Los bosques de Cataluña ideales para encontrar castañas: una tradición más antigua que Halloween

Por mucho que se haya impuesto Halloween, en Cataluña hace años que el día 31 no es la fiesta de los muertos. La tradición marca que es el momento de celebrar la Castañada.

Ese día, las familias se reúnen para comer castañas asadas, boniatos y panellets, acompañados de vino dulce o moscatel. Al menos, hasta que los millennials apostaron por importar la tradición estadounidense.

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Si bien es cierto que el ‘truco o trato’ parece haber ganado las partidas. Desde mediados de octubre y ya hasta bien entrado diciembre, en los pueblos y ciudades de Cataluña aparecen pequeños negocios callejeros donde se venden castañas asadas a granel.

Son los famosos puestos de ‘castañeras’, que ahora ya llevan hombres y mujeres, Ellas ofrecen al transeúnte este snack sano, nutritivo y caliente para pasar los primeros días de frío.

Tradición familiar

A pesar de todo, los catalanes, siempre ahorradores, prefieren ser ellos mismos los que se encarguen de preparar las castañas. Los fines de semana de otoño, muchas familias salen en busca de castaña con los más pequeños para, al llegar a casa, asarlas con esa sartén especial con agujeros.

Pero hay truco. Uno ha de saber dónde encontrarlas. No todos los bosques tienen castaños, hay que ir a su encuentro.

Dónde encontrar castañas

Para ayudar a aquellas personas que quieren desmarcarse de la fiesta yanki y apostar por la tradición, siempre es agradecido contar con un pequeño mapa para rastrear los lugares donde encontrar castañas.

Una buena opción es tirar de clásicos, lugares que no fallan. Pueden estar poblados de gente haciendo lo mismo, pero eso también aporta sentimiento de colectividad, de un pueblo unido por la tradición.

Parque Natural del Montseny Portal oficial de turismo de España

Parc Natural del Montseny

El lugar más emblemático de Cataluña para buscar castañas es, sin duda, el Montseny. A menos de una hora de Barcelona, este parque natural declarado Reserva de la Biosfera, este es el lugar al que van la mayoría de escuelas a buscar este preciado fruto seco.

Allí hay hasta una ruta de dedicada a esta costumbre, el sendero del Castanyer de les Nou Branques. Se trata de un bosque un poco más húmedo, pero que permite combinar paseo y recolección. Aquí, los castaños cubren las laderas y tiñen el paisaje de tonos ocres.

Espinelves

En la parte norte de esta sierra, cerca de Espinelves, el bosque ofrece algunos de los rincones más fotogénicos del otoño catalán y con una gran cantidad de castaños. Si bien es cierto que abunda el abeto, los castaños también crecen en abundancia.

En sus alrededores, los caminos rurales permiten recoger estos frutos y, como recompensa uno puede visitar este hermoso pueblo medieval.

Les Guilleries-Savassona

Ya más cerca de Girona y no muy lejos de allí, entre las comarcas de La Selva y Osona se extiende el Espai Natural de Les Guilleries-Savassona. Este territorio de montañas suaves, barrancos y bosques profundos está repleto de los castaños que prosperan gracias al clima de la zona. 

En torno a Sant Hilari Sacalm y Osor, los caminos están repletos entre hayedos, robledales y castañares. Además, es un lugar menos concurrido que el Montseny, igual de bello y con grandes posibilidades para recoger castañas del suelo.

Excursionista en las montañas de Les Guilleries VISIT COSTA BRAVA

La Vall d’en Bas y la Garrotxa

Subiendo hacia Olot, uno da con la Garrotxa. Aquí los castaños se mezclan con hayedos y robledales. 

En los alrededores de Sant Privat d’en Bas, Les Preses y Olot, las rutas que recorren el Parc Natural de la Zona Volcànica de la Garrotxa son únicas para la búsqueda de castañas. 

Parc Natural del Montnegre i el Corredor

Por último, de regreso a la zona de Barcelona, a caballo entre el Maresme y el Vallès Oriental, este parque natural que combina montaña y mar y donde la castaña es reina.

En localidades como Vallgorguina, Sant Celoni o Palafolls, los senderos se adentran en bosques donde los castaños crecen junto a alcornoques y encinas. Y, además, muy cerca de la capital catalana.

Antigua costumbre catalana

Estos paseos son además la ruta perfecta para pasar un día en familia y conocer el territorio mientras se recupera la tradición. Una costumbre que, de alguna manera, tiene sentido con el día de Todos los Santos.

Su origen se remonta al siglo XVIII, como una derivación de las comidas funerarias, que procede de una antigua fiesta funeraria vinculada a los cultos paganos: se consideraba el acto de asar las castañas como un acto de conexión con las almas difuntas, por lo que comerlas era un gesto de comunión con los difuntos.