Una foto de la piscinas natural de Pou Clar Ontinyent, Valencia

Una foto de la piscinas natural de Pou Clar Ontinyent, Valencia

Vida

Las mejores piscinas naturales de interior para refrescarse este verano

Además de grandes y preciosas playas, España también ofrece opciones alternativas como las pozas de río o piscinas naturales

20 julio, 2018 10:55

La playa es uno de los lugares favoritos por todos cuando llega el verano. Refrescarse bajo el sol es un plan que convence casi a todo el mundo. Aun así, para aquellos que prefieran algo más tranquilo o odien la arena, pueden encontrar otros lugares para disfrutar de su verano particular. Estas son las mejores piscinas de interior y lagos de España donde pegarse un buen chapuzón.

A Chavasqueira (Orense)

Las aguas naturales gallegas están a 43 grados, y aunque parezca un plan poco veraniego, están ubicadas en el curso del río Miño. Estas aguas son medicinales, indicadas para tratamientos de reuma, artritis, asma o infecciones de la piel, su popularidad está asegurada. Las pozas de A Chavasqueira, de uso gratuito, fueron las primeras de las cuatro estaciones termales que hay a las afueras de Orense. Se ubican a tres kilómetros de la ciudad, y se puede llegar andando o en bicicleta.

Las Chorreras (Cuenca)

A 80 km al sur de la ciudad de Cuenca  el río Cabriel es el artífice vive en un paraje de cascadas, rápidos y aguas tranquilas para todos los gustos. La charca de mayor tamaño cuenta con una playa fluvial. No cuenta con servicios públicos como duchas, cuartos de baños y el acceso no es sencillo, pero vale la pena. Además, se puede compaginar con senderismo. 

La Fontcalda (Tarragona)

Es un paraje alejado de la civilización, entre las montañas de la Mola y Crestall. Son varias piscinas naturales que nacen del río Canaletes. Las aguas son de temperaturas altas y también tienen propiedades medicinales. La zona incluye aparcamiento, merenderos y un parque infantil y se accede por la preciosa, estrecha y sinuosa carretera que une las localidades de Gandesa y Benifallet. Una vez allí, merece la pena acercarse al santuario del s. XIV que aún celebra misas en verano.
 

Una foto de archivo de la Fontcalda, Tarragona

Una foto de archivo de la Fontcalda, Tarragona

Fuentes del Algar (Alicante)

Se trata de una Zona Húmeda Protegida a 15 km de Benidorm en la que disfrutar de grutas, fuentes, manantiales, cascadas y pozas donde bañarse, aptas también para los más pequeños. Se puede llegar andando o corriendo, y hay zona de picnic. Se recomienda ir entre semana y tiene un precio de entrada de cinco euros por personas.  

Una foto de Gorg del murris del Molí

Una foto de Gorg del murris del Molí

 

Gorg del murris del Molí (Gerona)

A unos 35 km de Girona existe uno de los mejores secretos de la Garrotxa, en el pueblo de Les Planes d'Hostoles. Se trata de la Riera dels Cogolls. Entre bosques y árboles se esconde una piscina natural de agua del Pirineo. Se puede acceder con coche y hay un aparcamiento a la entrada, pero se recomienda hacerlo a pie (unos 2 km desde el centro de Les Planes d'Hostoles) para disfrutar del paisaje.

Pou Clar Ontinyent (Valencia)

Su traducción es "Pozo claro" y está catalogado como uno de los pequeños paraísos de la localidad valenciana de Ontinyent y una de las piscinas naturales más espectaculares de la Comunidad Valenciana. La sucesión de balsas de agua helada y cristalina ha sido diseñada entre montañas por el curso del río Clariano. La profundidad de algunas alcanza los cinco metros, por lo que es habitual ver a bañitas lanzarse desde las rocas. 

Los Pilones (Cáceres)

Los Pilones son considerados una de las mejores piscinas de Extremadura. Para llegar a ellas, hay que adentrarse a la zona boscosa de la Garganta de los Infiernos, una impresionante reserva natural entre la Sierra de Tormantos y la Sierra de Gredos, regada por el Jerte. El agua cristalina y la caída durante siglos de ésta, chorreras y piedras deslizantes que sirven de toboganes. Se puede acceder en coche y aparcar a una hora de las piscinas. El último tramo debe realizarse a pie por un sendero señalizado con una frondosa vegetación.