las medidas de seguridad y han desalojado la estación de Barcelona, primero, y la madrileña Atocha, después, al haber detectado un objeto sospechoso en un equipaje.
A pesar de que todo ha sido una falsa alarma --creada por una hebilla de cinturón con forma de granada de mano--, ni los Mossos d’Esquadra ni el Cuerpo Nacional de Policía (CNP) han querido dar un paso en falso. Han optado por desplegar a los equipos antiexplosivos en la Ciudad Condal y realizar comprobaciones exhaustivas de las instalaciones ferroviarias en la capital española.
La sombra del 11M
La sociedad española aún tiembla al recordar el atentado vivido en Atocha el 11 de marzo de 2004. Las diez bombas colocadas en los trenes acabaron con la vida de 193 personas (la última en 2014, después de diez años en coma). El ataque, que fue perpetrado por una célula terrorista con sede en Madrid, marcó un antes y un después no solo en las actuaciones policiales contra los atentados yihadistas sino también en los protocolos de seguridad y en la lucha contra la radicalización.
Imagen de archivo del atentado de Atocha del 11M / EFE
Sin embargo, España fue víctima de un nuevo golpe, esta vez, en Barcelona. Las Ramblas de la capital catalana se tiñeron de miedo y silencio tras el ataque terrorista perpetrado el 17 de agosto de 2017 (17A) por un grupo de jóvenes que recorrieron más de 500 metros con una furgoneta antes de huir por una de las calles colindantes. En este caso, fueron 16 las personas que fallecieron.
Ataque a los transportes
La red ferroviaria y de metro son uno de los principales objetivos del terrorismo. El impacto social de un ataque en los transportes públicos de las grandes ciudades es una de las razones, además de que las medidas de seguridad suelen ser más bajas que en otros lugares de máxima afluencia de paso.
Londres ha sido otra de las capitales que ha vivido en sus propias calles y túneles las consecuencias del yihadismo. La City fue víctima de un ataque que afectó a trenes y autobuses el 7 de julio de 2005, sólo un año después del ataque en Madrid. Más de medio centenar de personas perdieron la vida.