Vista panorámica de Lés

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Ni Caldes ni Tarragona: este es el pueblo catalán de tres letras conocido por sus termas romanas

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Los Pirineos no son sólo un lugar para ir a esquiar y hacer senderismo. Lo saben de sobras los que viven allí, los que gozan de una segunda residencia en el lugar y hasta los romanos en su día. Buena prueba de ello es la cantidad de termas que descubrieron y erigieron allí en su día y que, todavía en pleno siglo XXI, se mantienen activas.

Si en Barcelona existe todo un pueblo termal de la época como es Caldes de Montboí, en el Vall d’Aran, existe un pueblo de tan sólo tres letras que ha recuperado el legado de aquel tiempo y presume de tener unas termas de lujo.

Un pueblo de tres letras

El lugar en cuestión es Lés, un pequeño municipio que, a pesar de su breve nombre, encierra siglos de historia y tradiciones únicas. Con poco menos de mil habitantes, esta localidad en la provincia de Lleida se ha convertido en un destino destacado por su herencia cultural y natural. 

Entre imponentes montañas y ríos cristalinos, el pueblito se ha convertido en un lugar muy especial no solo por su ubicación privilegiada en los Pirineos, sino por esta particular conexión con la historia de la Antigua Roma, sus tradiciones y su arquitectura.

Qué ver en Lés

En pleno corazón de Lés se encuentra la Plaza der Haro, el epicentro de la vida local y de la emblemática Festa de l’Haro, en la que un tronco de abeto se planta y quema como símbolo del solsticio de verano. Esta plaza reúne a vecinos y visitantes alrededor de la tradición y se encuentra rodeada de lugares emblemáticos que reflejan el rico pasado y la vida cultural de este pintoresco pueblo.

La Iglesia de Sant Joan, también situada en el centro, es una construcción moderna que data de finales del siglo XVIII y principios del XIX, erigida sobre una edificación anterior al siglo XVII. Su campanario románico, modificado en el siglo XVII, aún conserva el encanto de su época, a pesar de su estado deteriorado. En su interior, destaca un retablo neoclásico que añade un toque solemne al espacio sagrado.

Centro del pueblo termal de Lés

Centro del pueblo termal de Lés

Detrás de Era Baronia, un edificio señorial del siglo XVII, se encuentra la Ermita románica de Sant Blai de Lés, una construcción del siglo XII que se cree formó parte de un conjunto arquitectónico más grande. 

A pocos pasos de la ermita, un camino conduce al Castillo de Pijoert, una de las construcciones más antiguas del Valle de Arán, datada en el siglo XI. Este castillo, en ruinas desde el siglo XV, ofrece unas impresionantes vistas panorámicas de Lés y sus alrededores.

Qué hacer

El municipio es también un punto de partida ideal para explorar el entorno natural y practicar diversas actividades al aire libre. Desde tranquilos senderos hasta exigentes rutas de montaña, el municipio ofrece opciones para todos los niveles, incluyendo circuitos de BTT y excursiones hacia la vecina Francia o el propio Vall d'Aran. Destinos como Artiga de Lin, Val de Varradòs o Ribèra deth Toran están a un paso de esta encantadora localidad.

Para los más aventureros, el río también deviene un escenario perfecto para deportes como rafting, piragüismo, barranquismo e hidrospeed, mientras que los amantes de la tranquilidad pueden optar por paseos a caballo o disfrutar de las instalaciones deportivas municipales, que incluyen campo de fútbol, baloncesto, piscina y áreas infantiles. Y para aquellos que buscan vistas inolvidables, el Guardián de Lés, un mirador situado a solo cinco minutos en coche, permite contemplar la majestuosidad del Valle desde un lugar privilegiado.

Termas de Lés

Termas de Lés

Las termas de Lés

Y para poder relajarse, nada mejor que disfrutar de la herencia romana. Gracias a esta antigua civilización, el centro lúdico termal de la Baronia de Lés, se ha convertido en algo muy característico del lugar.

Las termas, que ya descubrieron los romanos,  son famosas por sus aguas sulfurosas, ricas en sílice y con un característico olor a gas sulfhídrico. Estas aguas, de carácter medicinal, emanan desde 300 metros de profundidad a una temperatura superior a los 30 grados y han sido utilizadas durante siglos por sus propiedades terapéuticas.

Origen romano

Los romanos ya reconocían el valor de estos manantiales. Según los hallazgos arqueológicos, como altares votivos e inscripciones, los baños eran visitados por figuras ilustres como Pompeyo. Los habitantes de la época agradecían a las ninfas y a la diosa Lex por las curaciones obtenidas en estas aguas, una práctica que hoy ya no se lleva a cabo.

El balneario, a pesar de su pasado, no fue inaugurado hasta 2003, es un moderno centro termal que combina tecnología avanzada con la tradición milenaria de los manantiales. Sus aguas son recomendadas para tratar afecciones como reumatismos, problemas de la piel, artritis y trastornos circulatorios, convirtiendo a Lés en un destino ideal para quienes buscan relajación y bienestar.

Cómo llegar

Para ir desde Barcelona hasta las termas se tarda tres horas y media en coche. El trayecto más directo es ir por la AP-2 o la AP-7 hacia Lleida hasta conectar con la A-2 y posteriormente con la N-230, que atraviesa la provincia de Lleida y lleva directamente al Valle de Arán.

Una vez en esta particular comarca catalana, se accede a Lés siguiendo las indicaciones hacia Bossòst y luego continuando hacia el norte por la misma carretera N-230, hasta llegar a este encantador pueblo situado a orillas del río Garona.